La recién celebrada Cumbre de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible Río+20 fue tema central del Mundo a Mitad de Semana, en la Mesa Redonda Informativa.

Por Juana Carrasco Martín, especial para la Mesa Redonda ^[1]

Las reuniones sobre Cambio Climático tienen su propio escenario y obligan a su cumplimiento porque están bajo un acuerdo vinculante, una diferencia con  respecto a la recién celebrada Cumbre de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible Río+20 que fue tema central del Mundo a Mitad de Semana, en la Mesa Redonda Informativa, a la que asistieron como panelistas dos especialistas de la delegación cubana que encabezó el presidente Raúl Castro.

Orlando Reyes Santos, Director de Medio Ambiente del CITMA, y Enrique Moret Hernández de la Dirección de Relaciones Internacionales, coincidieron en la condición más política y  la adjudicación de compromisos de orden ético, político y moral que trasciende del encuentro de  Río de Janeiro, donde para rehuir esos adeudos no asistieron algunos de los más importantes líderes de Estados cuya responsabilidad en el deterioro medioambiental y los cambios climáticos son evidentes, por ejemplo el presidente de Estados Unidos Barack Obama o la canciller alemana Angela Merkel.

El camino hasta el documento consensuado en Río+20, un aval  adjudicado a la labor de Brasil, país anfitrión, y el trabajo arduo de los representantes de naciones realmente interesadas en la situación del planeta, fue detallado por Reyes Santos, quien subrayó que también ese consenso se logró porque no obliga a nadie, y en esos dos elementos está su fuerza y debilidad.

Si hay desacuerdos sobre determinados puntos, la solución puede ser quitar esos puntos o buscar una redacción  menos comprometedora,  apuntó, pero calificó lo sucedido en Copenhague como una falta de respeto a la mayoría, cuando un grupo pequeño de países, los más industrializados, intentaron imponer al resto de las naciones sus posiciones y por eso fue un fracaso; sin embargo, en Río+20  todos fueron parte de la decisión final.

Una carencia fue no abordar en profundidad temas sustanciales, cuando pasaron a ser los centrales el de la economía vedad y la reformar del marco institucional, otra debilidad del proceso, cuando poco antes las Naciones Unidas había hecho una valoración con cifras bastante alarmantes sobre el cambio climático. Fue frustrante porque el seguimiento de los  problemas ambientales no estuvieron en el centro de atención, apuntó Enrique  Moret Hernández, quien agregó que no se fue al tema del financiamiento, n i al de la transferencia tecnológica.

Para ciertos analistas, acotaba la conductora de la Mesa Redonda, Arleen Rodríguez Derivet, la llamada Economía verde viene con nombre y apellido : poder corporativo , que en definitiva es el gran responsable de la crisis ambiental del mundo.

El proceso preparatorio, agregó Moret Hernández, tuvo a la economía verde como uno de los elementos más controversiales,  porque  es un concepto que se quiere imponer  cuando  carece de definición real, aunque no se incluyó en el documento -omiso en cuanto a cifras-  el fondo verde de 30 000 millones de dólares  para enfrentar el deterioro  ambiental, porque fue sacado del texto por la presión de las potencias.

Valorando lo que sucedió en los tres días de la Cumbre, donde primaron los discursos formales, retóricos y pronunciados sin particular entusiasmo, ambos funcionarios del CITMA coincidieron en destacar que la disertación pronunciado por Raúl, en  la que dijo claramente dejemos las justificaciones y egoísmos y busquemos soluciones, marcó la diferencia en lenguaje y tono, porque puso el dedo en la llaga, como también lo hizo un  grupo reducido entre los que mencionaron a Bolivia, Ecuador y Venezuela.

También fueron reconocidos el informe presentado por Cuba, y el libro de Reflexiones de Fidel sobre el tema, así como el documental, con amplia repercusión tanto en la reunión formal como en la paralela Cumbre de los Pueblos, protagonizada por organizaciones y movimientos sociales y ambientalistas, donde la acogida para esos tres materiales fue muy satisfactoria.

Moret Hernández apuntó en cuanto al documento consensuado que  ya el hecho de hablar de responsabilidades comunes pero diferenciadas y referencias al compromiso financiero -aspectos totalmente rechazados por los países más desarrollados- es un mínimo que se rcoge, pero es algo positivo, aunque dista mucho de lo que se hubiera querido y necesitado en el documento que, aunque no crea vínculos de obligación, si es un precedente para futuras negociaciones que continúen este acuerdo y llevará un lenguaje capaz de influir en la problemática medioambiental y el cambio climático.

«El tema es voluntad política, que es lo que está faltando hoy en día», sentenció, aunque esa es una herramienta, una fortaleza del lenguaje común ante las posiciones hegemónicas de los países desarrollados, y es una satisfacción haber mantenido el espíritu de Río de 1992.

Pero, la falta de  ambición en los propósitos,  la falta de urgencia ante una situación  mundial que sigue deteriorándose, están entre las insatisfacciones, porque el documento acordado en Río+20 no está a la altura de esa urgencia. Aunque es mejor tener este resultado que no tener cuando Río +20 fue un intento de retomar un compromiso ambicioso que no se logró: que los países desarrollados asuman su compromiso histórico.

No es una oportunidad perdida, pero no fue bien empleada del todo, el problema no es de la conferencia o del documento, porque lo que está mal es el mundo en que vivimos,  de pobreza y guerras , concluyeron los panelistas.

Dos acontecimientos siguen marcando la pauta en nuestro continente y fueron llevadas a la Noticia del Día: el acuerdo logrado en Bolivia con los policías  amotinados por exigencias salariales; y la situación en Paraguay, donde se han producido manifestaciones convocadas por el Frente Guazú, mientras continúa el  bastión capitalino contra el golpe y en apoyo al presidente destituido, Fernando Lugo, ante los micrófonos abiertos de la Televisora Pública.

En la sección La Esquina, el periodista Reynaldo Taladrid llevaba como invitado a Ernesto  Vargas Lee, quien encabeza la escuela cubana de wushu, para mostrar con los ejercicios realizados por uno de sus alumnos, lo expresado por Fidel en una de sus  recientes Reflexiones sobre lo inimaginable que puede lograrse con el cuerpo humano: el poder de la energía interna, de la fuerza interior que puede ser transmitida,  acompañada de la preparación de la mente.

Concluyó esta Mesa de a mitad de semana con un nuevo capítulo del Programa Causa Justa, que realiza la ex senadora colombiana y activista por la paz, Piedad Córdoba, para la televisora transnacional TeleSur, en esta ocasión bajo el título: Haití, laboratorio neoliberal.

Con la conducción de Arleen Rodríguez, los panelistas de este miércoles fueron Orlando Reyes Santos, Director de Medio Ambiente del CITMA, y Enrique Moret Hernández de la Dirección de Relaciones Internacionales.

En la sección La Esquina, el periodista Reynaldo Taladrid llevaba como invitado a Ernesto Vargas Lee, quien encabeza la escuela cubana de wushu, para mostrar con los ejercicios realizados por uno de sus alumnos, lo expresado por Fidel en una de sus recientes Reflexiones.

El yoga demuestra el poder de la energía interna, de la fuerza interior que puede ser transmitida, acompañada de la preparación de la mente.

El yoga, tema de La Esquina, que conduce Reinaldo Taladrid en la Mesa Redonda.