El documental resalta los aportes de Cuba a la liberación de Angola.

Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda ^[1]

Fotos: Roberto Garaicoa

Valió la pena, documental de la autoría del periodista Milton Díaz Cánter, desanda la sucesión de hechos que configuran la memoria de Angola y Cuba, y muestra el tejido intenso de una amistad solidaria que permitió que la nación africana desatara las cadenas coloniales que le impedían desplegar sus alas.

Atrapa, además, las esencias y los aportes de Cuba a la liberación de ese pueblo ^[2], a 40 años de la independencia de la República de Angola y de la Operación Carlota, que marcó la presencia heroica de los hijos de esta tierra en las coordenadas del mapa africano.

Valió la pena, dijo el periodista, es también el testimonio de que la sangre de los nuestros derramada en esas latitudes no fue en vano, porque hoy los angoleños son dueños de sus destinos.

Al decir del orfebre de esta obra, Díaz Cánter: “Desde 1975 estuvimos de forma masiva en Angola, pero diez años antes habían llegado instructores cubanos para formar las Fuerzas Armadas Regulares de ese país, que solo contaba con destacamentos de guerrilla. Los nuestros formaron a los 16 batallones que dieron origen a sus Fuerzas Armadas. Después vino la invasión sudafricana por el Sur, y se originó esa asistencia masiva por parte de la Isla, y la ayuda solidaria que pasó a la historia con el nombre de Operación Carlota”.

Argumentó que con este material se propusieron llegar a los jóvenes, para que conozcan cómo se acortaron los 14 mil kilómetros que nos distancian. Además, “en 40 años pudieran pasarse por alto muchas cosas, y nos dimos a la tarea de rescatar la memoria histórica sobre estas páginas de nuestro país, que son un aporte grande a la humanidad”.

A la interrogante de cuánto hay del internacionalista que es en esta estampa, añadió que “no hay nada más allá que la oportunidad que tuvo nuestro país de entregarse y ayudar a pueblos hermanos.

“Hay quien se sorprende porque siendo periodista haya estado de misión en los años 76-77, y 85-86. Pero en Angola, no fue un grupo élite de militares los que estuvieron allí, sino hombres de este pueblo que acompañaron toda la misión”, consideró.

En sus palabras, previas al estreno del material en la Mesa Redonda, sostuvo que “tenemos que agradecer al Partido, a las FAR ^[3], y a los angoleños todo lo que pudimos hacer con el aliento de que el pueblo de Cuba, y sobre todo los familiares de los mártires, conociera el curso que siguió Angola”.

Una vez que me presentaron la propuesta, admitió, hablé con Adrián Migueles (editor), y el equipo de la Epopeya de Angola se unió nuevamente, pero esta vez en función del documental Valió la pena.

Para Adrián Migueles, estas han sido dos experiencias inolvidables. “Primero porque nací en el 75 con la epopeya de Angola, y porque es muy valioso tener la oportunidad de armar este material para que la juventud no olvide el pasado”.

Compartió que la edición se hizo en dos etapas, una primera en Cuba y la última la terminamos hace apenas unas horas. “La filmación terminó el lunes en Angola, y la editamos rápidamente. Se hizo en alta definición, lo que provocó conflictos en la digitalización de imágenes que no estaban en ese rango… pero ahí está todo, en tiempo”.

Mencionó que “los compañeros de Angola nos dieron un grupo de imágenes y así se fue armando esta gran película que espero que le guste a los televidentes”.

Milton Díaz Cánter explicó que Valió la pena está dedicado a la memoria de dos personas: a Jorge Risquet, quien dedicó más de la mitad de su vida a la asistencia solidaria de Cuba en África, y a su hermano Rolando Díaz Cánter, quien quiso participar en esta epopeya y la vida no le dio la posibilidad porque estaba realizando otras actividades.

El documental, dijo, lo hicimos en dos idiomas, en español y en portugués, al tiempo que adelantó que el domingo 15, el día del aniversario de las relaciones diplomáticas entre ambas naciones, se pondrá en la televisión de Angola. Se estará estrenando también este miércoles en Granma, con la participación de unos 600 asistentes, entre ellos muchos internacionalistas.

Valió la pena, dijo el periodista, es también el testimonio de que la sangre de los nuestros derramada en esas latitudes no fue en vano, porque hoy los angoleños son dueños de sus destinos.

Para Adrián Migueles, estas han sido dos experiencias inolvidables. “Primero porque nací en el 75 con la epopeya de Angola, y porque es muy valioso tener la oportunidad de armar este material para que la juventud no olvide el pasado”.

Compartió que la edición se hizo en dos etapas, una primera en Cuba y la última la terminamos hace apenas unas horas. “La filmación terminó el lunes en Angola, y la editamos rápidamente."