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Agroecología en Cuba: de campesino a campesino

Publicado el 24 noviembre 2015 en Mesa Redonda,Sociedad,Temas Nacionales

Los involucrados en esta experiencia, dirigida a aquellas personas interesadas en una aproximación desde la Agroecología como ciencia de síntesis para la construcción de la soberanía alimentaria, coincidieron en que esta permite marcar pautas de sostenibilidad.

Fotos: Roberto Garaicoa

Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda [1]

¿Qué es la agroecología? ¿Qué importancia tiene? ¿Cómo se practica en Cuba y en el mundo? Estas interrogantes fueron despejadas por los panelistas invitados a la Mesa Redonda de este martes, quienes participan en el evento internacional sobre Agroecología que tiene lugar durante esta semana en La Habana.

Los involucrados en esta experiencia, dirigida a aquellas personas interesadas en una aproximación desde la Agroecología como ciencia de síntesis para la construcción de la soberanía alimentaria, coincidieron en que esta permite marcar pautas de sostenibilidad.

Una representante de Chile insistió en que la agricultura [2] campesina es más productiva que la que se realiza a gran escala. En condiciones diversas, las cifras demuestran que, por ejemplo, en Europa los resultados son superiores en un 30 por ciento cuando se cultiva siguiendo esta práctica, en tanto en América Central los logros triplican a los de la agronomía convencional. En su criterio, generalizar este método sería lo más coherente para eliminar el hambre.

Definió, como parte esencial de este modo de cultivo: respetar los ciclos de la naturaleza. “En vez de agregar químicos, lo que hay que hacer es estudiar los ciclos ecológicos para mejorar la productividad. Y una de las defensas contra las plagas es cuidar el suelo o emplear controladores biológicos”.

Aseguró que hoy día hay una toma de conciencia cada vez más acelerada sobre la necesidad de la agroecología,  porque de lo contrario, la vía convencional de cultivo te convierte en rehén de las transnacionales.

“En Estados Unidos, 90 años atrás, para ganar un dólar había que vender un dólar y 70 centavos, hoy tienen que vender 7 para ganar 1 dólar, porque seis los pagas en fertilizantes y otros químicos. La gente cada vez más ve en la agroecología una posibilidad de liberarse”, destacó.

Las transnacionales, sostuvo, si los agricultores no entienden por las buenas, entonces van por las malas con las leyes y con los Tratados de Libre Comercio [3]. “Se está prohibiendo hasta la reproducción de la semilla, porque son de una empresa. Y hay campesinos que pueden ir hasta 10 años a parar a una cárcel por reproducirlas. En este punto, si los Tratados de Libre Comercio siguen avanzando va a pasar lo mismo con los animales. Por todo ello hay que defender una agricultura liberadora, una agricultura campesina de base agroecológica”.

Reconocieron a Cuba como un líder absoluto en estos términos. “Es de los pocos países donde la agroecología es una política pública. Los avances son un ejemplo, y los han logrado prácticamente sin recursos, con más aportes humanos que dinero u otra tecnología. Por estas razanos venimos a aprender”.

Adilen Roque, de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños [4], aseguró que el periodo especial nos trajo como positivo intensificar este modo de cultivo. Con una situación económica tan difícil, los campesinos apostaron por estas prácticas sin muchas veces tener conciencia de que se hacía agroecología. De ahí surgieron los maestros campesinos de hoy que se convirtieron en promotores y hacen un derroche de conocimiento y de experiencias.

“Asumimos que la transmisión de este conocimiento debe ser de campesino a campesino, porque se mantiene un proceso de intercambio, de comunicación. A pesar de que a este movimiento se suman otros actores, este es un diálogo de saberes, esa es la base del intercambio agroecológico”.

Compartió que estas enseñanzas nos llegaron de Nicaragua, aunque México y Guatemala las estaban trabajando. “Pero Cuba lo intensificó de una manera que ha llegado a unas 110 mil familias campesinas, de las cuales en estos 10 años se han convertido 33 mil de sus miembros en promotores”.

Estas ideas, manifestó, se han sistematizado, hasta la creación de un libro. “Además, en todas las cooperativas se aplica la agroecología. Conocemos que hay cultivos a los que se le aplican químicos, pero hay asociación de cultivos, se han diversificado las fincas.

“No se trata de restar, sino de sumar. Queremos continuar en los procesos de capacitación, porque quienes se han sumado como usufructuarios de tierra no tienen todo el conocimiento. Entre todos y unidos es que avancemos más en este tema”.

Aclaró que habla de familias campesinas porque los sistemas agroecológicos generan y favorecen el amor a la naturaleza y la conciencia sobre la necesidad de que el hombre trabaje la tierra, porque la migración hacia las ciudades es un problema del mundo y también de Cuba.

Compartió que la política del país está dirigida a la producción de alimentos: por ello se ha estimulado que crezca el número de productores, se han dado las tierras en usufructo, y la agroecología es una alternativa para incrementar la diversidad de alimentos y que sean sanos y de alta calidad.

Insistió en que si en otras regiones del mundo los científicos andan por un lado y la tierra por el otro, en Cuba no sucede así. “Tenemos firmados convenios de colaboración con más de 30 instituciones de capacitación. Pero también el criterio del campesino es importante a la hora de validar un resultado científico”.

Precisó que el evento sobre agroecología dio inicio el pasado 22, al tiempo que puntualizó que cuenta con 250 delegados de 25 países. “Tenemos 90 delegados cubanos, porque este espacio se caracteriza por el intercambio de experiencias. Otro elemento importante es que se han logrado visitar fincas en todo el país, para pulsar de cerca lo que se hace desde Pinar del Río hasta Guantánamo”.

Ydiana Delgado, de Güira de Melena, hizo referencia a los 350 promotores en agroecología con que cuentan en ese municipio, uno de los mayores productores de cultivos varios. “Aplicamos mucha materia orgánica y también hemos sido beneficiados por un proyecto para adaptarnos al cambio climático, lo cual viene dado por una capacitación a los actores que intervienen en la producción de alimentos”.

Refirió que están tratando que los productores produzcan alimentos con altos rendimientos y sanos, y se preparen para los impactos del cambio climático. “Es importante contribuir a la calidad de suelo, del agua… y con los tratamientos de los residuales a partir de los biodigestores”.

Comentó que en Güira de Melena “tenemos un mapa de reordenamiento territorial  a partir de los suelos que hemos obtenido, con lo cual hemos podido brindarle al Gobierno y a la Agricultura un modelo para ubicar los cultivos de ciclo corto que podrían desplegar las 3 CPA y 8 CCS con que contamos, que aportan a la provincia del 30 al 35 por ciento de la producción de estos alimentos”.

También se ha creado una red de información agrometeorológica para que lleguen las alertas tempranas. “Somos un municipio alto productor de ajo y cebollino, y los impactos de la atmósfera afectan a los productores, por eso es importante que conozcan para que se tomen medidas a tiempo”.

El productor capitalino Caridad Robaina aseguró que tener la semilla significa tener las producciones en la mano. “La libra de semillas de tomate está en el mercado internacional a 1 880 dólares, y si la producimos tiene el valor del cuidado y la atención. Por esto hace 8 o 9 años me dedico a la producción de semillas y a la producción en mi finca”.

Dijo que usa mucha materia orgánica y humus en sus 8 campos, y a partir de una buena rotulación de la tierra y de los cuidados que precisan los cultivos, con el apoyo y asistencia del Inivit y de la Agricultura urbana y suburbana, logra grandes resultados.

Las semillas, explicó, las conserva en tanques plásticos, que son los más fáciles de adquirir, y antes de las 10 y 30 a.m. las pone en el secado. “Hay ocasiones en que guardo 20 tanques, y siembro 6 tanques. Mi semilla es gratis y, aunque tiene mucho valor para el campesino, las regalo a los compañeros de todas las cooperativas que van a buscarlas”.

Los saberes y la entrega de Caridad Robaina le valieron para producir en el año 2014 unos 870 quintales de vianda, y aportó toda la hortaliza que le contrataron para el consumo social. De sus buenas manos también han salido alimentos que ha entregado solidariamente a hospitales.

Adilen Roque, de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, aseguró que el periodo especial nos trajo como positivo intensificar este modo de cultivo. Con una situación económica tan difícil, los campesinos apostaron por estas prácticas sin muchas veces tener conciencia de que se hacía agroecología.

El productor capitalino Caridad Robaina aseguró que tener la semilla significa tener las producciones en la mano.

Una representante de Chile insistió en que la agricultura campesina es más productiva que la que se realiza a gran escala.

Ydiana Delgado, de Güira de Melena, hizo referencia a los 350 promotores en agroecología con que cuentan en ese municipio, uno de los mayores productores de cultivos varios.


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