A la venidera XXV Feria Internacional del Libro estuvo dedicada la Mesa de este martes.

Fotos: Roberto Garaicoa

Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda ^[1]

La XXV Feria Internacional del Libro de La Habana, que abrirá sus puertas del 11 al 21 próximos, tendrá varias novedades, como que se modifica el concepto de gran librería en la sede de La Cabaña y se redistribuyen los espacios para que las propias editoriales promocionen y vendan sus catálogos, al tiempo que se le propicia a los autores un intercambio dialógico con el público asistente.

Lo anterior lo precisó en la Mesa Redonda Zuleica Romay, la presidenta del Instituto Cubano del Libro, 48 horas antes de ser inaugurado este megaevento cultural, el cual tendrá como país invitado de honor a Uruguay, y será dedicado a los autores Lina de Feria y a Martínez Furé.

Entre los cambios, también mencionó el del Pabellón Infantil, que antes llevaba por nombre Tesoro de papel y ahora honrará con su nombre a la escritora Dora Alonso. Este se ubicará en un salón más céntrico y facilitará con múltiples actividades una mayor interacción de los niños con los autores.

Compartió que se convocó además a un grupo de autores para que presentaran proyectos con códigos más cercanos a los jóvenes  y estos serán incluidos dentro de las propuestas comunicativas de la Feria, que también tendrá su propia emisora radial.

Eduardo Fernández,  director de la Cámara del libro y de la Feria Internacional ^[2], explicó que la principal sede seguirá siendo el recinto Morro-Cabaña, a la que se le unirán otras diez subsedes ubicadas en Plaza de la Revolución, entre las que se incluyen el Pabellón Cuba, la Universidad de La Habana, la Casa de las Américas, la Uneac, la Biblioteca Nacional y el Centro Dulce María Loynaz, entre otros lugares, lo que dotará a la ciudad de una intensa actividad literaria.

Especificó que el 11 será la ceremonia de apertura, pero que el 12 es el día en que oficialmente se abre al público la Feria, que esta vez contará con 171 expositores, de ellos 101 extranjeros y 70 nacionales en un espacio de 3 804 metros cuadrados.

Adelantó que del país invitado de honor no solo vendrán destacados autores literarios, sino artistas de otras manifestaciones, para que los cubanos tengan la oportunidad de apreciar la riqueza de la cultura uruguaya.

Jesús David Curbelo, director del Centro Dulce María Loynaz y también miembro del Comité Organizador del mayor evento del libro que se realiza en Cuba, hizo referencia a que como parte del programa de la Feria se incluye la entrega de importantes premiaciones, como el Premio Nacional de Literatura, el Nacional de Historia y el de Edición, igualmente se entrega el Premio Calendario, que auspicia la AHS, y el del Concurso de Minicuentos, dedicado a Augusto Monterroso.

Los días 13 y 14 tendrán lugar, además, los coloquios dedicados a los escritores homenajeados, y se celebrarán los aniversarios de los Cuentos fríos, de Virgilio Piñera; de Paradiso, de José Lezama Lima; de Cimarrón, de Miguel Barnet; y el centenario de José Soler Puig.

En su intervención, Jesús David Curbelo resaltó varios eventos que consideró muy valiosos y que se insertan dentro del programa de la Feria: un Seminario Internacional por el 130 aniversario de la abolición de la esclavitud, y otro por el 400 aniversario del inca Garcilaso. A los que se une un Coloquio martiano, el Encuentro de historiadores en la Casa del Alba Cultural, el Encuentro de jóvenes escritores, y el Foro de la Uneac.

Por su parte, el Encuentro de editores y traductores acontecerá los días 17,18 y 19 de febrero en la Sala Nicolás Guillén, de La Cabaña. Y en el Multicine Infanta tendrá lugar una semana dedicada al cine uruguayo, con filmes basados en obras literarias.

Edel Morales reverenció la presencia de autores significativos del Uruguay, como de otros países, que asistirán a este encuentro. “Hasta el momento han confirmado autores de 37 países de todos los continentes. Se prevé sean 185 los escritores y unas 326 las personas invitadas”.

Aludió a que esta fiesta permite que se abran nuevas posibilidades para la industria cubana del libro, que ha sostenido con rigor un trabajo que es referencia no solo en Cuba, sino en Hispanoamérica, y ha conquistado a un lector acostumbrado a esas oportunidades.

Para Zuleica Romay, la Feria ha llegado a su madurez, con la concurrencia habitual de escritores, intelectuales y editoriales valiosas. “Y el público, pese a la prisa que impone la modernidad, le ofrece un respaldo mayoritario a esta cita con el libro y la lectura”.

Adelantó que el 6 de marzo se trasladará la Feria a Cienfuegos, y que este año Santiago de Cuba ha pedido ser nuevamente la sede de la clausura. “Y a pesar de que el 21 cierra su carácter internacional, las autoridades de La Habana nos han solicitado que mantengamos viva la Feria hasta abril, lo cual nos complace mucho”, aseguró.

Zuleica Romay, presidenta del Instituto Cubano del Libro, precisó en la Mesa Redonda que el del Pabellón Infantil, que antes llevaba por nombre Tesoro de papel y ahora honrará con su nombre a la escritora Dora Alonso.

Edel Morales reverenció la presencia de autores significativos del Uruguay, como de otros países, que asistirán a este encuentro.

Eduardo Fernández, director de la Cámara del libro y de la Feria Internacional, explicó que la principal sede seguirá siendo el recinto Morro-Cabaña, a la que se le unirán otras diez subsedes ubicadas en Plaza de la Revolución.

Jesús David Curbelo, director del Centro Dulce María Loynaz y también miembro del Comité Organizador del mayor evento del libro que se realiza en Cuba, hizo referencia a que como parte del programa de la Feria se incluye la entrega de importantes premiaciones, como el Premio Nacional de Literatura, el Nacional de Historia y el de Edición.