La ANAP es continuadora de las luchas de nuestro pueblo, y moviliza y une para el desarrollo económico, político y social del país.

Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda ^[1]

Fotos: Roberto Garaycoa

Una de las primeras definiciones que tuvo la Revolución estrenada en Cuba en 1959, fue la de agraria, y esa condición la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) la refrenda en el año de su 55 aniversario con una fuerza de cíclopes, no solo para rendir homenaje a la historia, sino por el desafío que constituye el autoabastecimiento alimentario.

Este es un año muy especial, al decir de Leonardo Chirino, jefe de Departamento de la ANAP, no solo celebran su 55 calendario, sino que recuerdan el aniversario 70 del asesinato del líder campesino Niceto Pérez, los 57 años de la firma de la primera Ley de Reforma Agraria, el VII Congreso del PCC, cuyos acuerdos y directrices ponen pautas para el desarrollo del país, y el 90 cumpleaños de Fidel, el principal inspirador de todo lo que trastocó la realidad de los hombres del campo en Cuba.

La ANAP,  dijo Chirino en la Mesa Redonda de este martes, es continuadora de las luchas de nuestro pueblo, y moviliza y une para el desarrollo económico, político y social del país. “El 17 de mayo de 2015 celebramos el 11no. Congreso Campesino, con 76 objetivos que se han instrumentado desde el Comité Nacional hasta las cooperativas. También se adoptó una Declaración final, en la que se le encargó a la organización propiciar el fortalecimiento de la labor política-ideológica con sus asociados para contribuir al desarrollo sostenible”.

En ese sentido, en el primer trimestre de este año se constituyeron, por acuerdo de las asambleas, las organizaciones de base, después de celebrar reuniones en 3 321 cooperativas. “Allí se eligieron las direcciones de las organizaciones de base, que no es una estructura paralela de mando, porque los dueños siguen siendo los socios. Esta organización de base complementa la misión de la cooperativa en función del trabajo social, mientras la junta directiva se centra en el carácter productivo de la cooperativa”.

Especificó que hasta el momento en que se crea la organización de base, recaía en la Junta directiva todo el trabajo de forma integral. “Pero las cooperativas han asumido diferentes tareas, y ese trabajo persuasivo y de acercamiento consciente de participación en actividades quedaba relegado, porque el peso estaba en cumplir con los compromisos productivos, los contratos…”.

Este proceso, refirió, tuvo una amplia participación de los asociados (un 91,2 por ciento), y fue además democrático. “Logramos la incorporación de tenedores de tierra y de sus familiares en el orden de los 10 713 miembros nuevos. Y ahora, con la nueva organización, por ejemplo, los jubilados pueden mantenerse activos en la dinámica da la ANAP, para que aporte su experiencia, su historia”.

Aclaró que desean llegarles a todos los asociados con estas organizaciones de base, para que sientan el compromiso de su aporte. “No se puede ver solo a la ANAP como una entidad productiva, porque tenemos un legado social y una historia”.

Para saludar este 55 aniversario, por ejemplo, “se han remozado con nuestro aporte unos 1 696 círculos sociales que, aunque pertenecen a la cooperativa, sirven para actividades en la comunidad. Igualmente apoyamos con la reparación de 308 escuelas rurales, donde estudian los descendientes de los productores, y unos 32 centros de salud, de los cuales también se benefician los campesinos”.

Comentó que el primer deber patriótico del campesinado es producir para el pueblo, y que la misión del trabajo político-ideológico que encabezarán las organizaciones de base estará en función de que se cumplan los planes productivos que se contratan.

Estas producciones, apuntó, van dirigidas a satisfacer las necesidades sociales. “Y para aumentar nuestros rendimientos agrícolas debemos conjugar con mejor eficiencia la ciencia y la técnica”.

Las producciones de nuestros campesinos, sumó a su análisis, no pueden coger otro camino, y ello también dependerá de una contratación efectiva, así como el incremento de los rendimientos exige de una disciplina, lo que va a redundar en la reducción de los precios de los productos agropecuarios.

“En el campesinado revolucionario hay conciencia y compromiso. Estamos discutiendo los márgenes comerciales, porque hay que elevar la cultura económica, para que la ganancia esté acorde con la situación del país”, comentó.

Chirino explicó que el productor generalmente no comercializa, sino que se centra en la preparación de la tierra, en la buena semilla y en la atención cultural, por lo que siempre ha existido el intermediario, que en nuestra economía socialista es Acopio. “Tenemos como ventaja que se planifica cuánto se va a producir, cuánto se le va a contratar y a qué precio se van a adquirir nuestros productos”.

Como la primera misión de los miembros de la ANAP, citó lo refrendado en los documentos rectores: la defensa de los principios de la Revolución, por encima de cualquier interés de clase o de colectividad.

Yuleidis Menéndez, de Minas de Matahambre y miembro del Comité Central, compartió que lleva 3 años de presidenta de su cooperativa, pero que antes era la económica. “Tenemos 187 socios, y 76 de ellos son mujeres, por lo que en nuestra organización ha tenido mucha importancia crear las brigadas FMC-ANAP”.

Sobre el desempeño de las mujeres, argumentó que tienen un papel muy activo en la producción del tabaco. “Son muy destacadas y acumulan una experiencia valiosa en la atención de este cultivo”.

Compartió que se sorprendió cuando supo de su reciente elección como miembro del Comité Central, “porque siendo tan joven y mujer no imaginé tener tan alta responsabilidad”.

El Héroe del trabajo Héctor Delgado habló de su experiencia durante más de dos décadas al frente de una cooperativa que hoy cuenta con 122 socios. “Nos dedicamos específicamente a la producción de caña, la cual la tributamos al central Jesús Rabí, de Calimete”.

Su costo de producción, añadió, ronda los 35 centavos, y “todos los años nos movemos en ese rango”. Mientras su compromiso productivo en esta contienda deben cumplirlo esta semana.

Héctor Delgado mencionó uno de sus conceptos de vida: “Las preocupaciones se resuelven trabajando diariamente. Cuando necesitamos algún trabajo con maquinaria, la empresa de Azcuba nos apoya con ella. Al Rabí le tributan unas 4 cooperativas y 5 UBPC, y a todo el mundo ellos le garantizan la ayuda cuando la necesita un productor”.

Sobre las nuevas organizaciones de base, comentó que las ve muy bien porque apoyan en las actividades políticas de la Junta directiva, y la administrativa se centra en la producción. “Lo que hace falta es tener unión”.

Dayani Alonso, presidenta de la ANAP de la CCS Rubén Martínez Villena en Artemisa, recién electa en este proceso, precisó que considera que será útil para el trabajo de su organización, a la que pertenece desde hace unos 7 años. “Antes estuve a cargo de la Contabilidad de mi cooperativa, y ahora atiendo Recursos humanos, pero todo lo que uno estudia y aprende le sirve para asumir nuevas responsabilidades”.

En su cooperativa, que se dedica principalmente a los cultivos varios, a los frutales y a la ganadería, existen otras 30 mujeres.

Sobre las actividades por los 55 años de la ANAP, Leonardo Chirino informó que el acto nacional será en el Tercer Frente Oriental. “El día antes va a realizarse un acto de condecoración. Y todas estas actividades tienen muchos significados porque servirán de recuento de lucha y de batalla. El señor Obama nos llamó a olvidar, pero nosotros no olvidaremos la historia precaria en la que estuvo sumido el campesinado antes del 59”.

Yuleidis Menéndez, de Minas de Matahambre y miembro del Comité Central, compartió que lleva 3 años de presidenta de su cooperativa, pero que antes era la económica.

El Héroe del trabajo Héctor Delgado habló de su experiencia durante más de dos décadas al frente de una cooperativa que hoy cuenta con 122 socios.

Dayani Alonso, presidenta de la ANAP de la CCS Rubén Martínez Villena en Artemisa, recién electa en este proceso, precisó que considera que será útil para el trabajo de su organización, a la que pertenece desde hace unos 7 años.

Chirino explicó que el productor generalmente no comercializa, sino que se centra en la preparación de la tierra, en la buena semilla y en la atención cultural, por lo que siempre ha existido el intermediario, que en nuestra economía socialista es Acopio.