Por Giovany Peñate Cruz

Fotos: Roberto Garaicoa

Emisión de lunes 3 de diciembre de 2018

La toma de posesión de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) como presidente de los Estados Unidos Mexicanos y la cumbre del grupo G-20 celebrada en Buenos Aires fueron los temas a debate en el espacio Comenzado la semana de la Mesa Redonda este lunes 3 de diciembre.

En el intercambio participaron periodistas y analistas de temas internacionales, además la Mesa contó con la habitual sección La Esquina con el periodista Reinaldo Taladrid.

El primero de diciembre en México fue histórico por la circunstancia misma de la llegada al gobierno de AMLO es un milagro, porque López Obrador fue víctima de la persecución política en ese país. Se trata de un triunfo de lo simbólico, un hombre que busca cambiar la realidad de un país entero, constituye un punto de inflexión donde se está negando el pasado.

Existe una crítica al modelo mexicano, un país con una situación complejo con más de 24 millones de migrantes, la falta de opciones a la juventud. El gobierno de López Obrador busca desde el análisis de esa situación un cambio.

Según explicó Arleen Rodríguez Derivet, subdirectora de la Mesa, se asiste a una expresión simbólica de un cambio de poder, de un señalamiento de la crisis profunda del modelo y de destacar que cosa ha significado el neoliberalismo en los últimos 36 años.

López Obrador se propone un cambio tan radical que él lo llama la cuarta transformación pues México ha vivido momentos como la independencia de 1810, la reforma que separa la iglesia del estado y la revolución mexicana de 1910. Ahora AMLO propone este cambio que rompe con todas las tendencias y esquemas neoliberales.

El periodista Lázaro Barredo señaló que el nuevo mandatario mexicano formaliza tres principios: no mentir, no robar y no traicionar al pueblo, y esto lo implementará a través de 100 programas específicos, entre ellos la comisión de la verdad para la investigación de los 43 estudiantes desaparecidos.

Las dificultades económicas siempre han perseguido a AMLO durante su carrera política y ya hoy se comienza a mostrar esas hostilidades económicas. Es importante destacar que, aunque López Obrador ha expresado que se trata de un cambio radical, no se trata de un cambio de régimen político, sino salirse del neoliberalismo y mejorar un sistema.

La coalición Juntos Haremos Historia posee una mayoría que le pueden garantizar a AMLO gobernar con cierta ayuda desde el Congreso, pero ya las fuerzas de derecha se proponen una lucha en bloque contra este gobierno, por tanto, ahora comienza lo más difícil.

Durante la toma de posesión había muchos presidentes latinoamericanos y existió un gran gesto de AMLO con Maduro al expresarle su agradecimiento por la asistencia. Además, López Obrador catalogó a Cuba de hermana y se habló de cooperación y todo eso abre horizontes en el nuevo contexto.

Si AMLO pretende hacer tales cambios tan profundos tendrá que batirse con fuerzas muy oscuras y los neoliberales se la van encima. Asimismo, México tiene experiencia de magnicidio político y AMLO se convertirá en un elemento mal visto por la clase opulenta mexicana y otros sectores fuera de México.

AMLO busca crear en la frontera con los EEUU una zona libre para favorecer a los trabajadores y migrantes, con un área libre de impuestos entre otras características. Pero esto resulta muy complejo pues es una zona muy grande. Además, lo que Andrés Manuel se propone choca con intereses dentro y fuera de México.

En la sección La Esquina el periodista Reinaldo Taladrid, abundó sobre el tema de las armas nucleares que existen y aumentan en el mundo.

Según los últimos estudios del Instituto Internacional para la Paz de Estocolmo (SIPRI) en eel mundo existen unas 14465 armas nucleares. En comparación con sus cálculos realizados un año antes, esta cifra supone: un descenso de 470 armas, una reducción lenta e insuficiente para los responsables del estudio.

Más de la mitad de la población mundial aún vive en países que, o bien tienen este tipo de armas o son miembros de alianzas nucleares. Las más de 14400 armas nucleares contabilizadas por el SIPRI en enero de este año permanecen en manos de nueve países.

Según la Asociación de Control de Armas, el arsenal nuclear mundial estimado en 2017 (en cantidad de ojivas nucleares) se presenta en Rusia (1796), EEUU (1387), Francia (300), China (280), Reino Unido (215), Paquistán (140), India (110), Israel (80) y RPDC (10). Estos datos son imprecisos, están sujetos a manipulaciones de tipo político o estratégico.

El SIPRI alerta que el 92% de las armas nucleares del mundo están concentrados en solo dos países. Estas naciones están desarrollando nuevos sistemas para sus arnas y modernizando las ya existentes. EEUU y Rusia tienen en marcha programas a largo plazo para sustituir y modernizar sus cabezas nucleares, misiles y sistemas aéreos de lanzamiento y las instalaciones de producción de armas nucleares.

En torno a este tema existes tratados internacionales para equiparar su poderío militar, al cual el presidente Trump ha denominado como unilateral, por lo que en un desconocimiento de los peligros que conllevan las armas nucleares, el presidente de EEUU plantea que su país nunca va a caer detrás de ningún estado incluso aunque sea una nación amiga.

En el 2017 se aprobó por 122 países el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, dentro de los que no figuran los nueve que poseen este tipo de armas. Doce meses después, solo había sido ratificado este convenio por 11 países pese a que necesita 50 para entrar en vigor. Además, los países poseedores de armas nucleares no han tomado medidas para deshacerse de sus arsenales nucleares.

En el último momento de la Mesa se abordó el tema de la cumbre del G-20. Al respecto Elsa Claro Madruga, periodista y analista de temas internacionales, afirmó que en este tipo de cumbres no se rebasa el simple hecho de plantear las problemáticas, pero no se avanza hacia una solución. Pero como aspecto positivo se logró un acuerdo final.

Dentro de lo poco positivo que tuvo esa cumbre está la vista cara a cara entre Trump y el presidente de China. Hay que esperar que sucede con las relaciones China – EEUU porque son lasos muy complejos pues existen contradicciones y maniobras que crean un estado de incertidumbre.

Otro aspecto muy interesante en la cumbre fue el formato India, China y Rusia, con una gran importancia porque se trata de economía emergentes con enormes poblaciones y tasas de crecimientos altas. Este tipo de tratados se están llevando a vías de hechos entre los países de Asia, incluso también se desarrollan con países de América Latina y lo que se busca es evitar lo que hace EEUU con su proteccionismo.

En el caso de la India, EEUU no lo percibe como un enemigo o competidor, sin embargo, a China si lo ve así por sus finanzas y recursos, por lo que crea un cerco económico, financiero y político porque China ha desarrollado un sistema socialista diferente y se ha convertido en un actor determinante.

En la cumbre se perdió una oportunidad de diálogo entre los diferentes países que hoy presentan conflictos en sus relaciones internacionales, tal s el caso de Rusia y EEUU, pues este último solo se presenta en posiciones de fuerza y obedeciendo a interés particulares de grupos de poder y no a intereses nacionales como especula el gobierno de EEUU.

Trump ha tomado posiciones a priori que se constituyen en ideas insensatas porque al final se siguen sancionado unilateralmente a determinados países y se apoyan otros con causas que internacionalmente no son aprobadas.

Sobre el desempeño de la economía mundial el presidente chino ha señalado en esta cumbre: “Los viejos motores de crecimiento todavía no han sido sustituidos por unos nuevos, y al mismo tiempo se están creando con rapidez nuevos riesgos. La economía mundial tiene ante sí una oportunidad histórica”.