Por Carlos Alberto Pérez Benítez ^[1]

Cuba ha demostrado una vez más al mundo que tiene sobradas razones para apostar por su pueblo y especialmente por sus jóvenes. Así lo percibí la pasada noche mientras me propuse observar detenidamente el capítulo “Ciberguerra” de la serie “Razones de Cuba”. Y lo hice con tanto gusto por dos razones: la primera porque siempre serán bienvenidos los argumentos para rebatir y desmentir las tantas calumnias que sobre mi país se propagan a diario a través de la red de redes y los medios de comunicación en general, y la segunda porque desde que tengo un blog, muchos me han acusado de oficialista, de institución presupuestada por el gobierno cubano, o de un títere de la Internet que solo le hace el juego a la “dictadura sangrienta de los hermanos Castro”, argumentos que al parecer de alguna manera reconfortan a quienes no pueden entender que esta Cuba se defienda por amor, de pecho erguido, y sin dinero de por medio.

Miren, ni una cosa ni la otra. Carlos Alberto Pérez Benítez es simplemente Carlitos, un joven comunicador y periodista que decidió abrirse un nuevo camino de expresión gracias a las nuevas tecnologías, y que por cuestiones de la misma vorágine de trabajo en sus tiempos libres actualiza como puede y cuando puede su blog en Internet. No hay detrás de mí un funcionario del Departamento de la Seguridad del Estado ni mucho menos un manual de instrucciones que me indique lo que debo publicar, o que interés informativo debo seguir. Para nosotros, los verdaderos blogueros cubanos, simplemente NO FUNCIONA ASÍ.

Al menos así lo veo yo, y confieso que el día que alguien me trate de manipular o intente imponer bajo una circunstancia X lo que debo escribir o publicar, les aseguro que hasta ese día llegó el vuelo de esta chiringa. Pero por suerte para mí y para desdicha de otros, estoy más que convencido que nunca seré testigo de semejante aberración.

Sin embargo, anoche se demostró convincentemente como no funciona este asunto para la otra cara de la moneda, pues se denunciaba como algunos bloggers en la isla han sido literalmente construidos a golpe de premios e influencias del gobierno norteamericano con el fin de mostrar al mundo una realidad cubana desenfocada de lo que realmente sucede en nuestro país. Yoani Sánchez es el caso más notorio, pero debajo del mantel son muchos los que a ritmo acelerado de mentiras se proponen construir una Cuba diferente sobre la base de la manipulación mediática, muchas veces muy bien lograda desde una plataforma blog.

Yo mismo soy testigo de ello, de ahí que sea esta una de mis inspiraciones a luchar desde mi espacio en esta guerra de blogazos, como le gusta decir a esa excelente periodista cubana Vladia Rubio. Y digo que soy testigo porque en mi propia cuadra tengo un personaje X que sí vive del cuento y la mentira, es decir, realmente vive de las tantísimas cajas que deja regularmente en su casa un carro blanco de la SINA, pero como dije anteriormente, el cuento y las mentiras en su blog son el sustento de esa “humilde familia” de la calle 249 en Punta Brava.

¿Podría permitir yo que mancillen mi barrio y mi patria de esa forma quedándome al margen de un hecho como este? Ya lo dije antes, ni de la Seguridad ni dirigido por nadie, CUBANO-PATRIOTA 100%, y fiel defensor de este proyecto que reconozco imperfecto, pero que sigue demostrando cada día su naturaleza perfectible y revolucionaria en busca de un futuro mejor, el mismo que muchos jóvenes cubanos de toda la isla nunca dudaremos en defender a toda costa y en cualquier trinchera. Ayer con un fusil, hoy desde una plataforma blogger, y mañana vaya UD a saber cómo, pero que no quepan dudas, razones son las que me sobran para amar y defender a Cuba.

Tomado del blog La Chiringa de Cuba ^[1]