Las condiciones de detención del soldado estadounidense Bradley Manning, sospechado de filtrar miles de cables clasificados al sitio web Wikileaks, es denunciada hoy por especialistas legales.

Manning fue trasladado ayer desde una prisión del cuerpo de marines en Quantico, Virginia, para otra en Leavenworth, en la base militar de Kansas, y los maltratos a los que ha sido sometido desatan las críticas contra la administración de Barack Obama.

Sus abogados revelaron que en Quantico al reo lo mantuvieron en una celda de aislamiento en la que le obligaron a dormir desnudo y era despertado varias veces.

Pero en la segunda semana de abril unos 300 expertos legales de Estados Unidos firmaron una carta abierta aparecida en el magazín The New York Review of Books, en la que se pronuncian contra el tratamiento a Manning.

Los juristas valoraron que se ha violado la VIII Enmienda de la Constitución y que el caso refleja un “castigo cruel e inusual” que quebranta la garantía de la V Enmienda contra el castigo sin juicio.

Además, criticaron el hecho de que Obama fuera profesor de Derecho Constitucional antes de entrar en política y aún así permita el confinamiento solitario de Manning desde su arresto, en mayo de 2010. Entre los que rubricaron la misiva figura el profesor Larry Tribe, profesor en Harvard que dio clases a Obama y a quien este eligió ya en el cargo de presidente, como asesor del Departamento de Justicia para facilitar el acceso a abogados de aquellas personas sin recursos.

También recientemente el relator especial de las Naciones Unidas sobre Tortura, Juan E. Méndez, manifestó su frustración por no tener acceso al prisionero.

El joven de 23 años, en espera de un juicio sin fecha todavía, fue recluido en una celda de 1,80 por 3,60 metros, con un régimen de vigilancia las 24 horas.

Sin embargo, el Departamento de Defensa trata de minimizar la controversia que ha desatado este caso, según lo confirman las declaraciones del consejero general del Pentágono, Jeh Johnson.

El funcionario dijo que las condiciones de Manning están en “conformidad con las reglas legales y regulatorias en todos los aspectos”.

En marzo, el entonces vocero del Departamento de Estado, Philip J. Crowley, describió el tratamiento a Manning como “ridículo, contraproducente y estúpido”, lo que le costó su puesto.

(Tomado de Prensa Latina)