Miles de docentes y estudiantes colapsaron hoy el centro de esta capital, como colofón de una jornada de huelga y movilizaciones en defensa de la enseñanza pública que se extendió a otras ciudades de España.

Encabezada por una pancarta en la que se leía La educación no es gasto es inversión. No a los recortes, una multitudinaria marcha recorrió esta noche varias arterias de Madrid hasta la emblemática Puerta del Sol para reivindicar una escuela pública de calidad.

Alumnos de una veintena de universidades estatales participaron este jueves en concentraciones en otras tantas urbes del país ibérico para rechazar lo que califican de precariedad de la enseñanza, bajo el lema de La educación no se vende, se defiende.

Las protestas en los centros de altos estudios, precedidas de encierros en diversas facultades, demandaron la bajada de las tasas académicas, la paralización del Espacio Europeo de Educación Superior y el cese de la financiación privada de la universidad pública.

Además de las seis universidades públicas de la capital española, se sumaron las asambleas estudiantiles de diversos institutos de Cataluña, Andalucía, Castilla y León, Valencia, Galicia o Aragón, por sólo citar algunos.

Estas acciones en la enseñanza superior coincidieron con un nuevo paro del profesorado de la Comunidad de Madrid contra los recortes presupuestarios decretados por la presidenta regional, Esperanza Aguirre, del conservador Partido Popular (PP).

La huelga, octava del magisterio madrileño desde el inicio del curso escolar, el pasado 20 de septiembre, afectó a los maestros de instrucción infantil, primaria, secundaria y bachillerato.

Los sindicatos cifraron el seguimiento de la medida de fuerza en un 59,5 por ciento en la instrucción secundaria; un 38,2 en la infantil y primaria y en un 70,1 por ciento en las guarderías, que por primera vez se adhirieron a la convocatoria.

Por enésima vez denunciaron que el incremento de 18 a 20 horas lectivas semanales, dispuesto por la Consejería de Educación autonómica, supondrá la pérdida de tres mil empleos y una poda presupuestaria de 80 millones de euros.

Bajo la presión para reducir costos, se les está ordenando a los pedagogos pasar más horas en las aulas, lo cual significa que miles de profesores de apoyo serán despedidos, de acuerdo con las centrales obreras.

Además de repercutir negativamente en la calidad de la educación, los ajustes aplicados por numerosas autonomías, en su mayoría administradas por el PP, rondan los dos mil millones de euros y dejarán sin empleo a unos 15 mil interinos.

(Con información de Prensa Latina)