Se calcula que existen 1,3 millones de especies animales en el planeta, la mayor parte de ellos bacterias e insectos. Pero incluso de esa minoría de vertebrados aún desconocemos muchas especies, que cada año siguen descubriéndose en ecosistemas remotos. Estos son las diez formas de vida más extrañas halladas durante 2011, según la recopilación de National Geographic.
Una rana vampiro, un murciélago y el tiburón de un solo ojo figuran entre las especies raras halladas por especialistas este año, que publica la revista especializada Nacional Geographic.
Ese anfibio fue descubierto en las junglas del sur de Vietnam. Un par de colmillos negros y duros de los renacuajos que salen del interior de su boca llamó la atención de los científicos, pues por primera vez se observan esos dientes en las larvas de estos animales.
En el país asiático ubicaron además a un murciélago bautizado como Belcebú por su diabólica coloración: cabeza negra y lomo peludo oscuro, en contraste con su blanco abdomen.
El feto del escualo cíclope fue hallado en el vientre de su madre, capturada en aguas del Golfo de California. A primera vista y, según describen los especialistas al observar su foto, publicada por la revista, parece que estás frente a Polifemo, el hijo del dios griego del mar Poseidón.
Integra la selección otra especie descubierta en el continente australiano. Se trata de una araña albina en su cabeza, de unos tres centímetros y cuerpo marrón, al igual que sus homólogas.
A la lista se suma un camaleón Furcifer timón, que habita en Madagascar e impacta por su típica coloración. Los investigadores comparan su aspecto con el maquillaje al estilo glam de las estrellas de rock.
En el golfo de México los investigadores localizaron una medusa gigante, que se alimenta de sus similares y puede devorar hasta unos 35 de una sola vez.
También son catalogados como insólitos dos gusanos, uno de ellos es el Enteropneust de color fucsia, que habita en las profundidades del océano Atlántico junto a otra decena de posibles nuevas especies marinas.
A este se añade el Halicephalobus mesphisto, que vive en condiciones anómalas, o más bien en un infierno, como describen los autores.
Habitan entre 0,9 y 3,6 kilómetros por debajo de la superficie terrestre, en unas minas de Suráfrica, donde las temperaturas pueden alcanzar los 48 grados.
(Con información de National Geografic y Prensa Latina)
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