El movimiento Ocupar Wall Street (OWS) convocó hoy a una gran concentración para el 17 de enero frente a la sede del Congreso, la cual prevén sea la manifestación más grande del grupo hasta el momento.

A pesar de las bajas temperaturas invernales y las festividades por el advenimiento del nuevo año, los llamados indignados pretenden recobrar la atención de la opinión pública estadounidense y volver a energizar a sus integrantes, reportó el diario californiano La Opinión.

La Cámara de Representantes reinicia sus sesiones el 17 de enero y se les dará la bienvenida con la unificación de ocupadores más grande hasta la fecha, especifican en el sitio digital OccupyYourCongress.info ^[1].

Será una demostración pacífica contra el sistema político corrupto, enfocada en impulsar el éxito del movimiento, orientando el debate político en los hechos reales que importan a la gente, agregan.

No daremos muchos detalles respecto a las actividades. Ya contamos con los permisos necesarios. No sabemos todavía cuánta gente llegará a Washington, pero esperamos que sean miles, explicó Kasey, una activista que prefirió no dar a conocer su apellido.

El hecho resultará una prueba más de la vigencia y cohesión de los pacifistas estadounidenses, en momentos cuando los principales medios de comunicación especulan en torno a la sobrevivencia de las manifestaciones, comentó el periódico.

El frío de la temporada, el hambre y las fiestas lejos de la familia implican una carga difícil de llevar, alegó la fuente.

Sin embargo, en la denominada Plaza de la Libertad en esta capital, el ánimo permanece alto, carpas, ropa abrigadora, sacos de dormir, café azúcar, platos y calentadores son algunos de los requerimientos más urgentes, explicó el rotativo.

Estamos bien y no nos moveremos. Incluso tendremos una fiesta de año nuevo, aseguraron varias personas reunidas en la tienda principal de informaciones.

Las manifestaciones populares bajo la denominación de OWS cumplieron tres meses el 17 de diciembre último, las cuales se extendieron de costa a costa, a las principales urbes de la norteña nación.

Los indignados alzan su voz contra la avaricia financiera corporativa, el desmedido poder de los grandes bancos, así como las inequidades generadas por el sistema capitalista.

Han debido enfrentar las bajas temperaturas de la temporada invernal, desalojos, así como el empleo de una desmedida violencia por parte de las autoridades policiales, que llegó hasta el encarcelamiento y el uso de gas pimienta.

(Con información de Prensa Latina)