La voladura de un avión cubano en pleno vuelo, sin sobrevivientes, y las torturas a las hermanas Brenda y Marlene Esquivel, son algunos pasajes del documental Posada Carriles. Terrorismo made in USA, del realizador venezolano Ángel Palacio.

La primera parte de la obra, transmitida al final de la noche de ayer por Telesur, es una denuncia sobre el inventario criminal del terrorista Luis Posada Carriles, quien goza de impunidad en Estados Unidos, pese a sus propias confesiones.

Palacio hace un recorrido por el historial de este personaje desde su incorporación a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en los años 60, hasta su acogida en Miami por parte del gobierno de George W. Bush.

Rememora que el 6 de octubre de 1976, el DC-8 de Cubana de Aviación cayó al mar cerca de las costas de Barbados, tras dos explosiones, en un sabotaje cuyo autor intelectual fue Posada Carriles con el coauspicio de Orlando Bosch, Hernán Ricardo y Freddy Lugo.

En el quizás más connotado acto hostil de la política terrorista mantenida y apoyada por los gobiernos de Estados Unidos contra del pueblo cubano, murieron las 73 personas que viajaban a bordo: 57 cubanos, 11 guyaneses -la mayoría de ellos estudiantes becados en Cuba-, y cinco funcionarios culturales coreanos.

Iba en la nave, el equipo nacional juvenil cubano de esgrima que regresaba victorioso del recién terminado campeonato centroamericano de esa disciplina.

La periodista venezolana Alicia Herrera, autora del libro Pusimos la bomba…¿y qué?, también aporta a esta cinta su testimonio sobre el hecho.

Recordó cómo los autores materiales del crimen, Hernán Ricardo y Freddy Lugo, le confesaron su participación en el atentado y sus vínculos con los responsables intelectuales, Luis Posada Carrilles y Orlando Bosch.

Entre otras evidencias en la obra de Palacio, las hermanas venezolanas Brenda y Marlene Esquivel, víctimas de las torturas de Posada Carriles, presentan elementos clave que demuestran la condición criminal de este hombre de origen cubano.

Posada, en 1972, era Jefe de Operaciones de la División de Servicios de Inteligencia y Prevención en Venezuela (Disip) y actuaba bajo el alias “Comisario Basilio”.

El 3 de junio de ese año, dirigió un allanamiento en la zona de la Victoria en la que participaron uniformados, policías y agentes de la Disip , con el pretexto que investigaban el secuestro de un industrial.

En la operación fueron asesinados cuatro personas y ellas quedaron arrestadas, recordaron.

Brenda tenía ocho meses de embarazo y a patadas, por órdenes del Comisario Basilio, le mataron a su hijo, además de recibir torturas psicológicas.

El documental, de la serie InjerenCIA – la invasión silenciosa, de la entidad venezolana PanaFilms, cuya segunda parte será transmitida hoy por el canal multinacional, constituye una fuente de pruebas que avala las denuncias contra uno de los más connotados terroristas del hemisferio.

En él se exponen detalles de una red de terror que la CIA estableció en América Latina, en la cual Posada Carriles fue uno de sus componentes esenciales.

Bajo los seudónimos Ramón Medina, Ignacio Medina, Juan José Rivas, Julio César Dumas, Bambi y Franco Rodríguez Mena, y otros, Posada recorrió buena parte del continente como parte de la CIA,

Testimonios de los familiares de las víctimas que fueron asesinadas directamente por él o bajo sus órdenes, así como resultados de investigaciones argumentan la cinta.

Completa la pieza la demanda de justicia para los sobrevivientes y para las familias que perdieron a sus seres queridos.

A pesar de un pedido de extradición de Venezuela, Posada, sigue libre Estados Unidos con la venia de las autoridades, aun cuando ha confesado no tener remordimiento ninguno y aceptar su “responsabilidad histórica”, según un fax firmado por él bajo el alias de Solo.

(Con información de Prensa Latina)