Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) comenzaron este lunes su primera cumbre de 2012 sobre la crisis de la eurozona, en la que buscarán aprobar el nuevo Tratado para reforzar la disciplina fiscal y discutirán sobre cómo conjugar medidas de austeridad y crecimiento.

“Hemos hecho progresos considerables, pero todavía no estamos al final del camino” para salir de la crisis, señaló el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, al inicio de la reunión que largó a las 15.30 horas locales (11.30 de Argentina).

En la oportunidad, los líderes europeos buscarán también aprobar la puesta en marcha a partir del 1 de julio de 2012 del fondo de rescate permanente para países endeudados, dotado con 660 mil millones de dólares.

Sobre este punto, Berlín mantiene su veto a aumentar el capital pese a la petición del Fondo Monetario Internacional, España, Francia e Italia.

El principal riesgo sigue siendo la situación en Grecia, país que aunque en los papeles no está en la agenda de la cumbre, centrará buena parte de los debates, informó la agencia de noticias Europa Press.

Atenas está cerca de lograr un acuerdo con la banca que incluye la condonación del 50% de la deuda (alrededor de 132 mil millones de dólares).

La reunión comenzó con casi media hora de retraso, después de que el presidente francés, Nicolas Sarkozy; la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente del Gobierno italiano, Mario Monti, llegaran tarde, juntos y sonrientes a la sala tras un encuentro previo.

La cumbre -la número 17 en dos años sobre la crisis económica y financiera de la UE- se produce en una Bruselas semiparalizada por una huelga general dirigida contra las recetas de austeridad.

Sólo el 21% de los belgas apoyó la huelga, según un sondeo de prensa, por lo que los líderes pudieron llegar a la sede del Consejo sin demasiados contratiempos, pues el aeropuerto de la capital funciona casi relativa normalidad.

Las autoridades belgas habían implementado planes alternativos de transporte, helicópteros incluidos, para acercar a los jefes de Estado y de Gobierno a la mesa de reuniones, pero luego quedó claro que no habría necesidad de utilizar esos recurosos de emergencia, luego que un portavoz del aeropuerto señaló que apenas un 10% de los vuelos se vieron afectados.

(Con información de Correo del Orinoco)