Entre los meses de marzo y junio en Cuba, y sobre todo en La Habana, una ola de cinéfilos expectantes recorre las salas, para degustar lo mejor y lo más reciente del cine francés.

Y digo degustar porque- además del sabor tan agradable que dejan estos ciclos- quienes amen el séptimo arte sabrán que la filmografía gala ha sido históricamente una de las más relevantes del Viejo Mundo.

El Festival de Cine Francés en Cuba, que celebra su XV edición, está entre los dos más grandes de su tipo en el mundo por la convocatoria que tiene. Casi todos los años acuden a las lunetas cubanas unos 100 mil espectadores.

“Comenzamos a organizar una muestra de cine francés y no pensamos que esta aventura llegaría tan lejos. Resulta que ya estamos en los 15 años de un festival que es muy popular y ahora tenemos que proponernos llegar a los 20”, comentó el realizador galo Christophe Barratier, quien es también organizador del evento.

Para traer a Cuba las cintas francesas y la delegación de directores, actores y funcionarios del séptimo arte en ese país, se creó Cinemanía, entidad encargada de gestionar los derechos de exhibición aquí.

Nouredine Essadi, fundador del festival en Cuba conversó con Cubasí sobre su experiencia en estos 15 años.

“Cinemanía se ocupa de buscar películas francesas con distribuidores en España o América Latina para traerlas a Cuba. Muchas veces para exhibirlas aquí debemos pagar para subtitularlas y demás. Por ejemplo, el año pasado tuvimos que hacerlo con “La Venus negra”, pero invertimos contentos el presupuesto porque para nosotros era importante pasar la película en Cuba ya que la protagonista era cubana”.

“Si tuviéramos más recursos para tener la libertad de elegir cualquier película francesa, la programación del festival sería diferente, tal vez un poco más personal; pero estamos muy contentos con lo que hemos logrado hasta ahora”.

¿Inicialmente cuál fue el interés de hacer un festival de cine francés en Cuba?

La idea era mostrar aquí filmes recientes. La motivación vino después de que yo fui a un cine en Cuba y vi la sala repleta; la reacción de la gente durante la proyección era increíble.

Aquí las salas son muy grandes, en el mundo ya eso no existe. Pasar una película en un cine de mil doscientas butacas o más es una gran experiencia, es algo que sorprende a todos los actores, realizadores y funcionarios que vienen.

¿Después de 15 años viniendo a Cuba, qué los sigue motivando?

La verdad es que cada año es una magia. Lo más interesante, y que sentimos desde el principio fue la gente y la relación que surgía entre el público, las películas y la delegación acompañante. Eso se repite constantemente.

Hubo un año en que vinimos con una gran delegación, con unos 10 talentos. Eso fue muy importante, hubo algo especial. Este año también es muy rico, hay filmes que han recorrido el mundo y otros como “El artista” que ganó varios premios Oscar.

Cada vez que se acaba un festival aquí me pregunto qué haré el año que viene, qué películas podré traer y pienso si esta magia va a repetirse. Por suerte el público siempre está presente. Hay un gran entusiasmo. Eso es lo que nos motiva a seguir viniendo.

¿Han pensado en hacer un documental o algo que recoja las memorias del festival en Cuba?

Estamos tratando de recuperar todo el material que existe sobre el festival. Sería muy interesante concretar algo así porque es una historia inédita. Estamos hablando de un festival de cine francés que probablemente es el más importante fuera de Francia.

(Con información de CubaSi)