El presidente boliviano, Evo Morales, será nombrado hoy en Roma “Embajador Especial de la Quinua para el Mundo” por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

El mandatario boliviano visitará la sede de esa agencia de la ONU para reunirse con su director general, el brasileño José Graziano da Silva, y después trasladarse a Holanda a promocionar la quinua en la feria internacional de horticultura Floriade 2012, en la ciudad de Venlo, donde Bolivia tiene un stand.

Este nombramiento toma en cuenta el impulso decidido Morales a la promoción del milenario grano, una alternativa para aliviar el hambre en el llamado Tercer Mundo y llega con motivo de la celebración del Año Internacional de la Quinua en 2013, declarado por la ONU en noviembre de 2011 a sugerencia del país andino.

La quinua es un grano originario de la zona altiplánica de la Cordillera de los Andes que crece en tierras áridas y semiáridas, con amplia variedad genética y enorme capacidad de adaptación a climas adversos y hábitats diferentes.

De elevado contenido proteico y de nutrientes, tuvo gran importancia para las civilizaciones andinas precolombinas, ocupando el segundo lugar tras la papa.

Considerado entre los cultivos más antiguos de los Andes, con siete mil años de producción y en cuyo laboreo participaron culturas como la Tihuanaco y la Incaica, es el único alimento vegetal con todos los aminoácidos esenciales (20), de acuerdo con la estadounidense Administración Nacional de la Aeronáutica y el Espacio (NASA).

La quinua (Chenopodium quinoa willd) contiene el balance de proteínas y nutrientes más cercano al ideal: tiene 40 por ciento más de Lisina que la leche, el aminoácido más importante para los seres humanos; no tiene colesterol ni gluten, y presenta muchas vitaminas como A, C, D, B1, B2, B6 y ácido fólico.

Rico en fósforo, potasio, hierro, magnesio y calcio, tiene un valor calórico mayor al huevo y la leche, y comparable a la carne; mientras su alto contenido proteico es superior a granos como el trigo, arroz, maíz y avena.

Su contenido de magnesio contribuye a relajar los vasos sanguíneos, previniendo su constricción y dilatación. Es buena fuente de riboflavina (vitamina B2), útil para producir energía a nivel celular, y reduce la frecuencia de ataques de migraña.

Una dieta rica de este grano ayuda a los celíacos (intolerantes al gluten) a recuperar la función del intestino en menos tiempo.

Contiene fitoestrógenos, sustancias que previenen o reducen enfermedades crónicas como osteoporosis, arterosclerosis, cáncer de mama y otras alteraciones femeninas postmenopáusicas, causadas por la falta de estrógenos.

Con su alto contenido de Lisina promueve el desarrollo del cerebro y el crecimiento integral de las personas, mientras su carencia de colesterol hace que no forme grasas en el organismo. Además, es fácil para digerir y no ocasiona los problemas digestivos que provocan los cereales que contienen gluten.

(Con información de Prensa Latina)