Los nexos entre grupos políticos europeos con dependencias gubernamentales de Estados Unidos, incluidas la Agencia Central de Inteligencia (CIA), constituyeron el foco central de la semana cubana que concluye hoy.

En esta ocasión el desencadenante de la campaña internacional se produjo luego del accidente de tránsito en julio pasado en el que murieron Oswaldo Payá y Harold Cepero, dos miembros del ilegal Movimiento Cristiano Liberación, apoyado desde el exterior.

La utilización del suceso luctuoso intentó tapar las verdaderas acciones en Cuba de los también involucrados el español Ángel Carromero y el sueco Jens Aron Modig, quien confesó ante los medios de prensa que trajo a Payá cuatro mil euros para sus actividades.

Carromero, dirigente juvenil del Partido Popular español, negó las versiones de que un vehículo los impactara por la parte trasera al momento del accidente y solicitó a la opinión pública internacional no utilizar el hecho con fines políticos.

A pesar de las declaraciones de los implicados, un material televisivo refirió la publicación de más de 900 informaciones periodísticas y 120 mil mensajes en las redes sociales, lo cual fue calificado de macabro espectáculo por la prensa cubana.

Las operaciones subversivas, sin embargo, no se limitaron al hecho, pues también Estados Unidos y organizaciones anticubanas asentadas en aquel país financiaron acciones en marzo pasado para crear desórdenes durante la visita del papa Benedicto XVI.

El Directorio Democrático Cubano, organización pantalla de la CIA, orientó el reclutamiento de ocho jóvenes mexicanos para viajar al país caribeño y promover actos subversivos.

Del 17 al 24 de marzo, precisó un material televisivo, las autoridades detuvieron a cuatro de esos ciudadanos, los cuales fueron reclutados por Miguel Ángel Pateyro, quien ha realizado actividades para apoyar a contrarrevolucionarios y viajado a Cuba dos veces.

Pateyro es un subordinado de René Bolio, exsenador suplente del mexicano Acción Nacional, partido que desde 1999 participa en acciones anticubanas coordinadas con organizaciones en Miami como el mencionado Directorio y la Fundación Nacional Cubano Americana.

Luis Antonio Nequiz, uno de los ciudadanos mexicanos, manifestó que le costearon su viaje a Cuba con el objetivo de que se dedicara a trazar rutas de las zonas por las que transitaba más cantidad de personas y poder distribuir volantes que llamaban a la sublevación.

Durante la semana, la cancillería cubana rechazó su inclusión por vigésima ocasión consecutiva en una lista que unilateral y arbitrariamente establece Estados Unidos de patrocinadores del terrorismo internacional.

Con ello Washington busca argumentos para la adopción de nuevas medidas de persecución de las transacciones financieras y comerciales, precisó el Ministerio de Relaciones Exteriores en un comunicado.

(Con información de Prensa Latina)