Decenas de miles de estudiantes tomaron hoy las calles de medio centenar de ciudades españolas para rechazar los duros recortes aplicados en la enseñanza pública por el gobierno conservador de Mariano Rajoy.

En Madrid, unos 40 mil manifestantes, según el Sindicato de Estudiantes (SE), marcharon desde la glorieta de Atocha hasta la emblemática Puerta del Sol para exigir la renuncia del ministro de Educación, José Ignacio Wert, a quien calificaron de cavernícola.

Bajo el lema No a la educación franquista (en alusión a la dictadura del general Francisco Franco), Wert dimisión, la marcha coincidió con la segunda de tres jornadas de huelga en los colegios públicos de casi toda España.

Además de sacar a las calles a miles de alumnos de secundaria y bachillerato, la convocatoria al paro -que la víspera fue secundado por el 70 por ciento del estudiantado- volvió a vaciar las aulas en Barcelona, Valencia, Oviedo, Pamplona y Alicante, entre otras urbes.

La respuesta a la manifestación fue masiva y la huelga tuvo este miércoles un seguimiento del 85 por ciento, subrayó a periodistas el secretario general del SE, Tohil Delgado.

El líder estudiantil resumió en cuatro las reivindicaciones de la protesta: la devolución de los cuatro mil millones de euros recortados en la enseñanza, el regreso a sus puestos de los 50 mil docentes despedidos, la retirada la reforma educativa y el cese de Wert.

Por segundo día consecutivo, casi dos millones de educandos estaban llamados a secundar la medida de fuerza, convocada por el SE y respaldada por la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (Ceapa).

A la tercera jornada de huelga, que se concretará mañana, se sumará la Ceapa, que emplazó a las familias a no llevar a sus hijos a los centros de enseñanza.

Se trata de la primera vez en España que la confederación de padres y madres, mayoritaria en el sector educativo, llama a una movilización de estas características.

A principios de semana, el titular del ramo encendió la polémica sobre estos tres días de paros y movilizaciones, al tildar de irresponsable a la Ceapa y de radicales a los miembros del SE.

Tanto el portavoz de la Ceapa, José Luis Pazos, como Delgado acusaron a Wert de desacreditar y criminalizar la huelga de estudiantes, tras achacarle un supuesto contenido político extremista.

Pazos denunció la nefasta política educativa emprendida por el ministro y su despreció hacia las familias, ante la negativa a reunirse con los padres para saber qué piensan sobre los ajustes y la reforma puesta en marcha por el Gobierno del derechista Partido Popular.

A las críticas contra el Ejecutivo y su titular de Educación se adhirieron la coalición Izquierda Unida y el Partido Socialista Obrero Español, que denunciaron el desmantelamiento de la instrucción pública y reclamaron la renuncia de Wert.

Esta lucha la vamos a ganar, El dinero del banquero para el instituto obrero o La educación no es un gasto, es inversión de futuro eran algunas de las consignas que podían leerse en las pancartas que llevaban los estudiantes en la marcha de Madrid.

(Con informacion de agencias)