La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y su gobierno exigirán a Canadá que explique cómo obtuvo ilegalmente información secreta del ministerio de Minas y Energía, según revelaron los documentos que fueron sustraídos por el exagente de la NSA, Edward Snowden y difundidos por los medios de comunicación brasileños.

“El reporte apunta a los intereses candienses en el área de minería. Itamarty (Cancillería) va a exigir explicaciones a Canadá”, escribió Rousseff a través de su cuenta en la red social Twitter (@dilmabr).

En dicha red social la mandataria brasileña afirmó que “el espionaje atenta contra la soberanía de las naciones y la privacidad de las personas y de las empresas”.

Rousseff también expresó que no se puede construir la confianza entre países que buscan una sociedad si se espían a los gobiernos. “Es urgente que los Estados Unidos y sus aliados detengan sus acciones de espionaje de una vez por todas. Eso es inadmisible entre países que pretenden ser socios. Repudiamos la guerra cibernética”.

En ese sentido destacó que reforzarán las medidas de seguridad a nivel tecnológico, tarea encomendada al ministro de Minas y Energía Edison Lobao. “Para que el Ministerio tenga un buen sistema de protección de datos, solicité al ministro Lobao una rigurosa evaluación y reforzamiento de la seguridad de esos sistemas”.

“La denuncia de que el Ministerio de Minas y Energía fue blanco de espionaje confirma las razones económicas y estratégicas detrás de estos actos”, añadió Rousseff.

La agencia de noticias Ansa se hizo eco de una información publicada por el periodista Glenn Greenwald en el que supuestamente los agentes canadienses hurtaron datos de la estructura del ministerio de Minas y Energía así como del sistema de comunicaciones interno de esa cartera.

Los agentes canadienses interfirieron telefonemas y correos electrónicos y obtuvieron información clasificada, según los medios brasileños.

El reportaje de Greenwald fue emitido anoche por la TV Globo, que había divulgado otros dos sobre acciones del mismo tipo de la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense, que provocaron una crisis entre Brasil y Estados Unidos y la suspensión del viaje de Rousseff a Washington.

Los datos obtenidos por los espías fueron presentados por la Agencia Canadiense de Seguridad a sus colegas estadounidenses y británicos en junio del año pasado.

“Yo creo que esto configura un hecho grave que merece repudio, además la presidenta Dilma ya lo condenó ampliamente en la ONU” el mes pasado, declaró el ministro de Minas y Energía, Edison Lobao.

Debido a la sospecha de espionaje y luego que el Gobierno de Barack Obama no diera explicaciones a Brasil, la presidenta Rousseff decidió cancelar la visita oficial de Estado que tenía prevista a Washington este 23 de octubre.

En julio, la prensa brasileña reveló que su país formó parte de una red de 16 bases de espionaje operadas por los servicios de inteligencia de Estados Unidos, que intervinieron millones de llamadas telefónicas y correos electrónicos.

Además de Brasil, también aparece en ese grupo de países: Ecuador, Argentina, Venezuela, Colombia, Bolivia, Egipto, India, Irán, Turquía, China, Rusia, Francia, México entre otros.

Edward Snowden dio a conocer en una entrevista ser el responsable de dar a conocer programas de espionaje por parte del gobierno de Estados Unidos a varios gobierno del mundo. Esta información fue publicada por el rotativo británico The Guardian. Dicha información podría ser la filtración más importante de documentos secretos del gobierno en la historia de Estados Unidos.

(Telesur)