El enviado especial de la ONU para Libia, Ghassan Salamé, valoró  positivamente la decisión italiana de participar con unidades navales en aguas de ese país para el enfrentamiento conjunto al tráfico de personas ^[1].

En declaraciones a la prensa junto al canciller, Angelino Alfano, con quien se entrevistó poco antes, el representante del organismo internacional expresó que ‘estamos en el camino correcto en este sector para enfrentar un desafío que nos involucra a todos’.

Añadió que sabía sobre las discusiones en la nación norafricana sobre este asunto, pero creía que ‘la cooperación y la transparencia entre Italia y Libia sea el modo más constructivo’.

El acuerdo entre el gobierno italiano y el presidente del gobierno de Acuerdo Nacional, Fayez al Serraj, fue rechazado por el general Jalifa Haftar, cuyas fuerzas controlan la Cirenaica, el parlamento de Tobruk, el vicepresidente Fathi al Mejbari y , Sayf al Islam Gaddafi, hijo del líder libio derrocado y asesinado en 2011.

Alfano, por su parte, consideró que solucionar la inestabilidad prevaleciente en Libia es una prioridad absoluta y pidió a la ONU ejercer un liderazgo fuerte en ese sentido, ante ‘demasiados mediadores y demasiadas mediaciones con resultados nulos al final’.

(Tomado de Prensa Latina ^[2])