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Derroteros de la Industria Alimentaria en Cuba (+ Video)

Publicado el 8 junio 2016 en Economía,Temas Nacionales

La industria alimentaria posee más de 2 mil 800 fábricas agrupadas en 23 ramas asociadas a la producción industrial de alimentos y bebidas.

Por Luis Eduardo Domínguez, Oscar Figueredo y Yailín Orta especial para la Mesa Redonda

Fotos: Roberto Garaycoa

El Ministerio de la Industria Alimentaria (Minal) es un organismo de la Administración Central del Estado surgido en marzo de 2009, producto de la extinción de los ministerios de la Pesca y la Industria Alimenticia, y tiene la misión de ejecutar, controlar y dirigir la aplicación de la política del Estado y del Gobierno en el desarrollo de la industria alimentaria, incluida la rama de bebidas y licores, así como lo relativo a la investigación, conservación, extracción, cultivo, procesamiento y comercialización de los recursos pesqueros.

El Minal atiende y controla a 108 empresas -de las cuales 11 son Asociaciones Económicas Internacionales-, más de 2 800 fábricas, que se subordinan a diferentes grupos empresariales; y más de 300 minindustrias, entre otras entidades, según precisó este martes en la Mesa Redonda Marileydi Herrera, directora de Calidad y Tecnologías de ese ramo.

La directiva también explicó que esta estructura abarca más de 20 actividades para la  transformación de las materias primas y obtener productos derivados de la leche, la carne, las frutas, los vegetales, café, harina, bebidas, aceite, cacao y de los productos pesqueros.

Dos de los institutos del Minal son centros de capacitación para formación de técnicos, profesionales  y cuadros.

Entre los desafíos que presenta este sector está la obsolescencia tecnológica -posee fábricas que datan de los primeros años de la Revolución, con un elevado deterioro-, las deficiencias en su estructura y la baja ejecución de inversiones que limitan el crecimiento que se pretende en la industria alimentaria, para evitar la sustitución de importaciones. Igualmente, la directiva reconoció que existen indisciplinas en los procesos tecnológicos.

La Industria Alimentaria se identifica como un sector decisivo, pero económicamente complejo porque se gestiona en cadena, desde las materias primas, hasta el alto conocimiento técnico y científico, lo cual ha permitido que se logren mejoras en la conservación de los alimentos, en los procesos productivos y en los ciclos de distribución.

También exige requerimientos especiales para la organización del procesamiento de los alimentos, y de una poderosa logística de transportación que permita desde la importación de insumos que se requieren para la producción, hasta para la distribución de los productos terminados. Esta industria, además, requiere de una estrecha relación con el resto de los sectores.

Marileydi Herrera explicó que una de las cualidades que tiene el ramo es la diversidad de las industrias que son necesarias para la molienda del trigo, para los mataderos de ganado y porcino, y están las que agregan valor al producto terminado, como aquellas que se dedican a la producción de galletas, bebidas, lácteos. “Esta complejidad tecnológica está enfocada en la complejidad de los procesos productivos”, aseguró.

Tampoco desconoció que es un sector que exige de sistemas de tratamiento de agua, de refrigeración… y otros componentes que hacen más compleja la industria alimentaria.

Entre los problemas actuales, además del deterioro industrial, mencionó que la producción no es suficiente, que es escasa la diversidad de surtidos para cubrir la demanda y que los que se elaboran no siempre llegan con calidad al consumidor final.

Salvo excepciones, alertó Herrera Olmo, la mayor parte de estas fábricas datan de los primeros años de la Revolución, por lo que presentan un elevado deterioro de la infraestructura civil y tecnológica, y deficiencias en el diseño de su estructura que afectan el flujo productivo y limitan la ejecución de inversiones.

“El bajo nivel de mantenimiento e insuficientes inversiones durante años, han provocado una baja disponibilidad técnica hasta llegar a la obsolescencia de algunas líneas de proceso. Esto no sólo afecta el cumplimiento de los planes productivos, sino también el crecimiento que se pretende”, agregó.

La responsable de Calidad y Tecnología insistió también en otros aspectos que influyen en la producción, como las indisciplinas en los procesos tecnológicos y en el cumplimiento de las normas, de la metrología y el escaso avance en la implantación de los sistemas de gestión. Razones que impactan en la calidad e inocuidad de los productos que se comercializan.

Herrera Olmo añadió que la industria alimentaria representa un sector decisivo para el país, pero que es económicamente complejo, pues es fundamental garantizar las materias primas e insumos fundamentales para su desarrollo, pero también un amplio conocimiento técnico y científico. En muchos casos, este conocimiento ha sido traspasado y enriquecido de generación en generación, lo que ha permitido con el paso de los años, una mejor preparación en la conservación de los productos, su durabilidad, y las mejoras en los procesos y la distribución.

“Todos estos aspectos plantean requerimientos especiales tanto para la organización que realiza las actividades de transformación, como para la base agrícola que produce las materias primas, la industria que garantiza los envases, y la logística necesaria de transportación o importación de insumos. Los ingredientes como los condimentos, los conservantes, los antioxidantes; los envases u otros útiles e instrumentos que se necesitan y que no se producen en nuestro país, son una demostración de la necesidad de una integración de los productores industriales de alimentos con otros sectores de la economía”, añadió Marisleydy Herrera.

Salvo excepciones, alertó Herrera Olmo, la mayor parte de estas fábricas datan de los primeros años de la Revolución.

Por su parte, la Presidenta del Grupo Empresarial de la Industria Alimentaria (GEIA), Iris Quiñones Rojas, recordó cómo surgió la Industria, sistema que concentra alrededor del 70% de la producción y transformación de la industria de alimentos.

La GEIA está integrada por 94 empresas que cuentan con un total de 767 establecimientos productivos y donde laboran unos 77 mil trabajadores. Asimismo, abarca 23 actividades diferentes del procesamiento industrial de alimento y a la cadena productiva del sector pesquero y está presente con empresas y fábricas en todo el territorio nacional.

“Nuestras industrias producen anualmente alrededor de un millón 500 mil toneladas de diferentes surtido de productos. Cárnicos, lácteos, conservas de frutas y vegetales, café torrefaccionado, harinas de trigo y de maíz, confituras, pastas alimenticias, refrescos, agua, ron, cerveza, vinos y vinagres, aceites y grasas, productos pesqueros entre otros”, señaló la responsable de la GEIA.

Respecto a este tema, Iris Quiñones señaló que en todos los casos, la demanda de la población es superior a las producciones actuales y a las capacidades reales que tiene la industria.

“Por ejemplo, la harina de trigo de la que se producen más de 500 mil toneladas al año en el país y se duplican las producciones que se realizaban en la década pasada, la producción diaria y el consumo son prácticamente iguales y esto no significa que este sea la demanda real, pero los incrementos productivos han estado destinado fundamentalmente a la sustitución de importaciones. En ese mismo caso están los productos lácteos. Se producen más de 300 mil toneladas, pero se importan anualmente otra importante cantidad para poder respaldar los consumos”, agregó.

En ese mismo caso se encuentran los cárnicos, de los que se producen más de 200 mil toneladas, pese a que en los últimos años se han experimentado crecimientos. Sin embargo, la carne de cerdo por ejemplo, con 80 mil toneladas por el desarrollo que ha tenido el programa porcino, aún requiere importaciones para respaldar los consumos actuales. Por su parte, la producción de refresco sobre cumple sus planes, pero se conoce que es insuficiente el nivel productivo y las capacidades de las industrias no permiten siquiera incrementar la presencia del producto envasado.

Durante el programa televisivo, Iris Quiñones dijo que los problemas no se pueden medir solamente en las condiciones tecnológicas, también existen problemas subjetivos que afectan las producciones y su distribución y deben enfrentarse de una forma diferente.

Por su parte, la Presidenta del Grupo Empresarial de la Industria Alimentaria (GEIA), Iris Quiñones Rojas, recordó cómo surgió la Industria, sistema que concentra alrededor del 70% de la producción y transformación de la industria de alimentos.

Jesús Rodríguez Mendoza, Vicepresidente del GEIA, informó que en los últimos 4 años el sistema empresarial ha ejecutado importaciones destinadas a las inversiones por 63,4 millones de CUC y para el mantenimiento por 85 millones. Ambos montos concentrados fundamentalmente en la compra de piezas de repuesto y equipos para la sostenibilidad de los procesos productivos.

“Básicamente entre las principales inversiones que se han ejecutado en este período podemos señalar las ejecutadas en la planta de procesamiento de frutas y vegetales del Valle de Caujerí en Guantánamo, la instalación de dos Líneas de Molinado de trigo, las líneas de Quesos Escambray, la planta de leche en polvo en Camagüey y la planta extractora de aceite de la Empresa Procesadora de Soya, entre otras”.

También agregó que están en proceso de conclusión inversiones en la planta de Helados Nevada de la Empresa Láctea de Matanza, el frigorífico Vega de la Empresa Cárnica Mayabeque y la línea de sacrificio de res y cerdo de Morón, Ciego de Ávila.

Rodríguez Mendoza destacó que el funcionamiento de las industrias no ha estado sustentada solamente por la cantidad de recursos disponibles, pues en las situaciones complejas, el recurso más importante con que se ha contado ha sido “la capacidad creadora e innovadora de nuestros trabajadores, técnicos y especialistas que a través de las BTJ y la ANIR, han puesto sus conocimientos al servicio de la alimentación del pueblo”.

En su intervención manifestó que actualmente están diseñados los programas de mantenimiento e inversiones de las industrias cárnicas, lácteas, conservas de frutas y vegetales, además parte de la industria pesquera.

“Como resultado del diagnóstico inicial realizado, solo en estas industrias se demandan aproximadamente 400 millones de usd en inversiones para su recuperación y modernización y para ello se trabaja en dos direcciones fundamentales: la inversión estatal y la inversión con participación extranjera”.

Jesús Rodríguez Mendoza, Vicepresidente del GEIA, informó que en los últimos 4 años el sistema empresarial ha ejecutado importaciones destinadas a las inversiones por 63,4 millones de CUC y para el mantenimiento por 85 millones.

Por su parte Betsy Díaz Velásquez, Viceministra del Ministerio de la Industria Alimentaria aclaró primeramente que existen otras estructuras empresariales que participan en mayor o menor medida en la producción industrial de alimentos.

Agregó que también hay un crecimiento en el procesamiento de frutas y vegetales en las minindustrias, un programa que viene desarrollándose con el Grupo Empresarial Frutícola y que contribuirá según la directiva, en el aporte de materias primas a la industria.

Más adelante reconoció que existen grandes insatisfacciones con dos productos de amplio consumo popular: el pan y la cerveza.

“En el caso del pan nuestras insatisfacciones son las mismas de la población porque somos parte de ella. No se logra su estabilidad y aun cuando en ocasiones existen problemas de calidad en algunas de las materias primas, hemos comprobado que en una panadería sale bueno y en otra no”.

Sobre este producto acotó que las causas de este fenómeno parten en primer lugar por indisciplinas [1], violaciones tecnológicas y el robo de productos que están definidos en su formulación, lo que repercute que al final salga un producto con mala calidad, mal olor y sin el gramaje.

“Nosotros tenemos un combate abierto a estas indisciplinas, sobre todo en la calidad y la higiene que deben mantenerse en las más de mil 700 panaderías de las industrias locales. También hay que rescatar las buenas prácticas, pues en muchas ocasiones usted ve que la misma dependienta manipula el pan con las manos con que da el vuelto”.

En el caso de la cerveza señaló que la producción nacional se garantiza desde tres fábricas en el país.

“Una en Santiago de Cuba, Villa Clara y la cervecería Tínima que lleva 30 años de explotación. Por su parte, la cervecería Bucaneros S.A asegura el 48 % de las producciones y el 75 % de las cervezas envasadas que se distribuyen en la red comercial en divisa del país”.

Díaz Velásquez detalló en la Mesa Redonda que para responder a la demanda de esta bebida se prevé la construcción de una nueva fábrica.

“Hoy se ha decidido incorporar varias marcas de cervezas importadas para mantener la estabilidad de la cerveza con un precio asequible a la población con el mismo precio que las cervezas Cristal y Bucanero- pero la perspectiva de manera inmediata es rescatar la industria estatal”.

En este mismo sentido informó que este año se ha planificado producir 33 millones de cajas de cervezas, el 25 % a granel y el 75 % envasado. Esta cifra, aclaró la Viceministra del MINAL, es insuficiente, por lo que se ha planificado importar además 5 millones “y aun así la demanda nos indica que faltarán otras cinco millones de cervezas en el mercado cubano, a lo que tendremos que ir buscando alternativas con importación”, finalizó.

Por su parte Betsy Díaz Velásquez, Viceministra del Ministerio de la Industria Alimentaria aclaró primeramente que existen otras estructuras empresariales que participan en mayor o menor medida en la producción industrial de alimentos.


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