El socialismo tiene que ser antirracista
En el estante de una feria del libro, la inscripción grabada en una camiseta llamó mi atención: «Las razas no existen; el racismo sí». Fernando Ortiz escribió en 1946 El engaño de las razas, ensayo clave en la evolución de un pensamiento antropológico que lo llevó a pensar el etnos cubano en términos de plena integración. El sabio desmontó científica y conceptualmente la aplicación de raseros raciales para clasificar a los seres humanos e intentar justificar la superioridad de unos sobre otros por el color de la piel.