Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda ^[1]

Fotos de Roberto Garaicoa

Hay historias excepcionales que discurren cotidianamente y uno quizá, con la prisa de los días, no dedica tiempo a reflexionar sobre ellas, sobre los puntales que esta sociedad fue edificando para que sucedieran, para que nacieran y florecieran a veces masivamente… por ello estas vidas pueden tener mucho en común con otras vidas, las de nuestros vecinos o las de amigos, o las de nuestra propia familia, personas que han aprendido a darse por encima de cualquier prebenda, personas que han creído en la utilidad de la virtud por encima de los privilegios.

Desde ese entrañable sentimiento se pudo disfrutar la Mesa Redonda que hizo énfasis en los valores, pero esta vez el espacio no se concibió desde la disertación conceptual del tema, sino que se tejió a partir de los testimonios de cuatro buenos cubanos que nos mostraron diversos instantes de su realidad, evocando lo que los ha impulsado a no obrar torcidamente.

La campeona olímpica Yunidis Castillo, quien tiene más de 11 récords en su palmarés, cuenta cómo su vida se nubló en su infancia a causa de un accidente en el que perdió su brazo derecho. Sin embargo, se inspiró, buscó en el ejemplo de Ana Fidelia la fuerza para crecerse, para superar sus más dolorosos momentos… Y así, con una voluntad y un empeño colosal fue “conquistando el viento”.

Quienes le acompañan en el programa reverencian su obra, y ella, con sonrisa nerviosa prefiere hablar de cómo siempre ha deseado inspirar a otros a no rendirse, a que crean en lo posible que otros piensan imposible. “Hasta me propuse sacar mi licencia de conducción y lo logré, porque uno no puede pensar en las discapacidades, todo lo contrario, sino en todo lo bueno que nos acompaña y que a veces no sabemos reconocer”.

Ariana Barberá es otra joven que se da, y lo hace con la modestia y la humildad de los grandes de espíritu. Por ello cuando se pone énfasis en el reciente reconocimiento internacional que alcanzó de parte de la Unesco con su proyecto de investigación en la búsqueda de un medicamento contra la artritis rematoidea, ella prefiere hablar del esfuerzo de un colectivo que la ha acompañado en esa propuesta. Y va más allá, habla de Cuba, un país que expandió la posibilidad de estudio y superación de las mujeres y los hombres, y en el que cerca del 54 por ciento de las personas que trabajan en el sector de la Ciencia son mujeres.

También insiste en que hay un estereotipo social sobre las mujeres de ciencias, de que no pueden atender con igual esmero a su familia, “y de lo que se trata es de buscar un equilibrio y lograr un balance para no descuidar a la familia y a los hijos”.

La joven igualmente alude a la importancia de la responsabilidad con la investigación que se realiza, y recalca el valor de la honestidad que debe prevalecer en quienes ejercen esta profesión.

El Héroe del Trabajo Lázaro Beltrán abrió también su mundo personal a los televidentes, y les contó de cuando con solo 14 años comenzó a trabajar, y luego puso afán en su superación y aprendió la tornería, y así fue jefe de brigada y luego de mantenimiento de los molinos que hoy hacen posible la harina del pan necesario. “Terminaba de trabajar a las 5 de la tarde, y luego me iba a estudiar en las noches… concluía la jornada pasadas las 10”.

Este hombre laborioso dice que ha roto el bloqueo, porque en más de 500 ocasiones de sus manos han salido las soluciones para mantener los molinos funcionando. “Después que me jubilé por motivos de salud me pidieron ayuda en el trabajo, y estuve ocho meses laborando de forma voluntaria, y desde que me pudieron volver a contratar me dije que llego hasta el final, hasta que tenga energías seguiré trabajando”.

René González, Héroe de la República de Cuba, quien escucha atentamente a Lázaro, ha recordado con este hombre a su padre, un obrero que también se curtió en el trabajo y recibió mucho a partir de la ética del trabajo. “Todos ellos me confirman que los valores no tienen edad ni nivel educacional. Y sus historias me confirman que no podemos relegar a la persona que produce, porque la persona que trabaja produce valores, y ahí está la mayor importancia de rescatar el valor del trabajo”.

René tampoco olvida que para el enemigo es muy necesario negar al hombre nuevo, que la impronta del Che desaparezca. También la modestia de jóvenes como Ariana le confirman que esta sociedad ha formado a muchos talentos, que tendrían muchos privilegios en otras sociedades, y sin embargo viven en Cuba conscientes de que viven en una sociedad subdesarrollada. “Hemos creado talentos con valores, y lo hemos hecho masivamente, y eso en medio de un mundo en el que el capital sigue imperando. La juventud que tenemos igualmente nos permite confiar en que podemos seguir recuperando la sociedad que queremos”.

“A los Cinco nos tocó defender la dignidad. El proceso desde un principio buscó convertirnos en indignos, ese fue el propósito de los fiscales, quienes buscaron todos los mecanismos coercitivos, pero no lo lograron y ahí están mis otros hermanos defendiendo la dignidad del pueblo cubano”.

Hay historias excepcionales que discurren cotidianamente y uno quizá, con la prisa de los días, no dedica tiempo a reflexionar sobre ellas

La campeona olímpica Yunidis Castillo, quien tiene más de 11 récords en su palmarés, cuenta cómo su vida se nubló en su infancia a causa de un accidente en el que perdió su brazo derecho

René González, Héroe de la República de Cuba, quien escucha atentamente a Lázaro, ha recordado con este hombre a su padre, un obrero que también se curtió en el trabajo y recibió mucho a partir de la ética del trabajo

El Héroe del Trabajo Lázaro Beltrán abrió también su mundo personal a los televidentes, y les contó de cuando con solo 14 años comenzó a trabajar, y luego puso afán en su superación y aprendió la tornería

Ariana Barberá es otra joven que se da, y lo hace con la modestia y la humildad de los grandes de espíritu