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Entre la producción, el mercado y la mesa

Publicado el 11 junio 2014 en Mesa Redonda

Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda [1]

Fotos de Roberto Garaicoa

En el contexto de la actualización del modelo económico cubano,  se estableció un reglamento de manera experimental en las provincias de La Habana, Artemisa y Mayabeque, con el propósito de diseñar y aplicar nuevas fórmulas en la comercialización de productos agropecuarios.

Tomando en cuenta la diversidad que caracteriza el entramado comercial de productos agropecuarios en nuestro país, con esta decisión se pretende estudiar a escala territorial otros modos de hacer en este proceso que permitan modificar, ampliar, perfeccionar y luego extender la experiencia al resto de las provincias del país.

Según José Puente, del Ministerio de la Agricultura, estas transformaciones responden, además, a la necesidad de cambiar la comercialización de forma tal que se eliminen los mecanismos que la entorpecen y se logre hacerla más dinámica, eficiente y flexible.

Entre los objetivos que persigue este propuesta igualmente se encuentra ordenar y perfeccionar la red comercial de productos agropecuarios —tanto mayorista como minorista—, haciéndola más asequible para productores y consumidores, y también más competitiva entre todas sus formas.

Estas disposiciones tienen entre sus principios fundamentales crear mecanismos de gestión más ágiles que contribuyan a reducir pérdidas en el proceso de comercialización y simplifiquen los vínculos entre el productor agropecuario y el consumidor final.

Las nuevas medidas consisten en que los productores pueden concurrir al mercado con sus propios medios. También se liberó la comercialización de los productos agropecuarios de forma tal que, una vez que los productores cumplan sus compromisos contractuales con el Estado, tengan la posibilidad de vender y comprar las producciones a quien deseen —incluidas entidades estatales—.

En la Mesa Redonda de este miércoles se dio a conocer que todos los centros del consumo social tienen la posibilidad de adquirir productos agropecuarios, a precios de oferta y demanda, tanto en la red mayorista como minorista, siempre y cuando los gastos por dicho concepto estén dentro de su presupuesto aprobado para el año fiscal. Ello no quiere decir que se elimina el abastecimiento que reciben estas entidades por parte de empresas agropecuarias; simplemente se están ampliando las opciones.

José Puentes precisó que desde el VI Congreso del PCC se aprobaron  los Lineamientos  181 y 183 que se refieren a la necesidad de buscar mecanismos de comercialización más eficientes, de esta forma el 20 de octubre de 2013 se aprobó la nueva política de comercialización experimental para La Habana, Artemisa  y Mayabeque. Lo cual ha permitido que hoy puedan  ir al mercado sin intermediarios el 36 por ciento de las cooperativas que participan.

Adolfo Alvarado, especialista de la ANAP, explicó que esta experiencia ha permitido que unas 164 cooperativas tengan presencia en 435 mercados y es una política que da la posibilidad de que todo lo que se produzca tenga un destino y no haya pérdidas.

“Los mercado tienen más de 2 000 trabajadores,  y hay 80 camiones que se le han arrendado a la cooperativas para lograr la transportación en esta nuevas formas de comercialización, lo que se une al transporte de las cooperativas.

Barbará Acosta,  viceministra del Mincin, precisó que la red de mercados agropecuarios funciona bajo las siguientes denominaciones: mercados minoristas; puntos de venta; y trabajadores por cuenta propia, carretilleros o vendedores de productos agrícolas de forma ambulatoria.

En el caso de los mercados minoristas son cuatro las modalidades. Una parte de ellos son gestionados por entidades estatales con facultad para operar en igualdad de condiciones que el resto de los establecimientos, y se abastecen a través de las empresas a las que pertenecen, aunque también podrán comprar en otros lugares para completar sus ofertas.

Según explicó, los mercados incluidos en este grupo comercializan los productos agropecuarios, que tienen precios de acopio centralizados, a precios minoristas regulados por las empresas que los administran. Asimismo, ofertan otros productos con precio de venta centralizado —arroz y chícharo— y el resto a precios de oferta y demanda.

También existen los mercados gestionados por cooperativas no agropecuarias. Igualmente, están los mercados que son establecimientos estatales y están arrendados por las unidades productoras y por trabajadores por cuenta propia, quienes asumen todos los gastos derivados de la actividad económica que ejecutan y venden los productos a precios de oferta y demanda.

La cuarta modalidad se corresponde con los denominados mercados agropecuarios de oferta y demanda —administrados por empresas estatales—, que arriendan espacios y brindan servicios de medios de pesaje, almacenamiento y otros; en ellos la comercialización es a precios de oferta y demanda.

En el caso de los puntos de venta son administrados por las unidades productoras, empleando su propia fuerza de trabajo. También pertenecen a agricultores pequeños —propietarios y/o usufructuarios— dentro de su área de producción. Respecto a la figura del carretillero o vendedor de productos agrícolas de forma ambulatoria, estos comercializan productos agrícolas en la vía pública sin establecerse en un área fija, cumpliendo las regulaciones urbanísticas, las normas de vialidad existentes y lo establecido por los consejos de administración en cuanto a itinerarios y zonas de accesos para el ejercicio de su actividad.

Con el reordenamiento de la red mayorista se creó El Trigal, ubicado en el capitalino municipio de Boyeros. En este mercado compran lo mismo personas naturales que jurídicas sin excepción y el horario es fundamentalmente en las noches y madrugadas.

Otro elemento novedoso lo constituye la autorización de dos nuevas figuras de trabajadores por cuenta propia en las tres provincias donde funciona el experimento. Surgió así el vendedor minorista de productos agropecuarios, que podrá llevar a cabo esa actividad en los mercados agropecuarios de oferta y demanda y en otros que arriende. También aparece el vendedor mayorista de productos agropecuarios, que concurre a vender en el mercado mayorista o a comprar para ofertar a comercializadores minoristas en lugares autorizados por los consejos de la administración provincial; también podrá comercializar en el mercado mayorista los productos que compre a los concurrentes a dicho establecimiento; y en ningún caso podrá ofrecer productos importados.

Eduardo Tomé, vicepresidente del Consejo de la Administración Provincial en La Habana, argumentó que de un total de 1 920 establecimientos de la Empresa de Mercados, se eliminaron unos 368, porque no tenían las mejores condiciones.

Compartió que se ha indicado que la transportación de los productos se haga de noche, y el abastecimiento en el sector estatal se hace en la mañana. También dijo que se han retirado más de 500 licencias a vendedores que no han cumplido con lo establecido.

Hoy, además, en La Habana hay unos 1 372 centros del consumo social que son abastecidos directamente por 136 formas productivas. Lo cual es una práctica que ha impactado favorablemente esta dinámica, pero sin embargo, alertó, para 2015 “debemos trabajar para que unas 52 mercados estatales se abastezcan con sistematicidad, porque en este año ha habido baches en su reaprovisionamiento”.

La Mesa Redonda dedicó su emisión a la comercialización de productos agropecuarios en La Habana, Artemisa y Mayabeque, con la participación de directivos del Ministerio de Comercio Interior, el Ministerio de la Agricultura, la ANAP y el Consejo de Administración Provincial de La Habana.

José Puente, del Ministerio de la Agricultura, expresó que estas transformaciones responden, además, a la necesidad de cambiar la comercialización de forma tal que se eliminen los mecanismos que la entorpecen y se logre hacerla más dinámica, eficiente y flexible.

Adolfo Alvarado, especialista de la ANAP, explicó que esta experiencia ha permitido que unas 164 cooperativas tengan presencia en 435 mercados y es una política que da la posibilidad de que todo lo que se produzca tenga un destino y no haya pérdidas.

Barbará Acosta, viceministra del Mincin, precisó que la red de mercados agropecuarios funciona bajo las siguientes denominaciones: mercados minoristas; puntos de venta; y trabajadores por cuenta propia, carretilleros o vendedores de productos agrícolas de forma ambulatoria.

Eduardo Tomé, vicepresidente del Consejo de la Administración Provincial en La Habana, argumentó que de un total de 1 920 establecimientos de la Empresa de Mercados, se eliminaron unos 368, porque no tenían las mejores condiciones.


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