La comercialización de productos agropecuarios en La Habana, Artemisa y Mayabeque

A seis meses del inicio de esta experiencia, la Mesa Redonda se acercará hoy a los modos en que se ha desarrollado y los resultados obtenidos en la “La comercialización de productos agropecuarios en La Habana, Artemisa y Mayabeque”, con la participación de directivos del Ministerio de Comercio Interior, el Ministerio de la Agri­cultura, la ANAP y el Consejo de Administración Provincial de La Habana.

Cubavisión, Cubavisión Internacional y Radio Habana Cuba transmitirán este programa desde las 7 de la noche. El Canal Educativo lo retransmitirá al final de su emisión del día.

2 Comentarios »

  • niurileysy dijo:

    opino que la experiencia de estas provincias debe extenderse al resto de los territorios, es tiempo de acabar con los intermediarios que ganan el doble o mas de lo que llega a los bolsillos de quienes realmente laboran la tierra.

  • GONZALO RUBIO MEJIAS dijo:

    Estimados compañeros:
    Las primeras ideas que deseo expresar son sobre la concepción de este tipo de Mesa Redonda en que comparecen altos funcionarios a manera de rendición de cuentas o exposición de la marcha en la ejecución de determinadas políticas estatales.
    Pienso que los televidentes y la población en general desean en estos programas, estar allí, frente a los altos funcionarios para dialogar con ellos. Como eso físicamente no es posible, todos deseamos que él, o los, periodistas que estén presentes en el programa, sean una suerte de contra parte critica; que sean periodistas especializados en los temas y se muestren preparados para dialogar y para cuestionar las formas en que se vienen ejecutando las políticas, ya que somos muchos los que tenemos criterios divergentes a los planteados por los decisores y representantes de los Organos y Organismos implicados; esta forma de construir el espectáculo sobre la base de abordar las contradicciones, puede resultar más enriquecedor para todos.
    Las segundas ideas que deseo expresar son en torno a los precios minoristas de los productos agropecuarios.
    Como preámbulo quisiera significar el fundamento de dos grandes intelectuales cubanos contemporáneos los cuales han llamado la atención sobre el peligro de simplificar los problemas y sus soluciones en los procesos de socialización. Por eso me parece muy riesgoso continuar creyendo y haciendo creer que los precios en el mercado en lo esencial se conforman a partir de los costos de producción y no de la ley objetiva de la relación oferta/demanda.
    Considero que en temáticas tan complejas como esta de la comercialización agrícola, el equipo de periodistas y realizadores de la Mesa Redonda deben utilizar con mayor intencionalidad la asesoría de los economistas, contadores, especialistas en marketing, sociólogos, etc., para profundizar en el tópico de costo de producción solo como lo que es –un elemento de referencia al fijar los precios– porque estos se fijan en definitiva de acuerdo a la ley de la oferta y la demanda. No debemos continuar obviando la teoría marxista-leninista sobre las categorías mercantiles, entre ellas el mercado, los precios, el dinero, etc. Es tan convincentemente objetiva esta ley, que cuando voluntaristamente se le constriñe, se revela con la aparición del “mercado negro”, la especulación, la lenta rotación de los activos, los bajos niveles productivos, etc.
    Esta ley rige la conducta y el comportamiento de los sujetos independientemente de sus creencias religiosas, de sus afiliaciones políticas, de sus conocimientos profesionales, edades, sexos u origen social. Por ejemplo, si un médico, un abogado o un periodista decidieran ser vendedores por cuenta propia de productos del agro, fijarían los precios más altos que le fueran posibles dentro de la competencia del mercado.
    La mayoría de los comercializadores son no estatales; ¿sabemos cuántos pensamientos le vienen a la mente a quienes sus proyectos de vida dependen de sus éxitos en el mercado?; ¿sabemos cuántos riesgos tiene que mitigar para salvar en el día a día el alcance de sus objetivos personales, familiares y organizacionales?; ¿es posible imaginar el elevado nivel de incertidumbre en que tienen que proyectar el capital de trabajo de sus negocios?; ¿comparado con un empresario estatal, podemos imaginar el nivel de incertidumbre que en materia de ingresos personales tiene un privado respecto a un estatal?
    – El privado está obligado a acumular (invertir) para emprender nuevas inversiones, nuevos negocios, o crear reservas para afrontar recesiones; el comerciante estatal generalmente dilata estas decisiones.
    – El cuenta propista no tiene opción en materia de recuperar las inversiones ejecutadas; tiene que recuperarlas, así de tajantes son sus negocios.
    – El cuenta propista responde con sus bienes personales-familiares por la liquidación de sus deudas con el Banco y otros terceros.
    – El cuenta propista no conoce a ciencia cierta cuando la demanda bajará y tendrá que bajar los precios, o cambiar de actividad o experimentar nuevos negocios.
    – Para manejar sus decisiones: El cuenta propista no cuenta con información ágil y precisa (Boletines Informativos) sobre las utilidades de sus proveedores; sobre la marcha de las siembras y cosechas; sobre cómo se mueven las importaciones y los niveles de ventas en el mercado interno, sobre la cantidad de competidores, etc.
    Por último es necesario hacer alusión a criterios de muchos especialistas que estiman que cuando en el mercado de oferta y demanda los precios se “encaraman”, resulta casi imposible bajarlos. Que en estas condiciones, el acceso a los productos encarecidos y el mejoramiento del nivel de vida, concurre por la vía del incremento salarial de los clientes.
    Sugiero además que al respecto debe entrevistarse a los especialistas y profesores, de la Facultad de Economía (UH) Dr. Armando Nova, Dr. Juan Cruz, MSc. Camila Piñeiro y Dr. Juan Triana; pudieran ayudarnos a construir profundas conclusiones ante este fenómeno.
    Saludos.
    GONZALO RUBIO

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