Pastorita, una escuela de ética

Pastorita. Fidel Castro presenta su libro "La contraofensiva estratégica", en el Aula Magna de la Universidad de La Habana. Foto: Roberto Chile.

Pastorita. Fidel Castro presenta su libro "La contraofensiva estratégica", en el Aula Magna de la Universidad de La Habana. Foto: Roberto Chile.

Por Juana Carrasco Martín, especial para la Mesa Redonda

Con todas sus pertenencias: una pequeña bolsa, unos libros y un pequeño radio ingresó, el 15 de junio de 1994, al Asilo Santovenia la mujer que había manejado los millones de la Revolución cubana y fue conocida y reconocida como «la inversionista de la Revolución», la que realizó a todo lo largo de Cuba los repartos que el pueblo conoce por su nombre, Pastorita, y no para quedar reducida a la inercia, sino para transformar y crear, como siempre hizo en su paso por la vida.

Un jalón de la historia revolucionaria, eso es Pastorita Nuñez, cuya dinámica obra de fundación se dio a conocer en un documental de 50 minutos, dirigido por Héctor Fernández Ferrer y producido por la Oficina de la Ciudad de La Habana y la Alianza Martiana. Vivencias y anécdotas contadas por algunos de sus más cercanos compañeros de lucha, colaboradores, familiares.

Recordar a Pastorita, esa mujer extraordinaria, medularmente martiana, ortodoxa, fidelista, es una necesidad ética que satisface el material fílmico estrenado en la Mesa Redonda de la Televisión Cubana, este 16 de agosto, aniversario de la muerte-aldabonazo de Eduardo Chibás, otro protagonista imprescindible de la historia de la nación, a cuyo lado Pastorita inició su vida política.

La presentación, conducida por Arleen Rodríguez Derivet, estuvo a cargo de la periodista y escritora Katiuska Blanco y del director del documental Héctor Fernández Ferrer, y en la cinta testimonial la rica documentación facilitada por su ahijado-hijo de crianza Pepe García Bustillo y las valoraciones de Eusebio Leal, Max Lesnik, Teresa Crespo, las monjitas de la Caridad, Natalia Bolívar y otras personas de su entorno de vida y acción.

Ellos trajeron al conocimiento de las nuevas generaciones y al reconocimiento de sus contemporáneos a la mujer que fundó junto a Eduardo Chibás el Partido Ortodoxo, que no vaciló en unirse al Movimiento 26 de Julio de Fidel, que un día de junio de 1958 llegó a la Sierra Maestra con un maletín conteniendo millones de pesos y no tenía un abrigo para mitigar el frío, a la recaudadora del Ejército Rebelde, a la que terminó con la mafia en Cuba, transformó el vicio del juego en la virtud del ahorro, y construyó a lo largo de la Isla 8 533 viviendas de ricos para los pobres desde la tarea asignada al frente del Instituto Nacional de Ahorro y Vivienda, la que convirtió 677 caballerías de marabú en la comunidad productiva del Valle del Perú, fue un pilar fundador del Parque Lenin, llevó su infatigable quehacer al Museo de Bellas Artes, y creó huertos y aulas en un Asilo… y en cada lugar su impronta de integridad y trabajo.

Este es un documental que debiera ser clase esencial en escuelas y universidades…

Cuanto de ella se dijo está encerrado en estos calificativos expresados en los testimonios, y todos los demás que cada mujer y hombre de su pueblo guarde para ella en su corazón: fidelidad, integridad, audacia, valentía, arrojo, empuje, empeño, pujanza, referente ético-moral, verbo encendido y elocuente para enfrentarse a la corrupción y el gangsterismo, valores humanos, felicidad, utilidad, respeto, laboriosidad, inspiración, ideales y principios sin renunciar a simpatías y afectos personales, escuela de la ética revolucionaria.

A Eusebio Leal y para el pueblo cubano, la mujer que recaudó y administró los millones de la Revolución, entregó sus grandes tesoros: Su maletica con la que llegó a la Sierra Maestra, su sello del 26 de Julio, la carta en blanco firmada por Juan Manuel Marquez para que pusiera el texto necesario cuando le hiciera falta, la medalla de San Lázaro que le diera Guido García Inclán a su partida para la Sierra, la mascarilla original de Chibas que guardó muchos años.

Su despedida de la vida fue duelo popular, al que llevaron con altos honores todas sus condecoraciones, sola y separada, la de Heroína del Trabajo.

Pastorita Nuñez fue trabajar, estudiar, vivir… El pueblo, a quien le sirve el legado que le dejó a su nietecita-adoptiva «estudia y desarrolla tu vocación dignamente», siempre tendrá presente a esta mujer de la estirpe de las Marianas.

Fidel Castro y Pastorita Núñez.

Fidel Castro y Pastorita Núñez.

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