Un indiscutible ganador: Chávez y el pueblo bolivariano

 
 
 
 

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Larga y cívica jornada la del domingo 7 de octubre, en la que el presidente Hugo Chávez Frías encabezó la victoria del pueblo bolivariano que lo reeligió

Por Juana Carrasco Martín, especial para la Mesa Redonda

Por Juana Carrasco Martín, especial para la Mesa Redonda

Larga y cívica jornada la del domingo 7 de octubre, en la que el presidente Hugo Chávez Frías encabezó la victoria del pueblo bolivariano que lo reeligió. Las cifras de la votación en las elecciones presidenciales son contundentes: escrutados el 97,65 por ciento de los sufragios emitidos por el 80,1 por ciento del electorado venezolano que fue a las urnas, por el candidato del Polo Patriótico habían votado 8 062 056 para el 55,14 por ciento; por Henrique Capriles Radonski, el candidato de las derechas de la MUD, 6 468 450 para el 44,24 por ciento. Concluyente la diferencia de 11 puntos y millón y medio de votos.

La felicitación del pueblo cubano, transmitida en el mensaje enviado de inmediato por el Presidente Raúl Castro, reconocía el «histórico triunfo, que demuestra la fortaleza de la Revolución Bolivariana y su incuestionable respaldo popular. Tu decisiva victoria asegura la continuidad de la lucha por la genuina integración de Nuestra América», y reiteraba «nuestra solidaridad y apoyo inquebrantable».

Este abrazo fuerte de pueblos hermanos, ese reconocimiento a una postura integracionista que está construyendo la independencia verdadera de Latinoamérica y el Caribe, y en la que la Patria de Simón Bolívar es motor, le llegaba al Comandante Hugo Chávez desde numerosos gobiernos de nuestro continente y desde todos los pueblos, un apoyo que reconoce la importancia del proceso que se lleva a cabo y del que están conscientes los venezolanos y venezolanas que en largas filas esperaron para ejercer su derecho y deber desde que abrieron los centros electorales a las seis de la mañana del domingo, hasta que en algunos de ellos se prolongó más allá de las seis de la tarde, porque las regulaciones del Consejo Nacional Electoral (CNE) de ese país determinan que mientras allá un elector esperando para votar en una mesa, esa permanece abierta.

Cuando el CNE anunció el triunfo irreversible del Presidente Hugo Chávez y su reelección por otros seis años al frente de Venezuela, todo fue celebración en las calles y miles de caraqueños se dirigieron al Palacio de Miraflores y sus alrededores para escuchar a su líder, que habló para todos, los que le acompañan y los que le adversaron, desde el Balcón del Pueblo, donde reiteró el llamado a la unidad y al trabajo conjunto para construir una nación grande.

De todo esto hablaron en la Mesa Redonda de la Televisión y la Radio Cubanas el lunes 8 de octubre, los periodistas y analistas de temas internacionales Marina Menéndez, Nidia Díaz, Raúl Garcés y Ana Teresa Badía, con la conducción de Randy Alonso. También se conocieron detalles de la jornada por reportajes del canal transnacional Telesur sobre los «distintos mundos dentro de la misma ciudad», uno que celebraba y otro de caras largas. «Venezuela confía en su modelo, pero anuncia que necesita progresos», decía el periodista. Y en su mensaje, el Presidente reelecto que reconocía, a todos los que votaron en su contra, por su «talante democrático, por su demostración cívica», y a los «más de ocho millones de compatriotas que votaron por la revolución, votaron por el socialismo, votaron por la independencia, votaron por el futuro».

Nidia Díaz —al comentar las cifras de la alta participación — 80,9 por ciento—, de los resultados que dieron vencedor a Chávez por 11 puntos porcentuales de diferencia, y donde el 98,1 por ciento de los votos fueron válidos y sólo el 1,9 por ciento nulos—, aseveró que denotaban la responsabilidad con que el venezolano fue a votar y reflexionando sobre ello consideró que efectivamente fue una victoria perfecta, como proclamó Chávez y se propuso el Polo Patriótico, porque además del comportamiento cívico, no solo se derrotó al candidato de la oligarquía, sino también al poder mediático que insulta a Chávez y difama a la Revolución, y a la injerencia imperial que dedicó 20 millones de dólares para esa campaña. Una victoria que impidió la reinstauración del neoliberalismo en tierras venezolanas, lo que es tremendo ejemplo para los que en Europa apostaron a votar por las derechas y los llevó a la situación en que están.

Se analizó también desde el punto de vista de la geopolítica venezolana, pues mientras en la contienda electoral anterior a su favor tuvo 17 estados, ahora solo tuvo en contra los estados andinos de Mérida y Táchira. Ganó en el Distrito Capital de Caracas, en Zulia —siempre enclave opositor de derecha—, y por supuesto más apretada fue la victoria en Lara y en Miranda, este último donde Capriles era gobernador hasta su postulación presidencial.

La victoria amplia y perfecta, ratificó, con un 55,14 por ciento en un país donde la burguesía ocupa importantes enclaves en el sector financiero, manufacturero, agrario y donde los medios están en 80 por ciento en manos privadas y se dedican a manipular la conciencia del público receptor.

Realmente ha sido una hazaña, se consideró en la Mesa Redonda, donde la panelista Marina Menéndez comentó que desde el punto de vista cualitativo ha sido un voto político-ideológico que reconoce un proyecto y un programa de gobierno socialistas. Se ha legitimado en las urnas el socialismo bolivariano, y esa es la primera satisfacción de las fuerzas bolivarianas, haber resguardado la Revolución y el socialismo.

No estaban eligiendo un Presidente, sino un modelo de país, que en el 2006 estaba en boca de Chávez, y desde entonces ya está escrito y recogido en documentos programáticos, y ha sido incuestionable e imbatible el triunfo de Chávez y de las fuerzas socialistas en Venezuela.

No pudieron cantar el fraude, porque fue contundente la victoria; se frustraron los planes de la derecha y de la oligarquía.

Es importante el hecho de que las fuerzas revolucionarias hayan salido agrupadas en el Polo Patriótico para religitimar a la Revolución a este programa que Chávez ya anuncia profundizará al socialismo bolivariano para hacer de Venezuela una potencia en los económico y en lo social.

Contundente y visible victoria y a la oposición no le quedó más remedio que avalarla y también al árbitro electoral.

Y en el campo de la MUD, dijo Raúl Garcés, aunque ha intentado avanzar en algunos puntos, le espera un proceso donde en verdad hay muchas divisiones, y en los resultados hay votos para la MUD, pero también para algunos otros partidos de esa coalición que querrán hacer valerlos. Así que se verá en los próximos años si Henrique Capriles puede aglutinar a esas fuerzas y continuar siendo un líder.

Hay una parte de la oposición desconcertada porque todo el tiempo anunciaron un triunfo indiscutible, se los creyeron, encerrados como estaban en su urna de cristal sin querer ver lo que sucede en Venezuela, de ahí algunas reacciones histéricas, llorosas, sin poderse explicar lo sucedido.

Ya algunos han intentado crear una etiqueta en twitter pidiendo reconteo de votos, pero el margen sobre Capriles supera el millón y medio y eso es incuestionable y no próspero ese intento.

Hay una oposición más racional, que ha reconocido los resultados, como hizo el contendiente, y no hacerlo hubiera sido un suicidio político en una Venezuela que está cansada de Golpes de Estado y del uso de la fuerza y la violencia para dirimir su política.

Capriles quiere preservar su futuro político y convencer a una parte de los venezolanos; pero hay una mayoría en Venezuela que no quiere neoliberalismo —y hasta tuvo que darle atención a los problemas sociales en su campaña—, porque esa mayoría no quiere privatización, no quiere subordinación al extranjero.

Sin embargo, fueron seis millones de votos y las fuerzas de la Revolución tienen que proyectarse hacia esa parte de los votantes venezolanos. Se lo dio Fidel a Chávez en una oportunidad, esos no son oligarcas, no hay seis millones de oligarcas en Venezuela y a ellos tiene que llegar el proyecto de la Revolución, a quienes hace mella la manipulación de los medios de la derecha.

Randy Alonso mencionó que Capriles ha pedido a sus votantes que dejen la tristeza, y que Chávez lo llamó para agradecerle su gesto democrático de reconocer los resultados.

Mediante un reportaje se destacaron opiniones de acompañantes internacionales, entre ellos Rigoberta Menchú y Piedad Córdoba, los que resaltaron que era un sistema extraordinario el de estas elecciones y constituían un ejemplo para todo el mundo.

Por su parte, la periodista y profesora universitaria Ana Teresa Badía, razonó sobre la repercusión en Internet y medios internacionales de lo acontecido en la jornada electoral venezolana, que dan cuenta de los mensajes de felicitación de Presidentes latinoamericanos y de otros continentes, de las celebraciones de pueblo, y de los miles de mensajes en Twitter y otras redes sociales que saludan la victoria muy importante para seguir manteniendo la integración de Nuestra América.

Precisamente ese impacto de la Revolución Bolivariana y del liderazgo de Chávez en el proceso de integración latinoamericana y caribeña, en el proyecto real de independencia de nuestros países, fue examinado en la Mesa Redonda, donde se dijo que bastaría con pensar qué pasaría si hubiera ganado Capriles, con un repensar de las relaciones que supuestamente no le convienen a Venezuela y una vuelta al regazo de Estados Unidos.

Se destacó el papel de Venezuela como motor impulsor de un necesario mundo multipolar, que busca cómo poner término a la hegemonía norteamericana abriéndose a las relaciones con nuestra región y a otras regiones, tan necesario para fortalecerse económicamente y potenciarse económicamente, como es el propósito, en una batalla por la integración que es el futuro.

La derecha, sus tanques pensantes en el exterior, las cadenas de la comunicación, El País, el ABC, y otros medios y sus columnistas que se prestaron para intentar el desgaste político de Chávez, y quienes echan a correr rumores, fueron derrotados en sus maniobras, pero no pierden tiempo, tampoco el imperio, de fomentar pequeños ALCA en la región, intentándo fragmentar, desunir los proyectos del Mercosur, Unasur, Alba, los que nacen en América Latina, estructuras muy recientes, que estos seis años que renuevan el gobierno de Chávez, permitirán hacerlas estructuras sólidas, sostenibles, consolidadas.

Más de millón y medio de votos, abortan cualquier maniobra salida de los laboratorios mediáticos, y fueron muchas, y siguen tratando de imponer matrices de opinión con cadenas de palabras que reiteran de todas las formas posibles.

Ahora hay nuevos retos, las elecciones regionales venezolanas, es el inmediato, porque triunfar en ellas es también profundizar la Revolución y la construcción del socialismo bolivariano, que necesita del acompañamiento de los gobiernos regionales.

La panelista Marina Menéndez comentó que desde el punto de vista cualitativo ha sido un voto político-ideológico que reconoce un proyecto y un programa de gobierno socialistas

La periodista Ana Teresa Badía, razonó sobre la repercusión en Internet y medios internacionales de lo acontecido en la jornada electoral venezolana

Y en el campo de la MUD, dijo Raúl Garcés, aunque ha intentado avanzar en algunos puntos, le espera un proceso donde en verdad hay muchas divisiones

Nidia Díaz —al comentar las cifras de la alta participación —, aseveró que denotaban la responsabilidad con que el venezolano fue a votar y reflexionando sobre ello consideró que efectivamente fue una victoria perfecta

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