René González Sehwerert: el hombre, el Héroe

Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda

Fotos de Roberto Garaicoa

¿Cómo un hombre puede convertirse en Héroe? La interrogante queda despejada frente a René González Sehwerert. No hay en él poderes sobrenaturales y no lleva una súper armazón de recursos bélicos, todo está en su alma, en los valores especiales que lo funden.

Ayer, mientras observaba cuidadosamente sus maneras y expresiones de hombre humilde y genuino durante su comparecencia en la Mesa Redonda, regresaban en ráfagas una serie de imágenes a mi memoria: la dureza de una celda, la convivencia con una población penal, la nostalgia por todas las rutinas del hogar, el sacrificio de la familia, la entereza de un pueblo que no lo dejó abandonado a su suerte…y corrió una lágrima.

Luego el ánimo se recompuso, porque eso es lo que se experimenta frente a los héroes. Uno siente, ante a ellos, que no tiene derecho a flaquear, ni a mirar las cosas con pesimismo, porque ellos inspiran la necesidad del crecimiento, del mejoramiento.

Me detuve en su sonrisa tímida; en la inteligencia, fuerza y honestidad de sus palabras; en el tono dulce de sus expresiones; en las pausas de sus ademanes; en los principios que lo sostienen; en el nervio de estar enamorado… Y me dije: este hombre se merece a Cuba, como esta tierra merece tener hijos como él.

EL REGRESO

Cuando pienso en todos los pasos que se han seguido para el regreso de René, recuerdo la última carta de José Martí a su amigo Mercado… y también me queda refrendado el código de ética de la política cubana.

Por la prensa supimos, con las palabras exactas y necesarias, que desde el pasado 3 de mayo la jueza Joan Lenard, de La Florida, aceptó la solicitud presentada por el luchador antiterrorista para modificar las condiciones de su libertad supervisada y permanecer en Cuba, a cambio de su renuncia voluntaria a la ciudadanía estadounidense.

El día anterior, el Gobierno de los Estados Unidos había comunicado a la Corte que no se oponía a dicha solicitud.

Todo ello se catalizó en los 15 días que René pidió venir a La Habana, tras el fallecimiento de su padre. El Héroe explicó que la condición de libertad supervisada te permite que si tienes un problema en tu país de origen, puedes ir.

“Las leyes norteamericanas contemplan que la renuncia a tu ciudadanía no puedes hacerla desde suelo de EE.UU, por ello en esta ocasión la Fiscalía ya no se podía oponer a este pedido”, manifestó.

A este espacio radiotelevisivo René llegó después de que este jueves se le entregara el Certificado de Pérdida de Nacionalidad de EE.UU., documento expedido por el Departamento de Estado de ese país norteño, para poder permanecer en Cuba.

Ahora René, que sufrió 13 años de cautiverio en cárceles norteamericanas y desde octubre de 2012 se encuentra bajo el régimen de libertad supervisada, según él explicó, al fin podrá cumplir el resto de la injusta sentencia en su patria, junto con sus familiares.

El Héroe de la República de Cuba también argumentó que “la jueza falló a favor de nuestra petición de renuncia, pero aún falta que se modifique la libertad supervisada. Joan Lenard tiene que volver a pronunciarse, aunque mi abogado Phillip Horowittz, considera que el desenlace debe ser positivo”.

Ahora su abogado debe hacer un reporte de status y, a partir de ahí, solo queda esperar por la decisión legal, que debe ser antes del 23 de mayo.

René acotó que su libertad en Miami era una especie de encierro, determinado por las circunstancias, y que no le garantizaba seguridad sobre su integridad física y moral.

Destacó además que se dieron los trámites con mucha diligencia en la Oficina de Intereses norteamericana en Cuba. El Héroe precisó que esta será una libertad supervisada sin que él tenga que reportarse, así como que estaría libre mientras que permanezca fuera del territorio norteamericano.

HERMANOS

No quiero referirme a la fuerza de la sangre, sino a la del sentimiento. De pronto se dieron cuenta de que no estaban solos, sino que eran Cinco. Y Gerardo, quien les llegó a pedir asumir todas las culpas por las que los procesarían en un juicio politizado en Miami, le habló de la canción El necio, de Silvio Rodríguez.

A René le gustó tanto cuando la cantó, que le pidió se la escribiera en un papelito (manuscrito que después de casi 15 años aún conserva). Pero no le dio tiempo a aprenderse la letra, y Gerardo, desde la grisura de una celda, empezó a silbársela.

Así fue como este tema se convirtió en Himno para ellos, por lo obvio, se reconocían, se veían reflejados en cada verso, y allí estaban: decididos a morir como vivieron.

Esta es una anécdota de muchas, pero que conocimos con la emoción de ser contada por el propio René, para quien sus próximos días no tendrán otro propósito que lograr que sus otros cuatro hermanos estén de regreso a su patria.

Por ello no habrá redefinición en la causa: “Seguiremos siendo Cinco, mientras quede uno soportando la injusticia de esas rejas”, dijo el compatriota.

Nadie como René conoce las angustias más íntimas que se afrontan, por ello se siente en la piel de Gerardo, de Ramón, de Fernando y de Antonio, por eso hemos advertido que su felicidad, aún sabiéndose casi a las puertas de ser libre, no es completa.

“Somos cinco y esta lucha no puede terminar hasta que el quinto no regrese a Cuba, tenemos que seguir luchando con la misma fuerza y lo seguiremos enarbolando así”, repitió con énfasis.

La bandera de su causa seguirá siendo la misma: “Uno se siente preso hasta que los otros cuatro no estén aquí con nosotros”, comentó, al tiempo que mencionó que este país los necesita, su familia, ellos mismos necesitan estar aquí cuanto antes.

Hizo énfasis también en que la principal batalla la tenemos que ganar con la sociedad norteamericana, que no tiene conciencia ni conocimiento sobre lo que ha ocurrido con ellos, por la propia manipulación del proceso.

Mientras tanto, el dolor y la felicidad de Gerardo, Fernando, Antonio y Ramón, refirió, serán también los míos.

Ahora René, que sufrió 13 años de cautiverio en cárceles norteamericanas y desde octubre de 2012 se encuentra bajo el régimen de libertad supervisada, según él explicó, al fin podrá cumplir el resto de la injusta sentencia en su patria, junto con sus familiares

El Héroe de la República de Cuba también argumentó que “la jueza falló a favor de nuestra petición de renuncia, pero aún falta que se modifique la libertad supervisada. Joan Lenard tiene que volver a pronunciarse, aunque mi abogado Phillip Horowittz, considera que el desenlace debe ser positivo”

René acotó que su libertad en Miami era una especie de encierro, determinado por las circunstancias, y que no le garantizaba seguridad sobre su integridad física y moral

Nadie como René conoce las angustias más íntimas que se afrontan, por ello se siente en la piel de Gerardo, de Ramón, de Fernando y de Antonio, por eso hemos advertido que su felicidad, aún sabiéndose casi a las puertas de ser libre, no es completa