El inventario de nuestras raíces

Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda

Fotos de Roberto Garaicoa

El Proyecto de La Ruta del Esclavo tiene sus raíces en la necesidad de inventariar las profundas huellas del proceso de la trata de esclavos y poner término al silencio que se mantuvo respecto a esta tragedia y a la esclavitud en las distintas regiones del mundo. Prestigiosos académicos y promotores culturales que integran el Comi­té Cubano de este proyecto, que hace dos décadas auspicia la Unesco e involucra a naciones de los cinco continentes, se detuvieron en la Mesa Redonda de este jueves en todos los esfuerzos dedicados a coordinar y promover estudios sobre este fenómeno.

Esta propuesta persigue tres objetivos: contribuir a una mejor comprensión de sus causas y modalidades de funcionamiento, así como de las problemáticas y consecuencias de la esclavitud en el mundo; evidenciar las transformaciones y las interacciones culturales derivadas de esa historia; y contribuir a una cultura de paz propiciando la reflexión sobre el pluralismo cultural y la construcción de nuevas identidades y ciudadanías.

La incorporación de Cuba a este proyecto cuenta con el apoyo de prestigiosas instituciones como la Fundación Fernando Ortiz, la Comisión Cubana de la Unesco y el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, este último se dedicó a orientar a los especialistas de los equipos provinciales de monumentos a registrar las evidencias materiales de inmuebles y sitios relacionados con el proceso esclavista.

Esta propuesta se propuso incluir el tema de la trata de negros y la esclavitud en la agenda internacional, para sensibilizar al público mediante la organización de coloquios, seminarios y foros; el desarrollo de exposiciones, festivales y conciertos; la elaboración de documentos; y la creación y promoción de museos sobre la esclavitud.

El presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, Miguel Barnet Lanza, explicó que en esta entrega ha sido imprescindible el aporte de los investigadores, quienes han conformado una base de datos sobre la esclavitud.

Barnet considera que Cuba sin el negro no sería Cuba, teniendo en cuenta la contribución de las culturas africanas en la conformación de nuestra nación. El intelectual cubano sostiene que hay necesidad de tomar conciencia plena sobre el significado de la trata esclavista, que es también tener presente la profunda huella estampada por hombres y mujeres que, atados por gruesas cadenas, llegaron a nuestras costas, para nunca más regresar a sus tierras, a sus familias y a sus culturas.

El Doctor Enrique Alemán Gutierrez, del proyecto Cuisicuaba, refirió que lo afrocubano es un componente étnico de la nacionalidad cubana. “Por ello este proyecto sociocultural defiende y  busca la revitalización y contextualización del legado cultural en las artes plásticas, la música, la danza, el teatro y las artes culinarias”.

En Pinar del Río, Matanzas y Santiago de Cuba con la Casa del Caribe, se hacen investigaciones sobre el autoreconocimiento étnico de uno u otro grupo, porque se trata de elementos ancestrales para todos y por el bien de todos.

Argumentó que esta propuesta revitalizó hábitos y costumbres del imaginario para traducirlos en valores y empoderarlos en los hábitos y costumbres. En Centro Habana, por ejemplo, se trabaja en la tradición ancestral africana, porque hay toda una riqueza implícita en nuestros antecedentes ancestrales que se relaciona con la resistencia y el poder de lucha del pueblo cubano”.

La Doctora Ileana Hodge precisó que el Comité Cubano de la Ruta del Esclavo ha logrado una correlación entre investigadores, instituciones, personalidades de todo el país y también en el plano internacional en busca de aportes. También añadió que esta iniciativa proporciona participación y muchos elementos al aval del conocimiento. “Además, se tributa a la bibliografía con multimedias, textos, revistas y varios materiales de trascendencia”.

La coordinadora general de la Mesa Redonda y su conductora, Arleen Rodríguez, expresó que el gran mérito recae en la manera en que a través de la ciencia se recoge, archiva y preserva la memoria desde el conocimiento.

La investigadora Isabel Hernández Campos relató que La Ruta del Esclavo surgió en 1994, con la reunión constitutiva, y en el 95 se hizo en Matanzas la segunda reunión organizativa, donde se reconoció la tipificación del fenómeno en la provincia, porque Matanzas, luego de la Revolución de Haití, fue donde se concentró la mayor cantidad de plantaciones, número de esclavos y dotaciones a finales del siglo XVIII. “El museo en el Castillo de San Severino en Matanzas salvaguarda todo lo relacionado con la esclavitud y su legado”.

El investigador Jesús Guanche sostuvo que también hay otras provincias con arraigo al  autoreconocimiento étnico. A lo que Isabel Hernández sumó que Matanzas, justamente, se intencionó para La Ruta del Esclavo por el turismo cultural. “El Castillo de San Severino es Monumento Nacional y posee varias distinciones dentro del patrimonio, y es un lugar que media entre los polos de Varadero y La Habana, y posee vínculos muy fuertes con el flagelo de la esclavitud que se salvan en sus muros. En este lugar el poeta Plácido sufrió prisión, como Juan Gualberto Gómez”.

Comentó que el museo expone la vida cotidiana del esclavo hasta el cimarronaje, y el legado africano, con referencias a la cultura religiosa.

Arleen Rodríguez consideró a Matanzas como la capital de la historia en el legado africano. Aunque en Santiago de Cuba se ubica el Museo al cimarrón.

El Doctor Jesús Guanche reiteró que las actividades del Comité que tienen un alcance internacional han logrado hacer aportes al patrimonio africano, no solo en Cuba sino para otros países del orbe.

La exportación y compra de esclavos dominó las relaciones entre Europa y el África subsahariana entre el siglo XVI y la primera mitad del siglo XIX. Los esclavos no eran la única mercancía, pero sí la de mayor valor. Cuba, por supuesto, no escapó a este inhumano comercio. De hecho con la trata negrera, los colonizadores resolvieron mano de obra barata para impulsar la producción azucarera en el país durante casi cuatro siglos. Además, la isla fungió como una vía idónea para el flujo de esclavos hacia otros países del Caribe y Estados Unidos.

Arrancados de una manera brutal de sus tierras, hombres, mujeres y niños tuvieron que sobreponerse a los horrores del comercio de la carne y resistir la separación de su pueblo, lengua y costumbres. De ahí la necesidad de no silenciar los horrores de la esclavitud para que todos conozcan las implicaciones de un holocausto que sacudió violentamente al orbe.

La ignorancia o la ocultación de acontecimientos históricos importantes constituyen un obstáculo para el entendimiento mutuo, la reconciliación y la cooperación entre los pueblos. Por ello la Unesco decidió romper el silencio sobre la trata negrera y la esclavitud, que implicaron a todos los continentes y provocaron trastornos considerables que modelan en consecuencia nuestras sociedades modernas, por ello Cuba no permanece de espaldas a este asunto y lo ha asumido como una de sus prioridades.

La Mesa Redonda dedicó su emisión a todos los esfuerzos dedicados a coordinar y promover estudios sobre el Proyecto de La Ruta del Esclavo, contando con la participación de prestigiosos académicos y promotores culturales que integran el Comité Cubano de este proyecto.

El Doctor Enrique Alemán Gutierrez, del proyecto Cuisicuaba, refirió que lo afrocubano es un componente étnico de la nacionalidad cubana. “Por ello este proyecto sociocultural defiende y busca la revitalización y contextualización del legado cultural en las artes plásticas, la música, la danza, el teatro y las artes culinarias”.

La Doctora Ileana Hodge precisó que el Comité Cubano de la Ruta del Esclavo ha logrado una correlación entre investigadores, instituciones, personalidades de todo el país y también en el plano internacional en busca de aportes. También añadió que esta iniciativa proporciona participación y muchos elementos al aval del conocimiento. “Además, se tributa a la bibliografía con multimedias, textos, revistas y varios materiales de trascendencia”.

La investigadora Isabel Hernández Campos relató que La Ruta del Esclavo surgió en 1994, con la reunión constitutiva, y en el 95 se hizo en Matanzas la segunda reunión organizativa, donde se reconoció la tipificación del fenómeno en la provincia.

El investigador Jesús Guanche sostuvo que también hay otras provincias con arraigo al autoreconocimiento étnico, reiterando que las actividades del Comité que tienen un alcance internacional han logrado hacer aportes al patrimonio africano, no solo en Cuba sino para otros países del orbe.

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