Octubre es el mes de las urnas en América Latina

Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda

Fotos de Roberto Garaicoa

Los procesos elec­torales que se desarrollarán en octubre en Brasil, Bolivia y Uruguay (los días 5, 12 y 26, respectivamente), tienen como común denominador que del voto en las urnas también dependen los avances o retrocesos en la prefiguración del nuevo rostro político de América Latina.  Razones de sobra para que mantengamos los cinco sentidos enfocados en estas lides.

Las presidenciales en Brasil, la sexta potencia económica mundial y el quinto país del planeta por superficie que cuenta con una población de 202 millones de habitantes, están fijadas, en primera vuelta, para el cinco de octubre, día al que llegan como principales contendientes Dilma Rousseff, por el Partido de los Trabajadores (PT); Marina da Silva, por el Partido Socialista del Brasil; y Aexio Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña.

Redondea el perfil de esta importante nación, el hecho de que sea uno de los líderes de los Brics, conglomerado que integra junto con Rusia, India, China y Sudáfrica, que operan como contrapeso a Estados Unidos y a las viejas potencias que creen poder dominar el mundo como en el siglo XX. Este gigante también está entre los gestores de procesos integracionistas regionales como la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), el Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac),  entre otros.

En opinión de Sergio Alejandro Gómez, jefe de Internacionales del periódico Granma, lo que se ha percibido con mayor fuerza en la antesala de las elecciones brasileñas, es cómo las fuerzas de la derecha han buscado la manera de unirse en contra del PT, que llegó al poder con Lula hace 12 años. Y lo hacen porque, de mantenerse la Rousseff en el Palacio de Planalto, vendrían más proyectos sociales, los mismos con los que el PT ha logrado que 36,5 millones de personas salgan de la pobreza en esa nación.

Añadió que han visto como un peligro que el propio PT haya aprovechado las manifestaciones de 2013 y se hayan apropiado de esas demandas para incluirlas en el programa de gobierno, lo que pasa es que son muchas las coaliciones y ellos solo pueden ir concretando sus intenciones paulatinamente. También les preocupa que Lula no ha descartado la posibilidad de postularse en el año 2018.

En medio de este contexto, la derecha se ha articulado, al punto de que sacaron la carta emergente de Marina da Silva, quien era la compañera de fórmula de Eduardo Campos, quien muriera en un accidente el 13 de agosto. “Aprovecharon la historia de vida de esta mujer para ir con una ofensiva mediática, y han capitalizado esta imagen, incluso, abandonando su apuesta por Aexio Neves, quien representa uno de sus partidos tradicionales”.

El analista señaló que han montado a un personaje y lo han hecho atractivo a los ojos del votante, pero que lo que propone es un programa de gobierno abiertamente de derecha, orientado a Estados Unidos. “Por eso hay tantas fuerzas que están pujando para que desbanque al PT”.

Hizo énfasis, además, en que Dilma es la más sólida de los candidatos, porque no habla de lo que haría, sino de lo que ha hecho. La sucesora del carismático líder del PT, Luiz Inacio Lula da Silva, trae como principales armas las conquistas reales de los cuatro años de su mandato, algunos heredados del anterior desempeño de su Partido y continuados y desarrollados en el suyo. Fortalezas más que debilidades han caracterizado su Gobierno. Tasas de desempleo por debajo del cinco por ciento en plena crisis mundial y creación de programas de beneficio social y económico, están entre esos baluartes.

En Bolivia, la derecha llega totalmente desarticulada a estas presidenciales, con nulas posibilidades de éxito el próximo 12 de octubre. Por su parte, el presidente Evo Morales, quien concluye su mandato constitucional de cinco años en diciembre de 2014, aspira a prorrogarse por un tercer período hasta 2019 para completar el “proceso de cambio” en el país, que él mismo ha iniciado en 2006.

El periodista Sergio Gómez puntualizó que después de que la derecha fracasó con el proyecto desestabilizador de Media Luna, el único interés que persigue es no dar una imagen totalmente de destrucción en esta votación, por ello no han procurado una candidatura unida, para que se lean los resultados de otra manera, porque si obtuvieran un 30 por ciento quedarían totalmente desacreditados.

Para Gómez, es el propio Movimiento al Socialismo (MAS) quien tiene una lucha consigo mismo, porque no le ha quitado el pie al acelerador en busca de una victoria contundente. “Ahora se postula la misma pareja electoral —Evo Morales y Álvaro García Linera— que lo hace desde el 2005 y la palabra clave es estabilidad”.

Los últimos sondeos de intención de voto favorecen al actual gobernante Evo Morales, quien llega a esta fecha con ese nivel de aceptación por los beneficios que ha recibido el pueblo con su gestión.

Por su parte, en Uruguay, el Frente Amplio, el Partido Nacional y el Partido Colorado son los que andan en pugna por la silla presidencial.  Los partidos tradicionales se anotan con Luis Lacalle Pou y Pedro Bordaberry, mientras que el Frente Amplio está encabezado por Tabaré Vázquez.

En criterio de Sergio Góméz, la estrategia de la derecha es apostar por el reciclaje, mientras que Tabaré tiene amplias posibilidades de ganar el 26 de octubre, porque ha sido parte de los cambios que han llevado a Uruguay a un mayor bienestar.

UN PANEO A ORIENTE MEDIO

Los últimos minutos del programa se dedicaron a hacer un breve paneo a la realidad en el Oriente Medio, donde la postura extremista y criminal del llamado Estado Islámico ha convocado a los poderes hegemónicos a unirse en su contra.

Estados Unidos es de los que se ha tomado con mayor determinación este enfrentamiento y ha creado una coalición a la que invitó, sospechosamente, a unirse a Irán, un país con el que ha tenido polarizaciones muy fuertes y con quien recientemente se ha sentado en la silla de las negociaciones.

Una propuesta que, al decir de la Doctora María Elena Álvarez Acosta, es muy incómoda para Irán y tiene doble raseros, porque si dice que no se enfoca su rechazo desde la óptica de que está en contra del terrorismo, y si dice que sí, abiertamente declara que está en contra del gobierno de Bashar al-Assad, con quien ha mantenido relaciones de respeto, y con esta decisión también iría en contra de su política internacional histórica.

“Lo más lógico es que no aceptara y considera que se debe hacer de otra manera, porque Irán no está en desacuerdo con enfrentar al Estado Islámico, sino con el método. Pero hoy Rusia dice que va a crear una coalición antiterrorista, y quizá vaya ahí a ubicarse Irán”, dijo.

La experta resaltó que es más coherente que Irán se una a Rusia, con quien tiene una política de entendimiento, que con Estados Unidos, con quien ha mantenido un diferento histórico. No obstante, “habrá que seguir lo que pasa, porque serán dos coaliciones y dudo que Estados Unidos quiera dialogar con Rusia. Habrá que seguir cómo se van a manifestar, cuando en la práctica deberían unirse todos”.

Interrogada sobre si hay cambios o continuidad en la política belicista norteamericana, la analista explicó que después de la caída de la URSS vino la guerra del Golfo, la de los Balcanes, Iraq, Afganistán… y con Obama siguió Libia, Siria,  pero con el método de la coalición y con otro contexto, porque tienen como contraparte a Rusia.g

En la Mesa Redonda se analizaron los procesos electorales que se desarrollarán en octubre en Brasil, Bolivia y Uruguay, así como los acontecimientos actuales en el Oriente Medio.

En opinión de Sergio Alejandro Gómez, jefe de Internacionales del periódico Granma, lo que se ha percibido con mayor fuerza en la antesala de las elecciones brasileñas.

Los últimos minutos del programa se dedicaron a hacer un breve paneo a la realidad en el Oriente Medio.

La Doctora María Elena Álvarez Acosta resaltó que es más coherente que Irán se una a Rusia, con quien tiene una política de entendimiento, que con Estados Unidos, con quien ha mantenido un diferento histórico.

La analista explicó que después de la caída de la URSS vino la guerra del Golfo, la de los Balcanes, Iraq, Afganistán… y con Obama siguió Libia, Siria, pero con el método de la coalición y con otro contexto, porque tienen como contraparte a Rusia.

Haga un comentario.

Deje su comentario. Usted también puede subscribirse a estos comentarios vía RSS.