El asesino noruego no teme terminar sus días en la cárcel, dice que existen dos células más

El asesino de Oslo. Foto ReutersAnders Behring Breivik dijo el lunes a un juez noruego que la bomba y el tiroteo en los que murieron 76 personas, tras una última revisión de la cifra anterior de 93, tenían como objetivo salvar a Europa de una invasión musulmana, y dijo que en su organización existían “dos células más”.

Breivik había dicho previamente que actuó solo, y la Policía señaló que no tenían otros sospechosos de los ataques del viernes.

Sus declaraciones fueron citadas por el juez Kim Heger en una conferencia de prensa tras la vista a puerta cerrada.

No estaba claro si Breivik era parte de una organización, aunque él había escrito sobre un renacimiento de los Caballeros Templarios, una orden medieval de monjes cruzados.

Después de la audiencia, Heger dijo que ordenó prisión incomunicada de ocho semanas para Breivik, sin cartas, periódicos ni visitas, excepto de su abogado.

La incomunicación, en línea con una petición de los fiscales, les permitirá investigar el caso contra Breivik,

Una multitud de gente abucheando esperaba a Breivik en el Distrito Judicial de Oslo.

“¡Fuera, fuera!”, gritaba Alexander Roeine, de 24 años, mientras golpeaba un coche en el que erróneamente pensaba que iba el asesino en serie. La Policía hizo ingresar a Breivik en el tribunal por una entrada lateral.

“Todo el mundo lo quiere muerto”, declaró Roeine, que agregó que conocía a uno de los muertos y a tres supervivientes de los ataques.

Breivik había dicho que quería explicar por qué perpetró los peores ataques de la historia moderna de Noruega. Se le negó declarar en público, pero el juez, en su conferencia de prensa, narró lo que había dicho el acusado de 32 años.

Heger dijo que Breivik había acusado al gobernante Partido Laborista de traicionar a Noruega con “importaciones masivas de musulmanes”.

Agregó que la bomba contra los edificios del Gobierno en Oslo y la masacre en el campamento de verano de las juventudes del Partido Laborista tenían como objetivo disuadir del reclutamiento futuro en el partido.

“El objetivo del ataque era dar una señal contundente a la gente”, dijo Breivik, según el juez.

La detención de Breivik puede ampliarse antes de su juicio por cargos de terrorismo, y la Policía dice que el juicio puede tardar un año.

Después de la vista, un vehículo de la policía trasladó a Breivik, que iba sin afeitar, con su pelo rubio muy corto y con un chaqueta roja.

Parecía tranquilo y no intentó comunicarse con los periodistas. Permaneció inmóvil en el asiento trasero, con un policía a su lado.

Silencio por los muertos

Los noruegos guardaron un minuto de silencio por las víctimas.

“En recuerdo de las víctimas … declaro un minuto de silencio nacional”, dijo el primer ministro, Jens Stoltenberg, en los escalones de la Universidad de Oslo, flanqueado por los monarcas noruegos.

El silencio se alargó hasta los cinco minutos mientras miles de personas permanecían en pie alrededor de una alfombra de flores en los exteriores de la cercana catedral de Oslo. Sólo se escucharon los graznidos de las gaviotas y el ladrido de un perro.

Los coches pararon en las calles y sus conductores salieron, mientras los semáforos cambiaban del rojo al verde.

“Es un suceso trágico ver a todos esos jóvenes muriendo debido a la locura de un hombre”, dijo Sven- Erik Fredheim, un mecánico de 36 años, a Reuters cerca de la plaza de la catedral.

En un manifiesto antiislámico de 1.500 páginas colgado en Internet, dijo que la violencia era necesaria para rescatar a Europa del Islam, la inmigración y el multiculturalismo, y agregó que si sobrevivía al ataque y era arrestado, comenzaría la fase de propaganda.

Su abogado, Geir Lippestad, dijo que había sido políticamente activo y que tras percatarse de que no tenía éxito con las herramientas políticas normales, recurrió a la violencia.

La decisión del juez de celebrar la audiencia a puerta cerrada ocurrió después de que los noruegos protestaran por la posibilidad de que los puntos de vista de Breivik pudieran hacerse públicos.

Más de 60.000 personas se han inscrito a una página de Facebook llamada “Cierra las puertas el lunes”, que pedía al tribunal negarle a Breivik la publicidad que desea.

Otro grupo de Facebook llamado “Boicot a Anders Behring Breivik” llevaba el mensaje: “Ha planeado esta ejecución para obtener propaganda. No le permitamos esa libertad (…) Boicot a todos los medios que describan al terrorista noruego y sus creencias”.

El período máximo de prisión en Noruega es de 21 años, aunque puede ampliarse si existe riesgo de repetir los delitos.

“En teoría puede estar en prisión el resto de su vida”, señaló Staale Eskeland, profesor de derecho criminal en la Universidad de Oslo.

El juez dijo que las declaraciones de Breivik requerían una investigación, incluida la de la existencia de dos células más.

El ataque probablemente suavice el debate sobre la inmigración antes de las elecciones locales de septiembre, según analistas, mientras los partidos tratan de distanciarse de las creencias de Breivik y reforzar la imagen de los noruegos como un pueblo abierto y pacífico.

El número de inmigrantes en Noruega casi se triplicó entre 1995 y 2010 a casi medio millón. El sentimiento de que muchos llegaron debido a las generosas ayudas sociales de Noruega, ayudó a ampliar el crecimiento del Partido del Progreso, que se convirtió en el segundo con más presencia en el Parlamento noruego en las elecciones de 2009, gracias a una base de votantes principalmente antiinmigración.

Breivik fue miembro de este partido, pero lo abandonó argumentando que era demasiado políticamente correcto. Fue entonces cuando empezó a planificar la “resistencia”, enterrando munición hace más de un año, levantando pesas, almacenando tarjetas de crédito e investigando sobre la fabricación de bombas mientras jugaba a videojuegos bélicos.

Después de tres meses de un trabajo laborioso mezclando fertilizantes, aspirinas y otros químicos en una granja remota, Breivik condujo un coche alquilado cargado con los resultados al centro de Oslo el viernes, y accionó el dispositivo en los exteriores de las oficinas gubernamentales matando a siete personas.

Después se dirigió a la pequeña isla de Utoeya, a 45 km. Vestido como un policía, disparó con calma a los jóvenes de un campamento de verano del Partido Laborista, mientras sus víctimas aterrorizadas trataban de esconderse debajo de las camas o en el bosque. Algunos saltaron al lago e intentaron nadar hacia tierra.

(Con información de Reuters)

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