Policía británica acusada de “disparar a matar”

Polícia británicaUn millar de personas acompañó a la familia de Mark Duggan en la despedida del hombre cuya muerte desencadenó los disturbios de Londres en agosto. El entierro se celebró sin incidentes y con escasa presencia policial en el barrio de Broadwater Farm, en el norte de Londres.

Duggan recibió un disparo mortal en el pecho cuando la policía se disponía a detenerlo mientras viajaba en un taxi. Los agentes lo consideraban un delincuente armado y peligroso. En la primera versión que dieron a los medios de comunicación, informaron que se había producido un tiroteo, lo que resultó ser falso. Después, dijeron que llevaba una pistola que no llegó a utilizar.

La familia está convencida de que Duggan fue eliminado por la Policía sin que estuviera justificado. “La Policía aplicó ese día una política de disparar a matar”, dijo hace unos días a The Guardian su hermano. “Se supone que deben neutralizar a los sospechosos, no matarlos. Si no hubieran disparado y matado a Mark, no se habrían producido los disturbios”.

El suceso pasó a la Comisión de Quejas de la Policía. El 4 de agosto, la familia organizó una concentración de protesta ante la comisaría de Tottenham y no recibió, a diferencia de otras ocasiones con sucesos similares, respuestas claras sobre lo que ocurriría con la investigación. Horas después, comenzaron los disturbios, a los que se unieron en días posteriores muchos jóvenes que ni siquiera sabían quién era Mark Duggan.

La Policía no da ninguna información sobre la investigación, lo que ha aumentado el enfado de la familia y de muchos de los habitantes de Broadwater Farm.

Sólo filtra algunos detalles con cuentagotas. Como el hecho de que Duggan llevaba la pistola dentro de un calcetín, una forma habitual en las bandas criminales para no dejar huellas. O que el agente que disparó sobre él volverá probablemente muy pronto al servicio, porque no se han encontrado pruebas que cuestionen la actuación policial.

La Policía hizo saber desde el primer momento que Duggan formaba parte de una banda de delincuentes peligrosos. Unas semanas antes, uno de sus amigos había sido asesinado en una discoteca con una botella rota en lo que parecía ser un ajuste de cuentas entre bandas.

Su familia admite que había tenido problemas con la ley, pero niega esa descripción. “Si Mark era un gánster, habría tenido mucho dinero, y no lo tenía”, dijo su madre. “Habría pasado mucho tiempo fuera de casa, y eso no era lo que ocurría”.

(Con informació de El Público.es)

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