Después del grotesco, autopsia para Khadafi

Cuerpos de Muammar al Gaddafi y su hijo Mutassim. Foto: PHILIPPE DESMAZES / AFP

Cuerpos de Muammar al Gaddafi y su hijo Mutassim. Foto: PHILIPPE DESMAZES / AFP

Por: Jane Merrick, Página 12

Antes de la autopsia, padre e hijo fueron exhibidos como trofeos de guerra en el piso de un roñoso frigorífico. Los cuerpos de Muammar y Muta-ssim Khadafi yacían en colchones para que cientos de personas, incluyendo familias con niños, saluden a las presas de los bombardeos de la OTAN y la contraofensiva rebelde. Si bien los resultados de la autopsia aún no fueron revelados, los cuerpos serán entregados hoy al clan Khadafi para que sean enterrados.

Organizaciones pro derechos humanos y gobiernos como Rusia y Ecuador (ver recuadro), le exigieron al Consejo Nacional de Transición (CNT) que se lleve a cabo una investigación para determinar si el asesinato de Khadafi constituyó un crimen de guerra.

Poco de eso importó a la gente, que hacía fila en la puerta del centro comercial de Misrata. Algunos rebeldes que se encontraban en el lugar donde Khadafi fue asesinado dijeron que intentaron subirlo a una ambulancia. “Fue golpeado brutalmente, apenas podía caminar. No sé si habría sobrevivido con todas las heridas que tenía. Se escucharon ráfagas de metralletas y luego un par de tiros. Eso fue todo”, dijo un estudiante llamado Ali Mansouri.

Los rebeldes dijeron que Mutassim fue muerto en acción. Pero hay material de él grabado que lo muestra capturado, fumando un cigarrillo y luego recostándose con un brazo sobre la cabeza. El cuerpo en Misrata tenía heridas profundas en el pecho y cuello.

El único miembro de la familia Khadafi que podría significar un escollo para Occidente es Saif al Islam. Buscado por la CPI por crímenes de guerra, el segundo hijo de Khadafi fue alguna vez el mimado del establishment inglés. Se codeaba personalmente con Tony Blair, lord Mandelson, el duque de York y Nat Rothschild. Por no mencionar su doctorado obtenido en la London School of Economics. Hasta anoche su paradero era desconocido. Una información lo daba herido y trasladado a un hospital de Zlitan, aunque la versión fue descartada por funcionarios. Otra decía que se dirigía a Niger luego de escapar de Sirte cuando el convoy de vehículos que lo trasladaba junto a su padre fue alcanzado por misiles franceses.

El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, dijo que no sabía el paradero de Saif. Muchos temen que los leales a Khadafi hayan jurado protegerlo tras la muerte de su padre. La OTAN quiere llevarlo vivo a los tribunales de La Haya.

Luego de la caída de Trípoli, unos cables de la embajada británica incluían una carta de Blair a Seif. Comenzaba con un “querido ingeniero”, antes de las alabanzas a su “interesante” tesis de doctorado. El libio siempre describió a Blair como un amigo personal de la familia. Ambos se conocieron en 2006, durante el restablecimiento de las relaciones entre Inglaterra y Libia. Esta comenzó en 2003, cuando los servicios de inteligencia ingleses y la CIA negociaron que la Jamahiriya deponga su arsenal biológico y químico. El restablecimiento de las relaciones sirvió para que liberen al autor material del atentado de Lockerbie, Abdelbaset al Megrahi en agosto de 2009. Saif conoce bien el paño y podría aportar luz a este episodio turbio entre Libia e Inglaterra.

El primer ministro interino también se dio una vuelta por el frigorífico de la sordidez. Luego, ya legitimado como primer ministro interino tras la muerte de Khadafi, Mahmud Jibril voló a Jordania para participar de la sesión de apertura del World Economic Forum del mundo árabe.

“Los libios se sienten aliviados, pero la misión de reconstrucción será muy difícil”, reconoció como si hiciera falta aclararlo. En la tónica del Congreso, Jibril salió a relucir cotes de estadista.

“Los problemas económicos en el mundo árabe no se deben a la falta de dinero, sino más bien a una mala gestión”. La conferencia estuvo centrada en las repercusiones económicas y políticas de los procesos revolucionarios que desde hace meses se suceden en distintos países del mundo árabe-musulmán. En un exclusivo balneario de la costa jordana, el primer ministro interino dijo que los retos inmediatos a los que se enfrenta el CNT incluyen el desarme de los diferentes grupos que han luchado contra el dictador.

“La restauración de la estabilidad, la confiscación de una gran cantidad de armas y el inicio del proceso de reconstrucción. Hay muchos grupos dispares en Libia y no está claro con qué rapidez van a entregar sus armas”, dijo. El primer ministro también confirmó el organigrama negociado en las principales capitales europeas, por el cual habrá elecciones generales en el país dentro de ocho meses.

A tan sólo dos días de la muerte de Khadafi, Jibril no pudo declarar la independencia post mortem tan deseada. Sin embargo, no se privó de adjudicarse la victoria ante otros líderes musulmanes.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12. Traducción: Juan Nicenboim.

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