Merkel y Medvédev inauguran en Alemania el estratégico gasoducto Nord Stream

Merkel y Medvédev inauguran en Alemania el estratégico gasoducto Nord Stream. Foto: EFE

Merkel y Medvédev inauguran en Alemania el estratégico gasoducto Nord Stream. Foto: EFE

La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente ruso, Dmitri Medvédev, inauguraron hoy el gasoducto Nord Stream, de interés estratégico ya que une de forma directa ambos países a través del mar Báltico.

Ambos líderes abrieron una válvula para simbolizar la puesta en funcionamiento del primer ramal de lo que la canciller calificó como el “mayor proyecto de infraestructura energética de nuestro tiempo”.

Merkel y Medvédev estuvieron acompañados por el comisario europeo de Energía, Günther Oettinger, los primer ministros de Holanda, Mark Rutte, y Francia, François Fillon, así como por representantes del consorcio germano-ruso Nord Stream, entre ellos el presidente del consejo de accionistas, el ex canciller alemán Gerhard Schröder.

“Es para mí un gran honor llevar a cabo la inauguración de un proyecto tan estratégico”, declaró la jefa del Gobierno alemán durante la ceremonia en la localidad de Lubmin, en el noreste de Alemania.

Según Merkel, “Nord Stream contribuirá a que Europa cuente en un futuro con garantías para un suministro energético seguro”.

“Con este proyecto demostramos que apostamos por una cooperación segura y resistente con Rusia para el futuro”, subrayó la canciller, que afirmó que “Nord Stream sienta nuevas bases” en la colaboración en materia energética.

El jefe del Kremlin, por su parte, subrayó la oportunidad que supone la puesta en funcionamiento de este gasoducto para las relaciones de su país con la Unión Europea, que ahora inauguran “un nuevo capítulo”.

“Tenemos ante nosotros un futuro brillante”, declaró Medvédev, quien se mostró convencido de que Rusia y la UE tienen ante sí aún “más proyectos excelentes”.

Al mismo tiempo, confío en que Europa superará sus dificultades económicas y expreso su esperanza de que “no haya barreras artificiales”.

El comisario de Energía, que calificó el gasoducto de “proyecto de interés europeo”, indicó que el 10 % de las importaciones de gas ruso a Europa, que actualmente ascienden a 125.000 millones de metros cúbicos al año, se realizará a través del nuevo gasoducto.

No obstante, subrayó que Nord Stream no convierte en superfluos los anteriores conductos que cruzan los territorios de Ucrania y Bielorrusia y a través de los cuales transitaba hasta ahora, respectivamente, cerca del 80 % y del 20 % del gas que Rusia exporta a Europa.

Señaló, además, que para la UE, que importa de Rusia el 25 % del gas que consume, es importante diversificar las rutas y contar con otras fuentes también en Noruega, Argelia, Qatar y Asia Central.

La compañía operadora del gasoducto esta participada en un 51 % por el consorcio ruso Gazprom, las alemanas E.ON y BASF/Wintershall (15,5 %, respectivamente), la holandesa Gasunie y la francesa GDF/Suez (9 % cada una).

El primer ramal, de 1.224 kilómetros y con un coste de 7.400 millones de euros, permitirá el transporte adicional de 27.500 millones de metros cúbicos de gas desde el puerto ruso de Víborg a Europa occidental a través de Alemania.

Dentro de un año esta capacidad se verá duplicada con la puesta en funcionamiento de un segundo hilo, del que ya hay 803 kilómetros construidos, lo que matemáticamente permitiría abastecer 26 millones de hogares.

Medvédev anunció, además, que Rusia podría, si surge la necesidad, aumentar el volumen de exportación a la UE a 200.000 millones de metros cúbicos hasta 2020.

El proyecto, impulsado en 2005 por Schröder, entonces canciller, y por el presidente ruso de la época, Vladímir Putin, despertó desde el primer momento críticas en cuanto a que el gasoducto no contribuirá a la deseada diversificación del mercado gasístico, sino que consolidará todavía más y durante décadas los precios dictados por Gazrpom.

En tanto, organizaciones ecológicas advirtieron de las consecuencias todavía no previsibles de la construcción del gasoducto para la flora y la fauna del mar Báltico.

Por su parte, la Asociación de Pueblos Amenazados (GfbV, por sus siglas en alemán) alertó de que el nuevo gasoducto sella la sentencia definitiva para el pueblo nenets que habita la península noroccidental siberiana de Yamal, de donde procede la mayor parte del gas ruso que llegará por vía directa a Alemania.

Según la asociación, la construcción del gasoducto ha acabado con cerca de 2.500 kilómetros cuadrados de naturaleza virgen, a los que se sumarán otros 3.000 kilómetros, y obligará a este pueblo nómada, que se dedica al pastoreo de renos, a renunciar definitivamente a su estilo de vida tradicional.

(Con información de EFE)

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