Hallan grabación perdida de asesinato de Kennedy

La llamada cinta Clifton, una grabación de las conversaciones con quienes viajaban en el avión presidencial de Estados Unidos inmediatamente después del asesinato del presidente John F. Kennedy. Foto: AP/Joseph Kaczmarek

La llamada cinta Clifton, una grabación de las conversaciones con quienes viajaban en el avión presidencial de Estados Unidos inmediatamente después del asesinato del presidente John F. Kennedy. Foto: AP/Joseph Kaczmarek

Una versión perdida de una grabación de las conversaciones con quienes viajaban en el avión presidencial de Estados Unidos inmediatamente después del asesinato del presidente John F. Kennedy, que contiene más de 30 minutos de material adicional que no estaban en la versión oficial en los archivos del gobierno, no sólo fue descubierta sino que está a la venta.

En la cinta de audio recién descubierta, con más de dos horas de grabación, hay incidentes y nombres en clave que no contenía la grabación conocida anteriormente, más corta, cuyas copias se guardan en el Archivo Nacional, en las afueras de Washington DC, y en la Biblioteca Lyndon B. Johnson en Texas.

Hasta ahora se pensaba que la grabación más corta era la única versión superviviente de la cinta, que es una de miles de materiales relacionados con el asesinato del mandatario el 22 de noviembre de 1963 en Dallas.

La grabación registró las conversaciones por radio entre la tripulación del Air Force One —un avión de la Fuerza Aérea de Estados Unidos asignado para transportar al presidente_, el Salón de Emergencias de la Casa Blanca, la Base Andrews de la Fuerza Aérea y un avión que transportaba al secretario de prensa de Kennedy, Pierre Salinger, y a seis miembros del gabinete cuando el presidente fue asesinado. Ese avión volaba de Hawai a Tokio.

En la cinta Clifton —llamada así porque la grabó la Agencia de Comunicaciones de la Casa Blanca para el general del ejército Chester “Ted” Clifton hijo— se escucha una discusión sobre si el cadáver de Kennedy debería ser llevado al Hospital Naval de Bethesda o al Hospital Walter Reed para la autopsia y si la primera dama Jackie Kennedy debería acompañar al cuerpo.

También contiene más detalles sobre las discusiones acerca de arreglos para conseguir ambulancias y limusinas una vez que aterrizara el avión.

La versión previa de la grabación no contenía referencias al entonces némesis de Kennedy en la Fuerza Aérea, el general Curtis LeMay, pero la cinta Clifton contiene un intento urgente de un ayudante por establecer contacto con él.

En la grabación se escucha que el ayudante dice que LeMay “se encuentra en un (avión) C140. Ultimos tres números son 497. Su nombre en clave es Grandson (Nieto) y quiero hablar con él“.

El paradero de LeMay —cuya enemistad con el presidente lo han hecho una figura central para los investigadores del asesinato de Kennedy— ha estado en disputa desde hace mucho tiempo.

La grabación recién descubierta puede finalmente poner fin a las conjeturas y determinar su ubicación inmediatamente después del asesinato del presidente, dijo Nathan Raab, vicepresidente de la Colección Raab, una tienda de documentos históricos con sede en Filadelfia que puso la cinta a la venta el martes.

La tienda está pidiendo medio millón de dólares por la cinta de carrete a carrete, que se encuentra dentro de su caja original, con una etiqueta escrita a máquina.

La grabación es la joya principal de varios efectos personales de Clifton, quien murió en 1991. El general fue el principal ayudante militar de Kennedy y estaba en la caravana del presidente cuando fue asesinado en Dallas.

Clifton tenía una colección de cintas de audio, películas, documentos y fotografías derivados de sus años en los gobiernos de Kennedy y Lyndon B. Johnson.

La Colección Raab, que está vendiendo la cinta y otros efectos personales de Clifton, los adquirió durante una venta pública realizada por los herederos del militar después de la muerte de su viuda en 2009.

La cinta Clifton ya fue digitalizada con equipo profesional y la Colección Raab está donando una copia a los Archivos Nacionales y a la Biblioteca John F. Kennedy para que cualquier persona pueda tener acceso a ella, incluso si la cinta original es vendida a un coleccionista privado.

(Con información de AP)

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