La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) hizo en El Salvador una profunda reflexión sobre la desigualad imperante en la región y presentó un camino hacia la equidad social.

La afirmación es una de las conclusiones del trigésimo cuarto período de sesiones del organismo de Naciones Unidas que sesionó en la capital salvadoreña desde el 27 de agosto hasta ayer.

Los temas de la igualdad, el cambio estructural y el crecimiento los hemos analizado de manera íntegra. Creo que todos hablamos en general el mismo idioma al abordar estos desafíos, afirmó el canciller anfitrión, Hugo Martínez.

Estamos conscientes de que, sin generar las respectivas condiciones, nuestras sociedades no podrán avanzar hacia esa meta de un desarrollo con mayor igualdad, dijo, en la clausura de la cita.

El canciller de Brasil, Antonio Patriota, señaló que, aunque en la región han bajado los índices de pobreza y pobreza extrema, quedan importantes retos por vencer. Entre nosotros están los países más desiguales del planeta, advirtió.

Señaló que pese a los programas sociales aplicados durante las dos administraciones del expresidente Luiz Inacio Lula da Silva y continuados por Dilma Rousseff, que sacaron a millones de personas de la pobreza, aún otros 16 millones viven por debajo de la línea de esta.

Indicó que la cifra supera la población de la mayoría de los 44 países miembros de la Cepal.

Una propuesta de solución fue expuesta por la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, en el documento “Cambio estructural par la igualdad. Una visión integradora del desarrollo”.

Bárcena explicó que el abordaje del asunto comenzó en la anterior reunión, celebrada en Brasil en 2010, donde fue presentado el documento “La hora de la igualdad: brechas por cerrar, caminos por abrir”.

Creemos en una visión integrada del desarrollo que articula las dimensiones económica, social y ambiental, afirmó ayer en la ceremonia de clausura.

Llamamos a ello Cambio estructural por la igualdad y lo definimos como las transformaciones cualitativas en la estructura productiva de los países de la región, afirmó.

Agregó que estas serán “realizadas con el fin de impulsar y fortalecer sectores intensivos en conocimiento y de rápido crecimiento de la demanda interna y externa, para así generar más y mejores empleos, los cuales constituyen la llave maestra para alcanzar el desarrollo con igualdad”.

En su mensaje a la reunión, Rousseff, presidenta de Brasil, definió con claridad esa disyuntiva: Ninguna forma de crecimiento es moral ni económicamente deseable y sostenible sin una correspondiente mejoría en las condiciones de vida de nuestras poblaciones, expresó.

El canciller de Perú, Rafael Roncagliolo, cuyo país será sede de la próxima reunión en 2014, manifestó la convicción de su gobierno de que “no puede haber desarrollo ni democracia sin inclusión”.

Es posible crecer (la economía) haciendo crecer la igualdad. No solo es posible, sino indispensable, aseguró.

(Con información de Prensa Latina)