Martí y la unidad de Nuestra América, según estudioso costarricense

Para Miguel Alvarado, estudioso costarricense de la obra del independentista cubano, José Martí, la mejor tradición de su pensamiento es la unidad de Nuestra América, región extendida de México a Chile y Argentina, como definió aquel visionario patriota. América Latina es una realidad histórica, cultural, política y social, y en esa perspectiva obviamente el logro de su unidad es un momento clave para poder alcanzar la verdadera soberanía, autonomía y emancipación, declaró a Prensa Latina Alvarado, durante un evento académico celebrado en esta capital.

Consultado respecto a si la creación del ALBA, Petrocaribe, Unasur y la Celac tenía relación con lo planeado por Martí (1853-1895) y Simón Bolívar (1783-1830), el académico dijo que todos esos proyectos de integración del siglo XXI son una respuesta autónoma de nuestros pueblos, como anhelaban aquellos héroes.

Lo que está pasando en América Latina en ese sentido, puntualizó, es cómo la huella martiana y bolivariana que tiene vigencia hoy.

Señaló que procesos políticos tan interesantes como los de Bolivia y Ecuador están atravesados por la participación de las subjetividades, como las culturas originarias y contemporáneas, que el imperio estadounidense dejó en la invisibilidad.

Martí precisamente se preocupó por poner a la vista de todos y recuperar la dignidad de estos sujetos fundamentales en Nuestra América, subrayó el profesor de la Universidad del Costa Rica-Sede del Pacífico.

Ante la pregunta de para qué nos puede servir el estudio de Martí en la hora actual latinoamericana, el coordinador de la Cátedra Martiana en la referida academia expresó que eso es relativamente sencillo, y a la vez complejo de contestar.

“Martí es una fuente interpretativa que nos permite comprender la realidad de América Latina y el Caribe de hoy. Es prácticamente imposible intentar entender ese proceso histórico de nuestra realidad latinoamericana si no nos acercamos a los textos martianos”.

Precisamente, abundó, su ideario responde a una urgencia, a dar respuestas a aquellos momentos vitales de América Latina. De ahí que la raíz del pensamiento martiano es una fuente viva para entender en la actualidad el problema social, político y cultural de Nuestra América.

La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) se fundó en una cita celebrada el 2 y 3 de diciembre de 2011 en Caracas, Venezuela, con la presencia del entonces presidente Hugo Chávez y los mandatarios y Jefes de Gobierno de las otras 32 naciones latinoamericanas y caribeñas.

La Celac busca profundizar la integración política, económica, social y cultural de América Latina y el Caribe, basado en el pleno respeto por la democracia y los derechos humanos.

En la primera cumbre, efectuada el 27 y 28 de enero 2013 en Santiago de Chile, el gobernante Raúl Castro, en nombre de Cuba, tomó la presidencia pro témpore de ese órgano regional que la semana próxima desarrollará su segunda reunión en La Habana, capital cubana.

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