Sanders y Cruz ganaron pero…

Las Convincentes victorias de Ted Cruz (republicanos) y Bernie Sanders (demócratas) sobre Donald Trump y Hillary Clinton en el estado de Wisconsin confirman hoy que a la carrera hacia la Casa Blanca le queda mucho para terminar.

En el bando del Grand Old Party (GOP), el senador Cruz (Texas) se afianzó como una alternativa para detener al magnate neoyorquino, a la vez que reafirmó interrogantes sobre si la convención partidista en Cleveland, Ohio, será un evento caótico al cual ninguno de los tres aspirantes en la puja, incluyendo al gobernador de Ohio, John Kasich, llegará con el número de delegados.

En Wisconsin, Cruz aseguró los 18 delegados por ser ganador, a lo que deben sumarse algunos de los 24 que reparten los ocho distritos electorales. Según estimados parece probable que ganará al menos 33 delegados de los 42 delegados en total.

Sin embargo y pese a recibir fuertes golpes en las últimas semanas, Trump es el más cercano al número mágico de mil 237 delegados necesarios para ganar la nominación partidista, aunque ahora debe obtener al menos el 60 por ciento de los que aun están en disputa para asegurar la boleta.

Si el llamado showman neoyorquino logra capear el temporal que desatan sus controversiales declaraciones sobre la crisis económica, la construcción del muro en la frontera con México y su campaña no implosiona con un proceso autodestructivo, es el mejor posicionado camino a obtener la boleta pese a las maquinaciones para negársela.

Con más de 740 boletos asegurados para Cleveland, el puntero puede conseguir resultados decisivos en primarias como la de Nueva York (19 de abril y 95 delegados), otras en el este y en la codiciada California, donde el botín en juego es sustantivo y las encuestas lo ubican por encima de Cruz y Kasich.

En el caso de Cruz, con 514 delegados en el bolsillo, su triunfo en Wisconsin lo reafirman como el principal escollo para el magnate inmobiliario aunque no debe llegar al número de delegados necesarios para ganar el boleto rojo.

Asimismo, el hecho de ser un conservador ideológico le cierran la puerta ante un importante sector de votantes, ya que sus posiciones en muchos temas son más extremistas que las del empresario neoyorquino, y algunos estiman que la cura (Cruz) será peor que la enfermedad (Trump) en la presidencia de Estados Unidos.

Por otra parte, en el bando de los demócratas, la arrolladora victoria del senador Bernie Sanders confirman su buen momento tras ganar siete de los ocho últimos concursos pero, solo eso, su rival y puntera por la nominación, la exsecretaria de Estado Hillary Clinton parece encaminada a concursar en noviembre por ser la primera mujer presidente del país.

Aun con el triunfo en Wisconsin, Sanders marcha alejado 200 delegados de Clinton y su déficit es más notorio entre los superdelegados no elegidos por el voto popular, los cuales en cerca de un 80 por ciento se inclinan por la ex primera dama.

Lo más predecible es que el senador por Vermont se mantenga en la carrera hasta el final gracias al apoyo que logra y a la recaudación de fondos, algo que puede ayudar a la agrupación azul a mantener el entusiasmo de sus simpatizantes, los que previsiblemente se alinearán detrás del que obtenga la boleta en Filadelfia en julio próximo.

Para Clinton, si gana, será confortable sumar el apoyo de los sectores de votantes jóvenes que van con Sanders al igual que el independiente que le es esquivo en la mayoría de las primarias ganadas por su rival.

Tras Wisconsin, se anticipan varias semanas de duras competiciones en ambos partidos. En el campo republicano muchos esperan que Trump enderece el timón de su nave, mientras entre los demócratas, si no ocurre algo extraordinario, en especial vinculado al caso de los correos electrónicos de Clinton, la fémina se acerca a la nominación.

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