Usain Bolt sigue siendo el hombre más rápido del mundo

Usain Bolt no tiene límites.

Era el atleta más buscado desde que llegó a suelo carioca. Todos aspiraban  —incluyendo la mayoría de los concursantes en los Juegos Olímpicos— topárselo al menos en algún entrenamiento o en la Villa.  La final de los 100 metros, pactada para hoy, concitaba por derecho propio la atención universal.

Y el portento jamaicano que responde al nombre de Usain Bolt complació como siempre a millones de aficionados en todo el orbe, con un nuevo triunfo inobjetable bajo los cinco aros, deteniendo los cronómetros en 9:81 segundos.

El “Relámpago” no creyó en las amenazas del norteamericano Justin Gatlin, monarca en Atenas 2004; ni en las de su compatriota Yohan Blake, dorado en el Mundial de Daegu 2011, luego de la descalificación de Bolt por arrancada en falso en aquella ocasión. Tampoco en las del canadiense André De Grasse, titular en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015.

Con su estilo legendario (que hace ver las proezas como tareas escolares), Bolt consiguió su séptima corona olímpica, tres de ellas de forma consecutiva en el hectómetro, algo no logrado nunca antes por otro atleta. En la clasificatoria marcó 10:07 y en semifinales estampó 9, 84, el mejor registro en esa fase.

El triunfo dejó claro que el festín de Bolt apenas comienza, reservando nuevas emociones para los 200 metros y el relevo 4×100.

Gatlin (9,89) y De Grasse (9,91) escoltaron al caribeño en el podio.

(Con información de Trabajadores)

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