El nuevo terrorismo en Alepo

La posición de Rusia y China, en el seno del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, pararon ese golpe y el Gobierno de Bashar al Assad, junto a las Fuerzas Armadas, aguantaron a pie firme la enorme embestida y el símbolo del Estado sirio, su capital derrotó todos los intentos.

Como en un guión cinematográfico, donde las ”tomas falsas” se ocultan, los ”padrinos” del terrorismo en Alepo, Siria, actúan en consecuencia para impedir una derrota traumatizante de los extremistas armados. La provincia de Alepo y su capital de igual nombre eran un símbolo real y práctico para los sirios de desarrollo económico, estabilidad social y convivencia, cuna y centro en pro de una nación que aspiraba a un futuro mejor para todos.

Desde el 2011, cuando sobre esta nación del Levante se lanzó la más feroz ofensiva en la historia del Medio Oriente desde todos los puntos de vista, la región quedó como una opción secundaria para los promotores de la guerra impuesta al país.

Damasco, la capital, se priorizó e incluso, según recientes revelaciones, fue amenazada por más de 300 misiles tipo Crucero de acuerdo con las coordinaciones de Estados Unidos y la Organización del Tratado del Atlántico del Norte (OTAN).

La posición de Rusia y China, en el seno del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, pararon ese golpe y el Gobierno de Bashar al Assad, junto a las Fuerzas Armadas, aguantaron a pie firme la enorme embestida y el símbolo del Estado sirio, su capital derrotó todos los intentos.

Entonces, otras variantes fueron aplicadas a través de Turquía, la manipulación mediática y el incremento del apoyo a los grupos terroristas desde Idleb, provincia siria colindante con Alepo y ambas fronterizas con la nación gobernada por Recep Tayyib Erdogan.

Entre las dos ciudades cabeceras de esas provincias hay apenas 60 kilómetros y hasta la frontera con Turquía unos 50, elementos prácticos y tácticos ‘ideales’ para establecer como hicieron los ‘padrinos’ del terrorismo, líneas de abastecimiento y logísticas que no paraban en el trasiego de financiamiento, armas y hombres.

Junto al doble rasero diplomático y político, Estados Unidos y los integrantes de la coalición internacional que lidera, optaron por Alepo y lograron mantener a flote a los grupos terroristas en la zona oriental de la ciudad.

Los objetivos estaban claros: propiciar la división de Siria a partir de un enclave importante, estratégico desde el punto de vista geográfico y presuntamente imbatible desde el militar.

Pero otra vez la nueva variante sufrió alteraciones y tras el respaldo solicitado por Siria a Rusia a través del empleo de la aviación en septiembre del 2015, las ofensivas terrestres del Ejército y sus milicias aliadas cercaron a los terroristas en los barrios orientales de Alepo.

Más de una docena de ofensivas, con cerca de 15 mil extremistas armados coaligados en un llamado Ejército de la Conquista, fracasaron y provocaron divergencias internas, enfrentamientos y disputas resueltas a tiros entre los integrantes de la agrupación, liderada sin ocultamientos por el Frente para la Conquista del Levante, antes Al Nusra.

Esta variante, como todas las anteriores, fue y es acompañada por un barraje mediático y manipulador sin precedentes, satanizando a rusos y al Ejército sirio a límites insensatos como en el caso de niños víctimas de bombardeos aéreos y que el final, se demostraron fueron falsificadas en medios de comunicación como Al Jazeera, entre otros.

Alaa, madre de una niña horriblemente quemada por un incendio en su propio hogar a fines de octubre último, afirmó: ‘Me mostraron la foto de mi hija en las noticias que escribían sobre una niña que sufrió los ataques de la aviación siria y rusa. Quisiera recordarles que las imágenes infantiles no deben ser un medio de propaganda en una guerra… Âíesto es una guerra maldita y no se puede utilizar imágenes de nuestros hijos para sus propios fines!’

Así sucedió con el niño Omran en la propia Alepo o con otro de 12 años degollado por integrantes del denominado movimiento Nuredin al Zinki y que en imágenes manipuladas aparecen como consecuencia de la actuación de las tropas de Al Assad o de la aviación rusa.

Una y otra vez, tanto Moscú como Damasco desmienten las mentiras y el barraje que ahora pretende de nuevo culpar a las Fuerzas Armadas sirias por el uso de gases tóxicos en Alepo, algo curiosamente admitido por varios países occidentales y sus aliados regionales en Naciones Unidas.

A los terroristas en Alepo parecen quedarles horas o algunos días y a la desesperada se culpan uno a otros de los fracasos o utilizan a cerca de 80 mil personas en las áreas que todavía ocupan como escudos humanos.

La actual variante promovida y alentada por Estados Unidos está abocada a un nuevo fracaso pero mientras tanto, hace daño, intoxica las mentes con continuas ‘tomas falsas’ y pretende ocultar las verdaderas intenciones de destruir a una nación hasta sus raíces por encima y bajo pretextos religiosos cuyo objetivo es la peor manera de hacer ‘política.’

(Con información de Prensa Latina)

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