El nacimiento de un gran líder: Hugo Chávez Frías

Hugo Chávez Frías

Hugo Chávez Frías

La historia de cada país tiene en sus páginas la impronta de grandes hombres, hombres que lucharon por un futuro mejor, hombres que dedicaron su vida a darle oportunidades a aquellos que una vez no tuvieron voz, hombres que nunca se rindieron a pesar de las adversidades.

A uno de esos hombres vio nacer Venezuela un día como hoy, pero 63 años atrás: Hugo Rafael Chávez Frías. Tal vez pocos presagiaron que aquel niño conocido como el “arañero” de Sabaneta llegaría algún día a convertirse en Presidente de la nación de Bolívar.

Chávez fue el segundo de seis hermanos, e hijo de un matrimonio de maestros. Su abuela fue quien lo cuidó y enseñó a leer y escribir. Él, en cambio, ayudaba vendiendo unos dulces conocidos como «arañas», de ahí el sobrenombre de «arañero» de Sabaneta (su pueblo natal).

A pesar de vivir una niñez dura por la precariedad económica de su familia, el Chávez adolescente desarrolló una afición por el béisbol que permanecería toda su vida intacta. A su vez conocía de la historia de sus antepasados gracias a las narraciones de su abuela.

Ya en 1971 se incorporó a la Academia Militar de Venezuela, donde la pasión por conocer la historia de su país continuó incrementándose, y años después se graduaba con el grado de subteniente de Artillería, especializado en Ciencias y Artes Militares, en la rama de Ingeniería, mención terrestre.

Como Fidel Castro en 1953 no dejó que en Cuba muriera Martí en el año de su centenario, Chávez tampoco permitió que pasara lo mismo con Bolívar.

En 1982, un año antes del aniversario 200 del nacimiento del Libertador, el Comandante Eterno, fundó el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (MBR200), que tiempo después se convertiría en una plataforma para la lucha por conformar una nueva República.

Para febrero de 1989, Chávez vivió el Caracazo, al que calificó como «el hecho político de mayor trascendencia del siglo XX venezolano y la fecha del renacimiento de la Revolución Bolivariana», pues el pueblo salió a las calles espontáneamente en protesta por una serie de medidas económicas en el país aplicadas por el entonces presidente Carlos Andrés Pérez y recomendadas por el Fondo Monetario Internacional.

Otro febrero, específicamente el día 4 y del año 1992, el Comandante Eterno encabezó una rebelión cívico militar contra el ya mencionado Pérez, y a pesar de que falló muchos conocieron a Chávez por una aparición en la prensa local en la que dijo que «por ahora» los objetivos de liberar al pueblo del régimen neoliberal no habían sido alcanzados.

Ese «por ahora» se convirtió en guía para los venezolanos.

Chávez pasó dos años en prisión por la rebelión cívico-militar, y pocos meses después, en diciembre de 1994 llegó a La Habana tras aceptar la invitación del historiador de la ciudad, Eusebio Leal.

Con los honores de un jefe de Estado fue recibido por Fidel en el aeropuerto, como presagio de lo que llegaría a convertirse en la amistad de dos gigantes.

Aquí ofreció una conferencia magistral en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, en la que dio detalles sobre sus planes futuros para Venezuela y se refirió a nuestro país, acosado por Washington y sus aspiraciones imperialistas, «Cuba es un bastión de la dignidad latinoamericana y como tal hay que verla, como tal hay que seguirla, y como tal hay que alimentarla».

Durante varios años, recorrió Venezuela explicando su proyecto político, mencionando siempre la necesidad de convocar a una Asamblea Nacional Constituyente.

El 6 de diciembre de 1998 es elegido Presidente de Venezuela, bajo su Movimiento V República, y asumió su cargo el 2 de febrero del siguiente año.

Uno de sus primeros logros fue la aprobación de la Constitución de 1999, un documento que marcó una nueva etapa de gobierno popular y dejó atrás los años de administraciones de derecha.

En la Carta Magna se decretó el nombre del país como República Bolivariana de Venezuela, reivindicó a los pueblos indígenas, y abrió pasó a un sistema de justicia e igualdad social.

Es considerada una de las más avanzadas a nivel mundial en materia de derechos humanos.

Sus planes en Venezuela nunca fueron del agrado de la oligarquía, sobre todo de aquellos que controlaban el petróleo, y ello llevó al conocido Golpe de Estado del 2002. El 12 de abril, Chávez fue secuestrado y transportado hacia diferentes lugares.

Fue gracias al entonces cabo Juan Batista Rodríguez, que los venezolanos supieron que Chávez seguía vivo, y más importante aún, que no había renunciado.

La reacción no se hizo esperar, el pueblo tomó Miraflores y tras horas de angustia y desesperación, Chávez regresó y llamó a la calma en un discurso; y es que a pesar de los repetidos intentos de la oposición por remover al Presidente de su cargo, los venezolanos siempre dieron su apoyo al Eterno Comandante.

El 14 de diciembre del 2004 (diez años después de aquel primer encuentro entre Chávez y Fidel) surgió oficialmente la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) como frente al Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA).

Su propósito fundamental es el mismo casi trece años después de su fundación «la transformación de las sociedades latinoamericanas, haciéndolas más justas, cultas, participativas y solidarias y que, por ello, está concebida como un proceso integral que asegure la eliminación de las desigualdades sociales y fomente la calidad de vida y una participación efectiva de los pueblos en la conformación de su propio destino».

En el año 2011 el mundo conoció sobre los problemas de salud de Chávez al suspender una gira por Brasil, Ecuador y Cuba. En la Isla fue atendido con todo el amor y el cariño de los «soldados de batas blancas».

Sin embargo, en la fatídica tarde del 5 de marzo del 2013, el entonces Vicepresidente venezolano Nicolás Maduro informó de la partida de Chávez.

El mundo, América Latina, Venezuela perdía un gigante.

«Falleció el mejor amigo que tuvo el pueblo cubano a lo largo de su historia (…) Ni siquiera él mismo sospechaba cuán grande era», dijo Fidel.

(Tomado de Granma)

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