Construyen en Las Tunas el mayor complejo de energía eólica de Cuba

Mejoramiento de viales para posibilitar el paso de los equipos de la Empresa Nacional de Investigaciones Aplicadas. Foto: Cortesía de los proyectistas

El agotamiento de los combustibles fósiles, la fluctuación de los precios del petróleo en el mercado internacional y el impacto ambiental y económico, son algunos de los aspectos que han puesto sobre la mesa alrededor del mundo la necesidad del empleo de fuentes renovables de energía.

Cuba no está exenta de tales problemáticas y, por lo tanto, también se intensifican los esfuerzos en ese sentido y se materializan de forma paulatina proyectos que aprovechan esta alternativa más eficiente, económica y ambientalmente sostenible.

Al norte de Las Tunas, en el municipio de Jesús Menéndez, se acomete la construcción  de un complejo de generación eólica sin precedentes en el país que, compuesto por dos parques, La Herradura-1 (LH1) y La Herradura-2 (LH2), permitirá generar, gracias a la fuerza de los vientos y a una moderna tecnología de suministradores chinos, alrededor de 101 MegaWatt (MW) de energía eléctrica.

ORÍGENES Y AVANCE DE LOS PROYECTOS

A principios de los años 2000, cuando se iniciaron los estudios en Cuba para determinar las zonas con mayor potencial de generación eólica, especialistas de la Empresa de Ingeniería y Proyectos de la Electricidad demostraron que en las áreas cercanas a la playa La Herradura era posible alcanzar unos 50 MW.

La velocidad de los vientos medida allí está sobre los 6,8 metros por segundo (m/s), lo que se califica como una velocidad moderada baja, pero de óptimo rendimiento para la construcción de parques que utilicen esta fuente renovable.

Con el fin de conocer interioridades acerca de los proyectos LH1 y LH2, Granma dialogó con la  ingeniera y máster en Ciencias Adela Álvarez Fernández, quien se encuentra al frente de la Dirección Integrada de Proyectos Eólica, creada allí por la Empresa Desarrolladora de Inversiones de Fuentes Renovables de Energía Eólica.

«Los dos parques serán los mayores de Cuba, pues los que existen hasta este momento son básicamente experimentales».

LH1 contará con 34 aerogeneradores de 1,5 MW cada uno y LH2 tendrá 20 aerogeneradores, pero de mayor tamaño, de 2,5 MW. Las dos obras fueron aprobadas por el Ministerio de Economía y Planificación para el año 2018, o sea, que están dentro de los planes para este año y el país va a trabajar para que se cumpla lo previsto. Aspiramos a  tener para diciembre al menos un circuito en funcionamiento.

«Hasta este minuto se ha trabajado intensamente en las obras inducidas que requieren ambos parques. En ese caso debemos referirnos al centro de apoyo logístico del que solo nos queda pendiente el Batching Plant (planta productora de hormigón); se cumple con el cronograma de la villa de los trabajadores; se trabajó en los viales de acceso, en la carretera de Puerto Carúpano, que es por donde recibiremos los recursos y en otros puntos muy específicos de las carreteras por el tamaño de los equipos que trasladarán».

En Puerto Carúpano se realizaron obras vitales para mantener a resguardo los componentes de los aerogeneradores hasta su llegada a los emplazamientos y también se ordena la compra de vehículos de gran porte, necesarios para el movimiento de dichos elementos. Al tema también se refirió Álvarez Fernández.

«Es necesario que exista la menor manipulación posible de esos componentes, por ello le solicitamos al puerto áreas libres y las acondicionamos para almacenar las palas y los tramos de torres y después, a partir del proyecto de organización logística, los vamos trasladando hasta la plataforma donde serán montados.

«Para eso se necesitan también equipos especiales. En estos momentos se están comprando rastras para las palas y los tramos de torres que en todos los casos sobrepasan los 30 metros de largo, desde 40 hasta 70 toneladas de peso. También tuvimos que hacer estudios para el movimiento de la grúa, que será única en el país: pesa alrededor de 300 toneladas y de eje a eje mide nueve metros con 30 centímetros, por lo que el vial por el cual se trasladará es de 12 metros de ancho».

Sin embargo, más allá de la infraestructura asociada a las obras, existen detalles técnicos y procesos que hablan claramente de la complejidad que implican los proyectos de esta índole.

AL «INTERIOR» DE LOS PARQUES

Antes de determinar el punto exacto donde debe ubicarse un aerogenerador es imprescindible la realización de profundos estudios, pues una colocación errónea impedirá que el equipo alcance su máxima eficiencia.

«Se realizaron estudios ingeniero-geológicos con la Empresa Nacional de Investigaciones Aplicadas, para determinar las características del suelo y a partir de ello se diseñará el proyecto de cada una de las bases; puede darse el caso de que todas sean iguales, pero también puede pasar que algunas tengan características diferentes por el tipo de suelo donde estén ubicadas. Cada base requiere aproximadamente 300 m3 de hormigón, consideró la Directora del proyecto.

Álvarez Fernández agregó que «la ubicación de los aerogeneradores no es al azar, sino por las simulaciones realizadas, las cuales demostraron que en ese punto específico es donde la generación es mayor, o sea, donde el equipo alcanza su máxima eficiencia».

Las máquinas que serán ubicadas en ambos parques tienen notables similitudes, no obstante, en el caso de LH1 pertenecen a la marca Goldwing, mientras que en el caso del segundo, el suministrador es Dong Fang. Las especificidades de cada modelo fueron expuestas a este medio por parte del ingeniero y máster en Ciencias Miguel Casí Céspedes, especialista principal del grupo técnico.

«Las máquinas del suministrador Goldwing, pertenecientes a La Herradura-1, tienen 1,5 MW de potencia. Son generadores de velocidad relativamente lenta, compuestos por tres palas o aspas, tres tramos de torres tubulares de acero, un generador y un convertidor de electricidad. Su altura de buje (altura) es a 65 metros y sus palas son de aproximadamente 37 metros.

«En el caso de La Herradura-2, estamos hablando de máquinas de mayor potencia, 2,5 MW, del suministrador Dong Fang. Es similar el sistema de generación, su altura de buje es a 80 metros, con cuatro tramos de torres, y las palas son de 54 metros.  Es por ello que en el caso de LH1 para 51 MW se utilizan 34 máquinas y en el caso de LH2 para generar 50 solo son necesarias 20.

«El primer parque está compuesto por cinco circuitos. Cuatro de siete aerogeneradores y uno de seis. El segundo lo componen cinco circuitos también, pero de cuatro aerogeneradores cada uno».

Analizando cuidadosamente otras cifras es posible medir el positivo impacto económico y ambiental que tendrán estos parques, una vez puestos en funcionamiento. A ello también hizo referencia Miguel Casí.

«LH1 podrá generar al año un valor aproximado de 153 Giga Watt/hora (GW/h), ello implica un ahorro de combustible de más de 39 700 toneladas y se desplazarían alrededor de 129 000 toneladas de CO2 (se dejan de emitir a la atmósfera) en igual periodo. Por su parte, LH2 tendría una generación anual aproximada de 150 GW/ h, se ahorrarían 39 000 toneladas de combustibles y se desplazarían 127 000 toneladas de CO2. Esta generación es estimada, porque depende de varios factores: las condiciones del clima, la estabilidad de la velocidad del viento y de la eficiencia de las máquinas, entre otros aspectos».

La energía eólica ha llegado a nuestro país no solo para quedarse, sino para ampliar su espectro. Aunque todavía no existe un tercer proyecto, otras áreas de esta provincia también fueron estudiadas y responden a los estándares necesarios para la generación de energía por medio de los vientos. Cambiar nuestra matriz energética hacia fuentes renovables es sinónimo de desarrollo y Cuba tiene muy claras sus metas en ese sentido.

(Tomado de Granma)

J.A.T.G

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