Engrandecidos en un mar de antorchas

que flameaban como la luz que dimana

de su ejemplo, la Generación del Centenario guiada por Fidel legó a sus predecesores

una hermosa tradición: la Marcha de las Antorchas.

Desde entonces, al celebrar cada nuevo aniversario del natalicio de José Martí,

la iniciativa se ha convertido en un patriótico ritual, que junta a cubanos de todas las edades, de ayer y de hoy, en las principales avenidas

o calles de toda la Isla.

Así, este domingo, en las marchas

que tendrán lugar en el centro y el oriente

del país, y mañana en el occidente, tampoco faltará la voz de un pueblo que dice Sí a la nueva Carta Magna de la nación, porque en ella

se mantiene intacto el profundo anhelo

del Maestro —defendido siempre por nuestro Comandante en Jefe— de que la «la ley primera de nuestra República sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre».

Y las nuevas generaciones, el estudiantado cubano, las juventudes de este archipiélago,

allí estarán, para demostrar que nada ni nadie podrá apagar el fuego martiano y fidelista

de este pueblo