Asociación de Estados del Caribe, logro de unidad latinoamericana

Cumbre de la Asociación de Estados del Caribe

Cumbre de la Asociación de Estados del Caribe

Los pueblos residentes en el Caribe estuvieron desde los inicios de la era moderna a merced de los poderes hegemónicos que construyeron su prosperidad a costa de la sangre y el sudor de diversas esclavitudes. Por eso se trata de una Historia que hoy se quiere olvidar, mediante mecanismos de colonización cultural, los cuales atacan en primer orden a los mecanismos de integración regionales.

Ante el poco peso que tiene cada una de las naciones caribeñas, por separado, en el concierto internacional de las economías, se ha impuesto en las agendas de los Estados la lucha por una sustentabilidad de la cual depende incluso la misma existencia nacional. El mar, visto como la primera riqueza y singularidad, ha servido como un horizonte a la vez que geográfico, cultural y de resistencia.

La estructura económica del Caribe es heterogénea en cuanto a recursos naturales y grado de industrialización, de ahí la necesidad de aunar esfuerzos regionales. Una población de 42 millones de personas vive en el Caribe, de las cuales el 86 % se concentra en las Antillas Mayores, con las economías más fuertes en Puerto Rico, Cuba y Dominicana, que abarcan el 76 % del pib de la región.

Algunos datos avalan a la región y prometen un mejor futuro, por ejemplo, el Índice de Desarrollo Humano del Caribe es relativamente alto, como la esperanza de vida, de 72 años. En estos datos tiene un peso fundamental lo alcanzado por Cuba en 60 años de un modelo de gestión alternativo al capitalismo.

Aun así, otros indicadores justifican que la prioridad de las naciones siga siendo la economía, entre estos está la desigualdad, herencia del coloniaje.

La estructura más extendida que ha generado modelos de gobernanzas y propuestas sólidas para la soberanía de las naciones caribeñas, es la Asociación de Estados del Caribe (AEC), que logró agrupar a los países de peso económico con aquellos que necesitan insertarse y diversificar sus negocios. El organismo además funciona como una efectiva red de relaciones internacionales, al servicio de los pueblos y sus identidades.

El mar de la alternatividad

La Asociación de Estados del Caribe (AEC) nació de la firma del Convenio Constitutivo de la AEC el 24 de julio de 1994, en Cartagena de Indias, Colombia. Su filosofía fue proponer una alternativa total a los poderes hegemónicos que, en el presente y a través de la Historia, intervinieron en la región, pero sobre todo propiciar un ambiente económico de integración y prosperidad.

La aec es una organización para la consulta, la cooperación y la acción concertada entre sus 25 Estados Miembros y tres Miembros Asociados. Sus áreas focales son en la actualidad el comercio, el transporte, el turismo sustentable y los desastres naturales.

Una especial atención le presta el organismo a la vulnerabilidad ecológica de la región, de cara al cambio climático, una causa que no cuenta con el visto bueno de los lobbys empresariales del mundo y que, tras el gobierno de Trump en Estados Unidos, ha quedado relegada de muchas de las agendas de las grandes potencias.

Es prioridad del organismo que se logren oír los reclamos de naciones, como las pequeñas islas, afectadas por el crecimiento del nivel del mar, así como por la persistencia cada vez mayor de los huracanes y demás fenómenos que crecen en fuerza y devastación de una temporada a otra, debido a los efectos del calentamiento.

También, de la mano con la existencia misma de las naciones, el programa ecológico propone un nuevo modelo de turismo, no invasivo, que concentre sus esfuerzos en la vitalidad de las comunidades y el respeto por las actividades económicas originarias, que son el sustento aún de muchos seres humanos caribeños.
En definitiva, la aec es un modelo de integración que se ha mantenido firme en el contexto latinoamericano, a pesar de las presiones empresariales e imperiales, y a través de diversos proyectos que ahora mismo atentan contra dicho mecanismo tanto en el orden económico como político.

El Caribe ante el capitalismo

A partir de 2008, la aec tuvo que enfrentar el tremendo reto de la crisis del capitalismo mundial. En el nuevo escenario se impone que las economías tengan un sesgo más regulado, a partir de logros en común y menos sujetas al «azar» capitalista.

Sin embargo, Cuba y su búsqueda de un comercio mundial alternativo, es uno de los factores que favorece la presencia en la región de otros actores económicos y diversifica las posibilidades de desarrollo. Este elemento aleja los riesgos de sujetarse a un único emisor de productos.

El programa Petrocaribe ha sido exitoso al promover la soberanía energética de los Estados, un paso sin dudas imprescindible cuando se evidencia la intención de Estados Unidos de monopolizar las reservas de petróleo de la región y colocarlas bajo su gestión exclusiva, para lo cual genera la crisis con Venezuela.
Uno de los puntos preocupantes sigue siendo el tremendo peso de Puerto Rico y su estatuto dependiente de Washington, lo cual impide el éxito de determinadas políticas relacionadas con el turismo y las finanzas, así como el bloqueo comercial norteamericano que pesa sobre la economía cubana.

Las llamadas crisis humanitarias, como es el caso de Haití, conllevan un pensamiento acerca de cómo evitar el colapso de las sociedades, a la vez que buscar hacia el interior de los países caribeños soluciones que no impliquen la intervención ni armada ni política de las potencias hegemónicas.

Tareas y objetivos de la Asociación de Estados del Caribe

Tareas y objetivos de la Asociación de Estados del Caribe

Nicaragua es la sede de la reunión de la aec, la cual tiene además como reto el enfrentamiento a la militarización de la zona, lo cual niega la Proclama de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) al respecto. Un punto de diálogo que deberá abordar los nuevos planes imperiales, que pretenden negarle al Caribe la integración respetuosa dentro de su diversidad.

(Con información de Granma)

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