Equipaje de altos decibeles
“¡Apaga eso niño!”: la frase hace voltear la cabeza incluso al más distraído. Así, dentro de aquella especie de “ómnibus-torbellino” comienza el susurro de la inconformidad a transgredir los altos decibeles de las “bocinas viajeras”, o como quiera nombrarse al maléfico engendro invasor de las rutas 1, 3, 5, 6, 200… ¡de toda la ciudad!