Hay muertos que no mueren nunca
Quién eligió sus ojos para que no faltara a los hombres la luz, joven el más amado, la ceguera borró de nuestros ojos y el llanto y la velada sombra, de esa mirada nacen los nuevos héroes. Así se refirió el poeta Pablo Armando Fernández al hombre cuya mirada se convirtió en símbolo de una generación.