Los retos de los nuevos cuatro años presidenciales de Obama

Por Juana Carrasco Martín, especial para la Mesa Redonda

Fotos de  Roberto Garaicoa

El demócrata Barack Obama ha sido reelecto como presidente de Estados Unidos para los próximos cuatro años en una larga jornada electoral del martes 6 de noviembre, con 303 votos electorales, más lo que pueda llegar desde la Florida, donde todavía están en juego los 29 correspondientes, mientras su rival Mitt Romney llegó solo a 206.

Se daba un resultado reñido, pero ha ganado por más de cien votos electorales, y no hay contradicción con los votos populares, de los que el demócrata obtuvo 50 por ciento y algo, con más de 60 millones frente a 57 millones otorgados a Romney. La Florida está en veremos, porque es relativamente pequeña la diferencia, unos 40 000 a su favor, pero debe esperarse.

Sin embargo, porqué es tanta la diferencia entre uno y otro, la explicación está en la votación indirecta que los estadounidenses hacen por su Presidente. Cada estado tiene un número de votos electorales proporcional a su población, y estados con mayor densidad demográfica, como es el caso de California, por ejemplo, se alza con 55 de esos votos compromisarios, mientras que en los pequeños pueden ser solo tres o cuatro votos electorales. Como las regulaciones estadounidenses otorgan TODOS los votos electorales de un estado a quien haya obtenido la mayoría simple sobre el adversario —es decir con una sola boleta más en el conteo se lleva completo el botín—, el que gana preferiblemente en los estados mayores llega más rápidamente a los 270 votos electorales necesarios para llevarse la Presidencia.

Los estados costeros son los más poblados, y los de las costas es te y oeste son tradicionalmente de voto demócrata, y Obama los ganó, así que fue acumulando a su favor. Por el contrario, son menos poblados los del centro-norte, de voto tradicional para los republicanos. Pero Obama también se impuso en la mayoría de los llamados estados pendulares, unos 11 que unas veces se inclinan por el demócrata y otras por el republicano.

En esta ocasión, aunque votaron menos electores que en la contienda del 2008 y la diferencia de unos dos millones entre Obama y Romney fue mucho menor en voto popular que cuando le ganó a McCain por diez millones, se impuso ahora en 26 estados, aun cuando en buena parte de ellos por votación muy estrecha de 50 por ciento por 49 por ciento, o ambos con 49 por ciento, pero con fracción mayor.

La Florida no estaba decidido el miércoles, todavía contaba votos, y en ese estado que otorga 29 votos electorales cada uno de los contendientes se habían gastado en publicidad 167 millones de dólres, una parte de ella en español, buscando el voto latino.

Los otros partidos pequeños, que el sistema electoral estadounidense los aparta de la lid, apenas obtuvieron más de un millón de votos el Libertario, que es de la extrema conservadora, y se afirma que le restó votos a Romney en la Florida, y el Partido Verde apenas 400 000.

El recuento de tan larga jornada, los resultados preliminares de las elecciones estadounidenses en que salió vencedor Barack Obama, fueron analizados en la Mesa Redonda de un día después, el miércoles 7 de octubre, por los periodistas Juana Carrasco Martín, jefa de la Redacción Internacional del periódico Juventud Rebelde, y Oliver Zamora, analista de temas internacionales de la Televisión Cubana, y su repercusión en los medios de EE.UU. y del mundo por la periodista y profesora universitaria Ana Teresa Badía. Desde Caracas, donde analizó la contienda para TeleSur, lo hizo Reinaldo Taladrid, vía skype.

LA CLAVE HA SIDO EL VOTO LATINO

El dibujo de las bases electorales de ambos partidos dan la clave de lo sucedido: por Romney votaron en un porcentaje mayor los hombres blancos, las personas mayores de 65 años, y los que viven en áreas rurales; por Obama, las mujeres en una alta proporción, los de origen hispanos, los negros y los jóvenes, todos ellos bases tradicionales de los demócratas, que en esta ocasión acudieron en número suficiente para inclinar la balanza, sobre todo el voto latino en la mayoría de los estados pendulares. El 75 por ciento de ese segmento le dio el voto a Obama.

Por ejemplo, en Colorado fue el 87 por ciento del voto latino, en Nevada, también muy alto; en Virginia el 66 por ciento ; en Ohio, la gallina de los huevos de oro, el 82 por ciento de los votos populares latinos. En seis de los estados pendulares la población latina ha crecido rápidamente y constituyen más del 15 por ciento de los votantes, y salieron a ejercer su derecho, al punto que constituyeron más del 19 por ciento de los votantes, suficientes para inclinar los resultados.

También el 60 por ciento de los jóvenes menores de 30 años fue para Obama en todo el país, y el 55 por ciento del sufragio de las mujeres. Latinos, mujeres, jóvenes y la población urbana fueron decisivos.

Los republicanos tenían esperanza de haber ganado Ohio y estuvieron hasta último minuto para reconocer la victoria demócrata, mas de una hora demoró Romney desde que las mayores cadenas de televisión y los diarios que seguían paso a paso la jornada le dieron la victoria a Obama tras el resultado en Colorado donde llegó a la cifra mágica de 270. Mitt Romney estaba tan seguro que sería de él la presidencia, que solo tenía un discurso de victoria elaborado, pero tuvo que concederse la a Obama: Rezaré para que Obama lo haga bien, porque la gente es lo mejor que tenemos, dijo.

RESPUESTAS A DOS PREGUNTAS DE LOS TELEVIDENTES

En la puja presidencial se gastaron 2 600 millones de dólares y una cifra extraordinaria para el congreso y el senado en un país que está en crisis económica.

En la calle, los televidentes cubanos se hacen preguntas, qué repercusión va a tener este resultado en la política guerrerista de EE.UU., cuál para América Latina.

El complejo militar industrial es un pilar para la economía estadounidense y ese país es el mayor productor y exportador de armas y quien fabrica armas, fábrica guerras, lo que responde las posibilidades, sea quien sea el presidente; pero el poder político y económico ha ido mermando y le queda el poderío militar para imponerse al mundo. Aunque a la ciudadanía estadounidense no le importa mucho lo que ocurra en el exterior, al complejo industrial sí y estará pendiente o avivando conflictos.

Hoy se vive una reestructuración del poder hegemónico en el Medio Oriente y va a continuar durante los próximos cuatro años de Obama, ahí están Siria, e Irán, como sus focos de atención, y de ahí se pasa a China y Rusia.

La América Latina que está frente a frente a Obama ha cambiado muchísimo, Venezuela tiene mucho que ver en ello, y otros países de la región latinoamericana y caribeña que avanzan hacia una integración y una unidad, que le exige a Estados Unidos un trato de equidad, respeto mutuo y justeza.

Obama probablemente seguirá la misma política de sus primeros cuatro años, cuando se le ha criticado que no le ha prestado mucha atención a esta región, pero él está proyectando apuntar al incremento del comercio pero a través de los llamados Tratados libres, de los que firmó tres en su primer mandato con Chile, Panamá y Colombia; le interesa lo que llama asuntos de seguridad para Estados Unidos, la «responsabilidad compartida» en el enfrentamiento al narcotráfico tras lo que esconden muchas otras cosas y una posición intervencionista y de constituir nuevas bases militares.

Apenas ha viajado a la región, una gira y la asistencia a las cumbres internacionales en la región. Probablemente a esta parte del hemisferio ha viajado más su secretario de Estado León Panetta, recordemos que en este año inauguró un remedo de la Escuela de las Américas en Chile, un centro de avanzada para entrenar a las fuerzas policiacas y armadas de la región en las artes de la represión para imponer el orden, en una región de riquezas energéticas y acuíferas importantísimas, reservas que le dan una posición geoestratégica de consideración, y que quieren a su recaudo. Pero con relación a otras regiones del mundo, la siguen viendo como de segunda categoría en la atención.

QUE MIRE HACIA EL SUR

La repercusión internacional del triunfo de Obama es amplia y desde muy diversas partes del mundo le llegan las felicitaciones, de la Unión europea y los países que la integran en primer lugar, porque Europa prefería al candidato demócrata de nuevo en la Casa Blanca, aseguraba reportes de prensa.

También Rusia, sobre todo después que Romney dijera que era el principal enemigo de Estados Unidos; también China de fuertes nexos comerciales y una economía de empuje.

Evo Morales, al felicitarlo le dijo por las claras que si quería responder al voto latino que le dió la victoria que levantara el bloqueo contra Cuba, ¡abajo el bloqueo!, concluía el presidente de Bolivia.

Ana Teresa Badía comentó cómo los diarios estadounidenses y otros del mundo abordaban la noticia que ocupó las portadas de casi todos ellos e importantes espacios. Repercusión también en algunos publicaciones latinoamericanas y entre los líderes de la región. Y han pedido que la nueva administración que mire hacia el sur.

Reinaldo Taladrid, vía skype desde Caracas Venezuela, dio pormenores e indicios interesantes de los resultados, votó menos gente, no solo en New York y New Jersey, también en Texas, y esto tiene que ver con la desmovilización que se produce porque no hay proporcionalidad a la hora de los resultados, los votos todos van para el ganador.

Obama hizo su campaña sobre la herencia maldita que recibió, la crisis económica, y fue inteligente en esa campaña para inculcar a los estadounidenses el miedo a la alternativa, que se impuso en un sector clave para Obama, las mujeres, quienes votaron a su favor con 11 puntos de diferencia respecto a Romney. Consideran que Obama está más cerca de ella en los problemas de la casa, de la economía doméstica, de la familia y los hijos, y Romney era el millonario despiadado que se llevaría los trabajos para China.

Como dato curioso de la fragilidad de las máquinas votantes, Bush votó en Texas por Romney, pero la máquina le marcó a Obama. Las empresas de las máquinas de votación han facilidad el fraude no pocas veces y eso obligó ahora a que en la Florida se retirará una de un colegio porque cada vez que se votaba por Obama marcaba Romney.

En Florida, uno de los principales estados péndulos, dio la nota, la gente estuvo votando hasta casi las doce de la noche y a esa hora olímpicamente cerraron los colegios. El norte de ese estado votó masivamente contra Obama, como un estado sureño que es, pero en el corredor hacia más al sur los latinos votaron en 70 por ciento a favor de Obama, y algo inédito el 47 por ciento del voto de origen cubano lo favoreció frente a un 50 por ciento para Romney, cerrando una diferencia que hasta ahora era inmensa.

En Virginia, el voto negro contrarrestó al otro voto rural, y le dio la victoria a Obama. En Ohio, los sindicatos que hicieron un trabajo impresionante en Cleveland y en Cincinatti, la inauguración de dos plantas nuevas del automovilismo. Iowa, New Hampshire y Wisconsin, también le dieron una victoria impresionante; y en Colorado, los hispanos cambiaron la proporción a pesar de que solo vota el 50 por ciento de los que pueden hacerlo.

EN EL CONGRESO

Se renovó la Cámara de Representantes y un tercio del Senado y no ha habido sorpresas en su composición, la mayoría republicana en el primero y demócrata en el segundo. Todos los poderes quedaron como estaban antes de la campaña y esto representa un reto para Obama; pero en la composición cualitativa ha habido cambios importantes porque el Partido Republicano perdió escaños en ambas cámaras, aunque no fuera en número significativo, y habría que ver si la labor de torpedeo a Obama durante cuatro años fue la respuesta adecuada y no la que le perjudicó ante los votantes.

En el Senado 54 demócratas, un independiente y 45 republicanos; en la Cámara, los datos preliminares le dan 234 a los republicanos, de los 345 escaños, manteniendo una mayoría que obstaculizó las políticas de Obama durante cuatro años.

Escaños recuperados por los demócratas como el caso de Elizabeht Warren, quien fue asesora de Obama para los asuntos de la crisis financiera y se le considera partidaria acérrima de regular a Wall Street.

El golpe sufrido por el Tea Party, alrededor de tres de sus líderes que no llegaron al Congreso, entre ellos los dos que hablaron contra el aborto cuando hasta entonces eran favoritos en sus estados.

Paul Ryan, el aspirante a la vicepresidencia por los republicanos, fue electo representante por Wisconsin, y seguirá probablemente como jefe del comité de finanzas del Congreso.

Un modesto incremento de la presencia de latinos, de hispanos, en ambas cámaras y tiene que ver con esa presencia del voto de esa minoría que va en camino de tener cada vez mayor importancia demográfica en Estados Unidos. En el Senado aumentaron a tres, pero en realidad son parte de la derecha anticubana, con la entrada de Ted Cruz por Texas, que se une a Marco Rubio de la Florida y Bob Menéndez de New Jersey. En la Cámara hubo un avance de seis y ahora suman 26 los representantes de origen latino, la mayoría mexicano, y también están ahí el grupo anticubano de la Florida, donde Joe García como demócrata, le ganó a David Rivera, atacado por los recientes escándalos de corrupción, pero ambos formaron parte de la Fundación Nacional Cubano Americana.

Tres retos que tendrá Obama: la economía, de la que dice que se está recuperando y que el desempleo es menor que el heredado, pero son estadísticas muy cuestionables por los factores económicos externos que son bastante adversos en sus aliados europeos; cumplir las promesas que sería un efecto tremendo a futuro para el Partido Demócrata, entre ellas la reforma de salud y la reforma migratoria, que es un asuntos bipartidista, aunque los republicanos tienen una posición adversa; y la política exterior, donde el principal reto sigue siendo la situación conflictiva del Medio Oriente, incluida el mundo musulmán del norte de África, todo en plena ebullición, por supuesto la presencia militar estadounidense en Afganistán y la continuidad de la violencia en Iraq.

Otro reto sustancial son las posiciones de China y de Rusia, dispuestas a buscar nuevamente la multipolaridad, que dé al traste con la unipolaridad hegemónica que Estados Unidos disfrutó en las últimas décadas, desde la caída del campo socialista europeo.

Un periodo duro por delante para Obama para cumplir un cambio que debe tener concreción en los próximos cuatro años.

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