Documental: Granada, el despegue de un sueño

Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda

Fotos de Roberto Garaicoa

Han pasado 30 años y el documental Granada, el despegue de un sueño, del cineasta cubano Rigoberto López, presidente de la Muestra Itinerante de Cine del Caribe, aún sigue latiendo, porque el arte tiene ese poder de trascendencia y de vuelo, de alcance y connotación.

Cuando los sucesos que estremecieron al Caribe y al mundo en octubre de 1983 llegan a sus tres décadas, regresan estas imágenes a la Mesa Redonda, para recordarnos el absurdo de la invasión imperial, y para confirmarnos la fiereza de Washington y sus construcciones mediáticas para justificar su injerencia y prepotencia ante todo lo que amenace con cambiarle su mapa geoestratégico.

Rigoberto, quien llegó en junio del 83 a Granada, junto a Daysi Granados, para presentar una semana de cine cubano, pretendía inicialmente dar testimonio del espíritu que se vivía en ese país, pero no pudo ser. De hecho, el desenlace de su obra iba a ser con imágenes del líder Maurice Bishop cargando a unas niñas en el aeropuerto que se construía con el apoyo del pueblo cubano y de otros países. Pero no, el final se eclipsó, con la certeza del asesinato del líder granadino y la invasión de 7 000 marines y el despliegue de la 82 división aerotransportada de los Estados Unidos. En ese momento el material estaba, justamente, en proceso de edición.

Rigoberto López, quien había ingresado en el Icaic en el año 1971, tuvo otra vivencia extraordinaria en medio de la realización de este documental. “Cuando regresé a Cuba, las imágenes que habíamos tomado se habían velado, por ello debimos regresar, lo cual no hubiera sido posible sin la comprensión y generosidad extraordinarias del primer ministro Maurice Bishop”.

En su opinión, él era un hombre singular, que gozaba de un amplio respeto y cariño por parte de su pueblo. “Era muy popular y carismático, y amaba a la Revolución Cubana de una manera muy consecuente”.

Cuando regresamos en esa segunda oportunidad, dijo, cambiamos la tesis de nuestro trabajo. “El documental que hice originalmente era sobre la vida de Granada, sobre la Revolución, pero al regreso, cuando percibo que el centro del conflicto con Estados Unidos estaba en el aeropuerto, decidí centrarme en ese tema, que decían, infamemente, era una base militar cubano-soviética.

“Este documental tuvo el dramático privilegio de ser el testimonio final del pensamiento político y poético de Maurice Bishop, hombre de una sencillez extraordinaria, al punto de que siempre respondió a nuestras solicitudes para su presencia en la película y nos dijo que en cuanto estuviera lista enviaría a un dirigente para buscarla y decidir cuándo se exhibiría en Granada.

“El documental se filma en el año 83, a solo unas semanas de los sucesos del 19 de octubre, cuando matan a Maurice; y estaba prevista su exhibición en Granada el día 20 de octubre. Cuando sobrevino todo esto, me decidí rápidamente a cambiar todo el final, y el ICRT lo pasó de cine a celuloide.

“Cuando estuvo listo llegó a manos del Comandante Fidel, y no había transcurrido una hora de que lo viera cuando me fueron a buscar para que se hicieran 25 copias para enviarlas a todas nuestras embajadas, y fuera un material de denuncia de lo que estaba pasando”.

Rememora su director que este audiovisual inauguró también el V Festival de Cine Latinoamericano y los premios en metálico que recibió se los entregó al Frente Farabundo Martí. “Se estrenó con mucha emotividad y con una mezcla de indignación y tristeza, porque no se puede olvidar que murieron un grupo de cubanos muy importantes defendiendo sus posiciones en el aeropuerto”.

Rigoberto López comparte el criterio de que el gobierno norteamericano invadió este país por la amenaza que apreciaba en esta Revolución y por lo que les preocupaba la fidelidad de Maurice a Fidel. “En lo personal tengo anécdotas muy entrañables de esa admiración, que tanto agobiaba a Reagan, recuerdo que en una ocasión llegué muy temprano al amanecer y él estaba en las escaleras de la casa del Primer Ministro amarrándose los zapatos, porque iba a un trabajo voluntario, me senté a su lado y le dije: eres más grande que Fidel, y rápidamente me respondió: quizá un poquito más alto, pero no más grande que él”.

Este documental, que recibió unos 11 premios internacionales, nunca se pudo estrenar en Granada. Y es una obra que, en opinión de Rigoberto López, muestra “cómo la división hace grandes favores al imperio y por otra parte puede ser oportuno para quien está al acecho para frustrar experiencias como estas, que dejan un recuerdo realmente doloroso”.

Este es un material que no envejece con el tiempo porque rinde un tributo especial a Maurice Bishop y a aquellos cubanos que fallecieron bajo la metralla norteamericana defendiendo la dignidad de su nación.

Han pasado 30 años y el documental Granada, el despegue de un sueño, del cineasta cubano Rigoberto López, aún sigue latiendo

Cuando los sucesos que estremecieron al Caribe y al mundo en octubre de 1983 llegan a sus tres décadas, regresan estas imágenes a la Mesa Redonda

“El documental que hice originalmente era sobre la vida de Granada, sobre la Revolución”

Este documental tuvo el dramático privilegio de ser el testimonio final del pensamiento político y poético de Maurice Bishop

El documental se filma en el año 83, a solo unas semanas de los sucesos del 19 de octubre, cuando matan a Maurice

Haga un comentario.

Deje su comentario. Usted también puede subscribirse a estos comentarios vía RSS.