La generosidad, un acto de mejoramiento

Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda

Fotos de Roberto Garaicoa

Si todos nuestros actos cotidianos estuvieran movidos por la generosidad, el mundo, definitivamente, fuera un mejor lugar, un espacio más armonioso y pacífico. Por la importancia de un valor como este, que nos hace seres humanos más plenos de gozo y felicidad, la Mesa Redonda lo abordó a partir de la mirada del reverendo Raúl Suárez, del periodista Yuris Nórido y de la psicóloga Roxana Catellanos.

En opinión del reverendo Raúl Suárez, cuando hablamos de la generosidad estamos ante un valor inclusivo, que presupone que nos pongamos en el lugar del otro y estemos dispuestos a extender nuestro apoyo. “Se contrapone a su vez a la manipulación. Nosotros no hacemos las cosas buscando ningún mérito, pero creemos en el amor sacrificial, de ahí que en los evangelios se nos dice que no hay mayor amor que cuando nos ponemos en función del otro… son ideas también muy vinculadas a la solidaridad, que es una expresión de nobleza a su vez. Tomás Borges, si no me equivoco, hablaba de que la solidaridad es la ternura de los pueblos”.

Este hombre de fe, hizo énfasis en que la comprensión a los demás debe ser una fuerza que nos debe mover.

Para Yuris Nórido, la generosidad es la propensión humana a ser bondadosos y a tener buenas acciones por encima del interés. “Entraña también el bienestar común de todos, lo cual no quiere decir que se menoscabe el bienestar individual”.

Roxana Castellanos, por su parte, defendió la idea de que la generosidad también nos proporciona un enriquecimiento individual. “No es una cuestión que nos proponemos, generalmente los actos generosos, los más auténticos, se dan de modo natural”.

Yuri compartió una vivencia reciente que tuvo en la que un mercader inescrupuloso puso un precio a su producto sin importarle el absurdo de su cuantía, un ejemplo de lo que es la antítesis de la generosidad, y que en su opinión suceden acciones como estas por el propio deterioro de los valores que se ha visto en nuestra sociedad.

Por ello Roxana insistió en que para que la generosidad germine debe ser una condición de vida, y que desde las primeras edades el niño reciba un trato generoso, para que se vaya permeando de esta postura. “Es imprescindible para esto la entrega de los padres, y que después en el entorno inmediato al pequeño se predique igualmente la generosidad”.

La experta advirtió asimismo que es muy necesario que los padres y los familiares sean coherentes en sus actitudes, porque no puede haber contradicción entre los mensajes regulativos que recibe el niño y la postura que asuman los padres, porque al final el infante tiende a imitar.

“Hay padres que cuando le sacan la punta a los lápices en las noches los regañan y les dicen que no deben prestar sus cosas, que no le sacarán más la punta a los lápices… mientras hay otros que no les reclaman por ello, y los impulsan a ser más solidarios con sus compañeritos, y ambas educaciones después confluyen en la disposición de esos seres humanos, y en sus maneras de asumir la vida”.

El reverendo Raúl Suárez expuso que en el Centro Martin Luther King han tenido experiencias muy hermosas, en las que se ha creado un espíritu de familiaridad muy favorable, en este caso aludió por ejemplo a un proyecto con personas de la tercera edad que ha estimulado mucho a sus integrantes. Por ello consideró que la entrega hacia los otros, y el bien que les proporcionemos, nos hace crecernos y ser personas más buenas.

En su criterio, el ambiente donde uno se forme es esencial. “Yo aprendí desde pequeño, en la humildad de un cuartico en el que vivíamos unas 11 personas, a tender la mano, y estuve marcado por el modo especial que tiene la gente en medio de la pobreza de ayudarse”.

Reflexionó además que “la generosidad está en el arte de servir a nuestro pueblo, y creo que es fundamental que tomemos conciencia de lo que la Revolución ha hecho, y en igual medida seguir haciendo por ella y por nuestra gente. La riqueza más grande que uno pueda experimentar es la contribución a lo que podamos hacer por los demás”.

Si todos nuestros actos cotidianos estuvieran movidos por la generosidad, el mundo, definitivamente, fuera un mejor lugar, un espacio más armonioso y pacífico, sobre el tema abundo la Mesa Redonda, conducida por la periodista Karen Brito

En opinión del reverendo Raúl Suárez, cuando hablamos de la generosidad estamos ante un valor inclusivo, que presupone que nos pongamos en el lugar del otro y estemos dispuestos a extender nuestro apoyo

Para Yuris Nórido, la generosidad es la propensión humana a ser bondadosos y a tener buenas acciones por encima del interés

La psicóloga Roxana Catellanos defendió la idea de que la generosidad también nos proporciona un enriquecimiento individual

La caricatura, un arma de gran importancia para la comunicación social, apoyó el programa

5 Comentarios »

  • Dr. José Luis Aparicio Suárez dijo:

    En este 2014, cuando celebramos los 15 años del siglo XXI, hemos de asumir como propósito multiplicar la grandeza de ánimo de los cubanos. Todos podemos embellecer el lenguaje sin necesidad de llegar a la retórica; el buen decir puede y debe ser un arte universal. Todos podemos redimirnos con respecto a la educación sentimental. Es posible anular la ignominia con la dignidad; la afrenta no puede sobrevivir si hay decoro. Inspira nobleza quien respira conductas nobles. Los cubanos merecemos el regocijo de compartir valores, y sería bueno que cada uno pudiera subir al podio de su generosidad.

  • Dr. José Luis Aparicio Suárez dijo:

    Lo esencial, en un ser humano, son los valores que lleva dentro, entre los cuales no puede faltar la generosidad. Solo demostrándolos a diario seremos virtuosos y útiles. Veo la generosidad como el honor del alma. Por tanto, no permitamos que las vicisitudes nos escamoteen el buen comportamiento. Hemos de asumir que deshonra la vulgaridad, el trato irrespetuoso y la falta de consideración. Ser afable es ser humano. La cortesía es consustancial a la educación. La humildad ennoblece y genera satisfacción en quienes la ofrecen y reciben. Créanme, la generosidad alimenta el espíritu, protege la salud y alarga la vida.

  • adriano dijo:

    Generosidad se resume en amor,la biblia dice que si no tenemos amor nada somos Jesús dijo nen la regla de oro o regla auria,no hagas al prójimo lo que no te gusta que te hagan.
    En un mundo carente de amor se necesita mucha humildad para vivir al estilo cristiano y aceptar las normas y principios morales y eticos que Dios Jehová nos enseña en su palabra y AMAR LO QUE DIOS AMA Y ODIAR LO QUE EL ODIA,vivimos en los ultimos tiempos de este mundo y dios esta buscando a personas cinceras y de buen corazon.Gracias

  • Antonio J. Martinez dijo:

    Muy bueno el tema de la generosidad, es otra de las tantas palabras y actitudes de la que estamos careciendo en la actualidad en nuestro cotidiano de vida, en las relaciones interpersonales. Dar y darse sin esperar nada a cambio en un precepto de suprema humanidad.
    En no pocas ocasiones sentimos que hemos olvidado que vivimos en una relación con los demás, que aunque a veces nos parezca innecesaria, nos hace ser lo que somos. ¿Qué ha pasado con la generosidad? Veo como, de manera inconsciente o consciente vamos olvidando la generosidad, y otros valores, para volvernos egocéntricos, individualistas.
    Nuestra historia de los últimos 55 años muestra los grandes gestos de generosidad y altruismo para con otros países, pero en nuestra vida interna actuamos con frecuencia de forma contraria. La generosidad en una de las muchas virtudes que toda persona debe, necesita tener; tengo muchos amigos que vienen por cuestiones de trabajo o de vacaciones y siempre quedan impresionados por la generosidad del cubano! Es cierto somos generosos pero en ocasiones no llegamos. Como se asevera que expresó Máximo Gómez “o no llegamos o nos pasamos”, y las historias que tengo tanto positivas como negativas son muchas!
    La generosidad es eso que llevamos dentro que nos despierta la necesidad de ser solidario con los demás, de entregar parte de nuestro tiempo a causas nobles, de desprendernos de algunas cosas que atesoramos, pero que nunca usamos, e incluso de aquellas que empleamos
    En esta época de globalizaciones de “valores” supremos la comodidad, el éxito personal y la riqueza material, el consumismo; la generosidad parece ser lo único que verdaderamente vale la pena en esta vida.
    Pero ¿Qué es la generosidad? Generosidad es pensar y actuar hacia los demás, hacia fuera. No hacia adentro.
    Pero siempre podemos encontrar muchas, muchísimas personas que son ejemplos silenciosos de generosidad.
    Parecería que es más cómodo hacer un acto grandioso por el cual nos admiren, que “simplemente” darnos a los demás sin obtener ningún crédito. Y es que casi todos tendemos a buscar el propio brillo, la propia satisfacción, el prevalecer sobre los demás y solemos evitar el dar nuestra luz a los demás.
    Dar sin esperar nada a cambio, entregar parte de la vida, eso es generosidad. Y no es un valor pasado de moda. La generosidad es la llave que abre la puerta de la amistad, es una semilla que siembra el amor. Tenemos que aprender a resolver las situaciones que afectan a las personas en la medida de nuestras posibilidades, o buscar los medios para lograrlo.
    Para crecer en generosidad antes debemos de considerar y reflexionar un poco en nuestras actitudes. Ser generoso es algo que muchas veces requiere un esfuerzo extraordinario. Precisamos vivir mejor esta virtud en lo pequeño y lo cotidiano, vivir con afectibilidad.
    Respetar la diversidad y darse a todos es generosidad, es condición de humanidad.

    Saludos,
    Antonio J. Martínez Fuentes

  • Dr. José Luis Aparicio Suárez dijo:

    En este 2014, cuando celebramos los 15 años del siglo XXI, hemos de asumir como propósito multiplicar la grandeza de ánimo de los cubanos. Todos podemos embellecer el lenguaje sin necesidad de llegar a la retórica; el buen decir puede y debe ser un arte universal. Todos podemos redimirnos con respecto a la educación sentimental. Es posible anular la ignominia con la dignidad; la afrenta no puede sobrevivir si hay decoro. Inspira nobleza quien respira conductas nobles. Los cubanos merecemos el regocijo de compartir valores, y sería bueno que cada uno pudiera subir al podio de su generosidad.

    Lo esencial, en un ser humano, son los valores que lleva dentro, entre los cuales no puede faltar la generosidad. Solo demostrándolos a diario seremos virtuosos y útiles. Veo la generosidad como el honor del alma. Por tanto, no permitamos que las vicisitudes nos escamoteen el buen comportamiento. Hemos de asumir que deshonra la vulgaridad, el trato irrespetuoso y la falta de consideración. Ser afable es ser humano. La cortesía es consustancial a la educación. La humildad ennoblece y genera satisfacción en quienes la ofrecen y reciben. Créanme, la generosidad alimenta el espíritu, protege la salud y alarga la vida.

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