A las puertas de Ginebra II

Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda

Fotos de Roberto Garaicoa

La única solución del conflicto en Siria es una negociación política inclusiva. Esa fue la conclusión que hizo que las potencias con intereses en el conflicto que se dirime en la nación levantina se pusieran a las puertas de Ginebra II, una cita a la cual se llegó después de la estrategia diplomática desempeñada por Rusia, , con el acuerdo mediante de la destrucción de las armas químicas en Libia, que hizo ceder a Washington de un posible despliegue bélico de consecuencias devastadoras sobre Damasco y la región.

Esa es la antesala del encuentro fijado para el 22 de enero del corriente y sobre el que se ciernen no pocas expectativas después de los atizados enfrentamientos por fuerzas mercenarias contra las fuerzas de Bashar Al-Assad, pero el ejército del Gobierno ha conseguido una notable ventaja, a pesar de los recursos y del dinero que se ha apostado contra ellos, elemento que también ha favorecido la posibilidad del diálogo.

Los preparativos de las conversaciones comenzaron en mayo de 2013 cuando el secretario de Estados de Estados Unidos, John Kerry, y su contraparte ruso, Sergei Lavrov, acordaron reunir a ambos bandos. Kerry dijo entonces que esa era la única alternativa porque Siria “estaba dirigiéndose hacia un abismo y hacia el caos”. Pero los esfuerzos iniciales para acercar a las partes fracasaron. Las cosas cambiaron después de un ataque con armas químicas cerca de Damasco en agosto de 2013 donde murieron cientos de personas.

En septiembre, el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó la resolución para destruir el arsenal químico de Siria y también para convocar, lo más pronto posible, a una conferencia internacional sobre Siria para implementar el llamado Comunicado de Ginebra. La resolución también establecía que todas las partes en Siria se comprometan seria y constructivamente a lograr la estabilidad y la reconciliación.

Sin embargo, el camino no avisora ser una panecea, porque aún los actores de la contienda, por la contraposición de intereses, difieren sobre la forma en que se debe alcanzar la paz, en cómo debe quedar configurada la región geoestratégicamente hablando, o cuál sería el futuro sirio.

El analista en temas internacionales, Jorge Luis Rodríguez González, explicó varios costados espinosos de esta reunión en la Mesa Redonda de este lunes. “Se dice que le negaron la participación a Irán porque difiere de la propuesta negociadora de que Al-Assad deje las riendas de Siria, y fueron justamente Estados Unidos, Francia y Arabia Saudita quienes más ejercieron presiones para que este país no estuviera entre los presentes”.

Igualmente, entre otro de los detalles contradictorios, mencionó la posibilidad de que los resultados no sean favorables para la oposición, que tiene en la Coalición Nacional Siria el principal grupo de oposición en el extranjero; ni para los que aspiran a un gobierno de transición en ese país, ante lo que se seguirá moviendo tras bambalinas el financiamiento de la guerra orquestada, lo que conducirá a que se profundicen los enfrentamientos entre chiitas y sunitas, y se valcanice la región.

Después de tres años de sangrientos combates, más de 125 000 muertos y 9,5 millones de desplazados, el conflicto, en su opinión, no tiene visos de terminar si no es por medio de un gran acuerdo político. “También eso sostienen diversos representantes de la comunidad internacional, que han impulsado la reunión que se realizará en Montreux.

En esta cita se prevé retomar lo acordado en Ginebra I, celebrada en junio de 2012, donde se acordó un plan de seis puntos que plantea el establecimiento de un órgano de gobierno transitorio en Siria, el cual deberá incluir a miembros de la actual administración y de la oposición y será conformado sobre la base del consentimiento mutuo. “Algo que Occidente ha manipulado a su antojo y ha interpretado como que lo pactado es la salida del poder del presidente Bashar al Assad, algo que Damasco considera una injerencia en sus asuntos internos”.

El gobierno aceptó participar en la reunión, convencido de que el diálogo entre sirios constituye la única solución a la crisis, si bien advirtió que no admitirá condicionamientos, ni nada que comprometa la soberanía o la integridad territorial.

EL ESPIONAJE CONTINÚA

A pesar de haber anunciado el pasado viernes el cese de las actividades de espionaje de líderes extranjeros aliados, el presidente Barack Obama reiteró que los servicios de inteligencia estadounidenses continuarán espiando a los gobiernos extranjeros. La historia de la NSA será un pasaje recurrente en los días que vendrán.

Obama, quien en opinión del experto Carlos del Porto, ha sido una especie de encantador de serpientes con su postura internacional, seguirá jugando las cartas del establishment, ya que él no tomará decisiones que comprometan el futuro geoestratégico de ese imperio, que ha puesto entre sus “asuntos de seguridad nacional” la vigilancia hasta de mandatarios de supuestas naciones aliadas.

Washington en su postura defiende la idea de que sus agencias de inteligencia continuarán interesándose en las intenciones de los Gobiernos en todo el mundo. “Lo más notorio, destacó, es que defienden la importancia del espionaje para la seguridad internacional, al alegar que las capacidades de los servicios estadounidenses van más allá de las capacidades de muchos otros Estados, lo cual implica una responsabilidad especial para EE.UU.”. Y regresa a la retórica imperial la acentuación a la condición de Estados Unidos de ser “los elegidos”.

La Mesa Redonda abordó como temas principales las Conversaciones de Ginebra para la Paz en Siria y la repercusión que han tenido en EE.UU. las decisiones del Presidente Obama sobre la Agencia de Seguridad Nacional.

La única solución del conflicto en Siria es una negociación política inclusiva. Esa fue la conclusión que hizo que las potencias con intereses en el conflicto que se dirime en la nación levantina se pusieran a las puertas de Ginebra II.

El analista en temas internacionales, Jorge Luis Rodríguez González, explicó varios costados espinosos de esta reunión en la Mesa Redonda de este lunes.

Obama, quien en opinión del experto Carlos del Porto, ha sido una especie de encantador de serpientes con su postura internacional, seguirá jugando las cartas del establishment.

A pesar de haber anunciado el pasado viernes el cese de las actividades de espionaje de líderes extranjeros aliados, el presidente Barack Obama reiteró que los servicios de inteligencia estadounidenses continuarán espiando a los gobiernos extranjeros.

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