Marcha del proceso de recuperación en la Isla de la Juventud y Mayabeque pos-COVID-19(+Video).

Ana Esther Zulueta

El municipio especial de Isla de la Juventud y la provincia de Mayabeque dejaron pautados sus derroteros en la fase uno de la primera etapa de la recuperación pos-COVID-19, bajo el imperativo de aportar al autoabastecimiento territorial.

En el habitual espacio radial y televisivo Mesa Redonda Informativa, Adiel Morera Macías, intendente del municipio especial, y Tamara Valido Benítez, gobernadora de Mayabeque, coincidieron en señalar como prioridad la producción de alimento (a pesar del déficit de insumos a causa de las restricciones del bloqueo de EE.UU. a Cuba), la responsabilidad de las ciencias en la búsqueda de alternativas y el compromiso de los sectores cooperativo, campesino y estatal para materializar el cumplimiento de los planes.

A pesar de las afectaciones por las lluvias, mantenemos un trabajo sistemático para lograr las cosechas en situaciones complejas, apuntó la también vicepresidenta del Consejo de Defensa Provincial, quien manifestó insatisfacción porque en materia de autoabastecimiento solo entregan a la población 27 libras per cápita de las 30 establecidas de granos, viandas, hortalizas y frutas.

Similar situación exhibe la segunda ínsula cubana, donde en el actual año los cerca de 83 mil habitantes del territorio reciben 22 libras por persona, no obstante la estrategia municipal es que las comunidades rurales logren autoabastecerse y tributen a la ciudad cabecera, estimuladas por el movimiento popular “Atrévete a ser más”, especificó Morera Macías.

Destacó como fortaleza la existencia de 22 máquinas de riego electrificado destinadas fundamentalmente para el fomento de los cultivos varios, movilizaciones protagonizadas por jóvenes, combatientes, dirigentes políticos y administrativos aportan a la recuperación de las áreas destinadas a la agricultura urbana y se incrementó el plan de siembra de arroz para el consumo local, por su alta demanda.

En ambos territorios del occidente es imprescindible incrementar las áreas de siembra de yuca y plátano, y el ritmo de trabajo por acortar la brecha en los atrasos tanto en los planes de la preparación de tierras y como de siembras correspondientes a la campaña de primavera.

Para llegar a la fase uno de la primera etapa pos-COVID-19, tanto Mayabeque como Isla de la Juventud trabajaron con denuedo para enfrentar a la letal pandemia.

Adiel Morera Macías, intendente de Isla de la Juventud, aludió a las clave para lograr que el municipio especial pasara, del territorio del país con la más alta tasa de incidencia de la COVID-19 (50,4 por 100 mil habitantes), en su momento, a figurar entre los de más tiempo (57 días) de sostenibilidad sin reporte de nuevos casos positivos a la enfermedad.

El permanente intercambio con la población, el acompañamiento de la ciencia en el municipio para validar la factibilidad de las medidas adoptadas, del estudiantado, el respaldo de la Comisión de Trabajo Temporal Nacional, la disciplina y el concurso de las fuerzas del Orden Interior coadyuvaron a esos resultados, dijo, al tiempo que significó la alta capacidad humanista de la Revolución al destinar un avión para el traslado de las muestras de PCR a pacientes sospechosos.

En tanto, Valido Benítez repasó la situación epidemiológica del territorio, en el cual mantienen todavía un evento de transmisión de la COVID-19 activo en el asentamiento El Roble, donde aún se extreman las medidas de aislamiento y restricción de movimiento sobre todo por compartir fronteras con las provincias de La Habana, Matanzas y Artemisa.

Asimismo, subrayó la disposición de nueve de los 48 enfermos recuperados a donar su plasma para el tratamiento a la enfermedad en Cuba, el desempeño de los profesionales de la salud en las terapias de hospitales de Matanzas y La Habana, la labor de los mayabequense integrantes de la Brigada Internacionalista Henry Reeve.

Las autoridades de Isla de la Juventud y Mayabeque dejaron sentado que con el trabajo cohesionado de todos los actores es posible conducir a la población hacia la segunda fase de la recuperación pos-COVID-19, con la vista puesta en el distanciamiento físico y la observancia a las medidas de bioseguridad.

(Con Información de ACN)

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